Enhorabuena, D. Gregorio, y no sólo para usted, sino también para nosotros que podremos leerlo. Por cierto, se acordará que estoy metido en una tesis sobre Hannah Arendt; pues resulta que descubrí un libro dedicado a la relación entre ella y Strauss y su posición en el pensamiento político norteamericano. ¿Lo conoce? ¿Vale la pena?
Sí, lo conozco. Está regular. Algunos maledicentes dicen que Strauss le tiró los tejos a Arendt en Berlín, y que ella le dio calabazas. Es muy probable que se conocieran, pero poco probable que se relacionaran tanto como para eso. Ambos tienen en común algo fundamental: han descubierto gracias a Heidegger una nueva manera de leer a los clásicos, pero Strauss es al mismo tiempo más piadoso (con su pueblo, el judío) y más ateo (con la filosofía) que Arendt.
Dada mi ignorancia sobre el autor, y después de leer esto: http://infokrisis.blogia.com/2004/101501-leo-strauss-los-abismos-del-pensamiento-conservador.php supongo que tu libro. Gregorio, me sacará de dudas sobre si estás en el círculo esotérico o en el exotérico. ¿Anda muy perdido Milà? Es todo un aliciente enfrentarse a una personalidad que despierta posiciones tan enfrentadas.
En su correspondencia con Jaspers, Arendt se sorprende de la radicalidad de la oposición de Strauss a su libro sobre Eichmann. Esta incomprensión es la clave de su distancia. Con frecuencia Strauss es más heideggeriano que Arendt o, al menos, se toma la cuestión del enraizamiento de manera más heideggeriana.
Me acabo de encontrar con este fragmento. A ver si nos es de lo más oportuno.
If the house has caught fire a man must ring up the fire engines; a committee cannot ring them up. If a camp is surprised by night somebody must give the order to fire; there is no time to vote it. It is solely a question of the physical limitations of time and space; not at all of any mental limitations in the mass of men commanded. If all the people in the house were men of destiny it would still be better that they should not all talk into the telephone at once; nay, it would be better that the silliest man of all should speak uninterrupted. If an army actually consisted of nothing but Hannibals and Napoleons, it would still be better in the case of a surprise that they should not all give orders together. Nay, it would be better if the stupidest of them all gave the orders. Thus, we see that merely military subordination, so far from resting on the inequality of men, actually rests on the equality of men. Discipline does not involve the Carlylean notion that somebody is always right when everybody is wrong, and that we must discover and crown that somebody. On the contrary, discipline means that in certain frightfully rapid circumstances, one can trust anybody so long as he is not everybody. The military spirit does not mean (as Carlyle fancied) obeying the strongest and wisest man. On the contrary, the military spirit means, if anything, obeying the weakest and stupidest man, obeying him merely because he is a man, and not a thousand men. Submission to a weak man is discipline. Submission to a strong man is only servility.
G.K. Chesterton, What’s Wrong with the World (1910).
Esa es la cuestión: La disciplina no significa que el que obedece sea inferior, sino que es una conducta más eficiente obedecer a lo que dice el bombero que hacer una asamblea con los bomberos delante de la casa en llamas para ver cómo nos organizamos.
Por cierto ,una referencia muy elogiosa a la hermenéutica de Strauss por parte de un autor marxista, no sé si la conoce: en "Autocensura y compromiso en el pensamiento político de Kant", de Domenico Losurdo, en su página 251- de la edición española de Escolar y Mayo, que recomoce un antecedente a su tesis de un Kant secreto en Yirmiyahu Yovel. Losurdo es un marxista italiano formado en Tubinga que a parte de un gran panfletista - dentro de la tradición realista italiana - es autor de una magnífica y monumental biografía intelectual de Nietzche.
La mayoría de straussianos desconocen las relaciones de Strauss con diferentes autores marxistas. No solamente existen sino que fueron decisivas en la evolución del pensamiento de Strauss. Desconozco -por completo- el caso de Losurdo. Sí que conozco bien cuánto me ha costado conseguir información fiable sobre los amigos marxistas de Strauss. Le añadiré una cosa que poquísima gente sabe: No hubiese entrado en la universidad de Chicago sin el respaldo de sus amigos marxistas británicos. Muchas gracias por esta información.
Conozco a Losurdo, es un autor serio, el libro sobre Nietzsche les gustó incluso a los conservadores http://www.firstprinciplesjournal.com/articles.aspx?article=1211&theme=home&page=3&loc=b&type=ctbf . "Contrahistoria del liberalismo" también dice cosas muy pertinentes , pero el libro sobre Stalin me parece discutibilísimo.
Mire Mill, no sé de qué pie cojea usted, pero una cosa es señalar los condicionamientos geopolíticos del naciente estado soviético y disparar con el tu quoque contra la industria del GULAG y otra cosa reducir a categoría de anécdota el hecho de que probablemente Stalin mató a más rojos que Hitler. Es cierto que en Italia hay una derecha rampante y muy bien nutrida que utiliza a Stalin hasta para atacar la Constitución del 47 , pero la línea argumental de Losurdo a quien beneficia es a los excursionistas del Ramón Mercader y a los nacionalistas rusos.No le extrañe que desde la misma izquierda que corea "La Italia que roba es anticomunista" se haya llegado a satirizarlo en el profesor Domenico Sordo de Milano , que coincide con los neoliberales "contra las almas bellas de la izquierda" en defender el contrato "de libre esclavitud" http://www.odradek.it/Schedelibri/mondopeggiore.html El "realismo italiano" puede producir monstruos.
