"Lamentaría indignar a algunos de los que me lean; pero he de decirlo pese al riesgo: Barcelona era, cuantitativamente -y lo es hoy mucho más-, la ciudad más flamenca de España y Ultramar. Comprendo el dolor que ello producía a los ilustres señores de la Fundación Bernat Metge, y me imaginó la indignación que causará esta tesis a mis amigos del Sacromonte o a los flamencos ful de Villa Rosa. Pero la taberna de Juanito 'El Dorado' y otras docenas de templos del distrito quinto eran el Vaticano del cante y baile flamencos, y allí afluían los 'artistas' más genuinos de la tierra de María Santísima"
José María Fontana, Los catalanes en la guerra de España
Eso es absolutamente cierto, incluso Néstor Luján lo remarca en alguna novela. Y no sólo entre la inmigración, ep, poca broma.
ResponderEliminarQuedan huellas notables de aquel flamenquismo. Basta con visitar la plaza del Raspall, por ejemplo.
EliminarY la gran Carmen Amaya. Mi padre, separatista de pro, la adoraba.
ResponderEliminarLa familia Amaya al completo, un portento. Podemos seguir hablando de la Plaça del Raspall, que por el Carrer del Profeta nos llevará a la Plaça del Poble Romaní, que luce orgullosa un monumento a Gato Pérez en el que se lee: "Al barri de Gràcia hi ha un munt de gent / que porta a la sang el ritme calé". Y bien cerca está el Carrer Fraternidad, que vio nacer a Antonio González, el Pescaílla, creador de la rumba catalana, y...
EliminarCuando yo vine a Barcelona, allá por los finales de los 70, vivía en la Plaça de Sant Agustí y por las noches de verano aquello era un jolgorio rumbero frecuentado por Peret. Mi primera imagen de Barcelona fue precisamente esa.
Ayer, sin ir más lejos, El Salao, dejó patidifuso a todo aquel que pasaba por el Heliogàbal, templo del pop, del rock y de la cosa moderna gracienca. Doy fe de que la gente no sabía ni por dónde empezar a aplaudirle!
ResponderEliminarAquí, un trocito:
http://www.facebook.com/photo.php?v=4111853028123
Pues estaba pensando en usted, en don Javier y en El Salao al escribir el post.
EliminarAcabo de decir por la radio que los gitanos barceloneses son tan catalanes como la fuente de Canaletes.
ResponderEliminarCierto mucho de lo que se comenta... pero no confundamos la rumba con el flamenco, ni el flamenco con los gitanos. Yo, que vivo al lado de la plaza del Raspall, no creo que se pueda decir que los gitanos de Gracia sean muy aflamencaos (aunque el Pescaílla se casara con la Flores)
ResponderEliminarQué manía eso de considerar incompatible o asombroso que a los catalanes, incluso a independentistas, les guste el flamenco o que Barcelona sea "la ciudad más flamenca de España y Ultramar". También es "la tercera capital del tango", por ejemplo. Se trata de cultura. También nos gusta Lorca, Shakespeare o Pessoa. ¿Por qué sorprende?
ResponderEliminarYo, querido Hasbarats, no me limito a decir que a los catalanes les gusta el flamenco. Lo que sostengo es que el flamenco es cultura catalana, diga lo que diga el estatuto de Andalucía. Y no diría eso del tango, de Lorca, de Shakespeare o de Pessoa.
EliminarY añado que es cultura catalana hasta en Perpinyà.
Eliminar