Ya saben ustedes que los belgas andan reñidos por cosa de fronteras internas, esa peculiaridad europea, y que si no se han divorciado aún es porque no saben muy bien cómo hacer el reparto de Bruselas. Pero resulta que mientras andaban enzarzados en su riña no se percataban de que el nombre con el que se han registrado más niños de Bruselas durante los últimos cuatro años ha sido el de Mohammed.
No hace falta irse hasta Bélgica para ver el signo de los tiempos, me temo.
ResponderEliminar"Nos tememos", entonces.
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