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lunes, 10 de septiembre de 2012

En la Ariège...

... intentando no olvidar la música del mundo.







5 comentarios:

  1. Más bien el mundanal ruido, porque la música del mundo suena precisamente en esos montes. Qué afortunado. Hasta me han dado ganas de poner los pies a remojo.

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    Respuestas
    1. Intentando olvidar el mundanal ruido, claro, para preservar la memoria de la música del mundo.
      Cuando, despiernado por la fatiga del mucho andar, se sienta uno en la ribera de un lago en el que se refleja diáfano el cielo, se descalza y tienta la temperatura del agua... se encuentra con la auténtica justificación del viaje.

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  2. Son imágenes que me han traído a la memoria visual la indescriptible (lingüísticamente)película de Terrence Malik: The New World: ¡menudo festín para los sentidos! Telúrico es un adjetivo que quedaba muy fino y culto hace treinta años, casi tanto como epifanía, pero cuando uno se adentra en su significado y "vive" la naturaleza como parte y como todo, ¡ay, entonces...!

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Imposible olvidarla en ese entorno. La naturaleza reconcilia bastante con uno mismo y con los demás.


    Reluciente y oscuro
    zapato universal
    desmemoriado,
    imantado por la nada
    gravita como un idiota el universo
    mientras aquí bien abajo
    en la tierra y el mar
    ponemos los pies desnudos allá
    en el lugar donde nació Aristóteles
    para volver a lo ancestral con mayúsculas.

    Salud, Gregorio

    Manuel Marcos

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