Para mí, cada nuevo libro de Ferran Sáez Mateu es una fiesta, y esta novela promete ser una fiesta grande. He dicho más de una vez que F.S.M. es el mejor ensayista catalán de su generación y añadí con ocasión de la publicación de sus Vidas improbables, que era el Borges catalán. Ahora me llega esta novela y abandono inmediatamente a Georges Liébert (Nietzsche et la musique) y a Manuel Tagüeña (Testimonio de dos guerras) para lanzarme a su lectura. Miren ustedes, por personas como FSM yo siento un agradecimiento profundo a Cataluña, una tierra que me ha acogido sin reservas, sin preguntarme nunca en qué color pensaba.
El Borges catalán, qué bueno.
ResponderEliminarCuidado con las metáforas, que las carga el diablo: la tierra acogedora lo convierte en cadáver... Que lo hayan acogido sin reservas muchos catalanes y le hayan abierto los brazos, sus casas, sus influencias, etc., es algo que muchos compartimos, sin duda. También lo contrario, por supuesto, porque la pluralidad de actitudes, de sentimientos y de ideología es lo propio de Cataluña, frente al monolitismo críptico de la tierra, de los pedruscos, de las aguas, etc.
ResponderEliminarFerran Sáez Mateu es asombroso. Ensayista, novelista y articulista excepcional. ¡Y gran músico! Por si fuera poco, modesto y con un delicioso sentido del humor.
ResponderEliminarPermítame que le diga que todo eso son fruslerías, comparado con la elegancia con que lleva la boina.
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