Estimado Anónimo , lo de que un conservador como Paul Gottfried -quien por cierto publicó el año pasado un libro sobre Leo Strauss y el conservadurismo americano- use a un marxista como Losurdo para enderezar a Allan Bloom a propósito de Nietzsche me ha sorprendido a mi también.
¡Qué gente pasa por el café don Gregorio!
Yo también creo que Losurdo es un autor serio - y muy traducido para ser un italiano- y que el libro -o panfleto- sobre Stalin tiene aspectos muy discutibles. El Viejo Topo ,una revista de izquierdas editada en Cataluña ,dedicó un número monográfico al asunto, que veo que usted conoce bien. Como sabe en el periódico de Refundación Comunista se publicó una reseña que otro sector de la redacción consideró una apología del estalinismo...
Todos los historiadores coinciden en que el fenómeno de la "oposición de izquierdas" en la URSS - el troskismo- no fue un fantasma inventado por el delirio estaliniano sino una realidad que abarcó desde la base del partido hasta miembros de la élite científica soviética como Lev Landau pero ,fuera de un puñado de historiadores rusos y de lo que queda de la calavera sonriente del estalinismo nadie sostiene que esta gente preparase un golpe en los años treinta. Losurdo es ambiguo, por decirlo con delicadeza, sobre esta cuestión. Incluso historiadores conservadores del Gulag como Anne Applebaum reconocen que hay una discontinuidad entre el terror rojo de los años veinte y el Gran Terror estaliniano. Stalin no fue simplemente un aventajado alumno de Lenin , fue el fundador de un régimen. Losurdo pasa de puntillas sobre esto.Y no es pecado venial.Pero el libro, si se considera lo que es, un panfleto, me parece muy digno al margen de esto.
Y para terminar , que la ironia swiftiana de Ernesto Screpanti se haya posado sobre Losurdo - il professore Domenico Sordo de Milano- sólo se comprende a partir de esta polémica sobre el libro de Stalin. Screpanti es un economista neomarxista que cree que Marx era un liberal para el que sólo el trabajo asociado es "free labour", esto es verdad , lo era para todos los miembros de la Primera Internacional, pero no es toda la verdad...Por cierto las paradojas sobre si se puede justificar un contrato de esclavitud tienen más enjundia de lo que parece , le remito al blog de David Ellerman, un Screpanti - no-marxista- gringo
El libro de Paul Eward Gottfield sobre Strauss al que se refiere Karl Mill es "Leo Strauss and the Conservative Movement in America", es interesante, pero sugiere más cosas de las que tematiza, aunque las sugiera bien. De él extraje una anécdota de un debate entre Strauss y von Mises, de la que, lamentablemente, nadie a los que acudí en busca de confirmación quiso o pudo ampliarme los detalles. Gottfried es de los pocos que ha sido consciente de la importancia de Calvino en el desarrollo del pensamiento straussiano. Sobre Stalin: me parece que la misma lógica del proyecto comunista implantado en la URSS impuso la necesidad de eliminar cualquier disidencia (es la famosa disciplina leninista). El trotskismo acabó siendo el pecado genérico del disidente y, en general de todo aquel que no era capaz de explicitar sin ambigüedades su entusiasmo. La Internacional Comunista etiquetó explícitamente de trotskismo, en enero de 1928, a cualquier forma de disensión interna, bien fuese un error ideológico o una traición abierta. Para concluir, instaba a todas las secciones nacionales a erradicar de sus filas, con la máxima energía, a todos los elementos cuya lucha fraccional es un legado insano del trotskismo".
Pues mire esa anécdota - que desconozco- tiene que ser muy interesante porque me parece que la mejor manera de "deconstruir" a un conservador pasa por analizar su concepción del capitalismo.
Lo aprendí en el librito de C.B.Macpherson sobre Burke, y siempre que leo a un conservador: Scruton , Kirk... me sorprende la sagacidad de esa observación del canadiense.
No se si sabe usted que Macpherson fue discípulo de Harold Laski en la London School of Economic de 1932 A 1935. Gracias a la intermediación de este último Strauss tuvo acceso a la New School for Social Research de Nueva York en 1938. Strauss y Macpherson se conocieron en Gran Bretaña por intermediación de Laski y Tawney y se mantuvieron en contacto toda su vida. Strauss reservó un capítulo de la obra que él mismo concibió como su testamento filosófico, sus "Estudios de filosofía política platónica", a una reseña suya de "La teoría política del individualismo posesivo".
Conozco la reseña de Strauss porque tengo la edición española - Amorrortu- del libro. Desconocía que hubiesen mantenido un contacto tan prolongado y lo que usted cuenta de Laski. Más razones para festejar su libro.
Es curioso, me parecía recordar que Strauss criticaba la suposición de que el "individualismo posesivo" fuese algo específico de la sociedad capitalista - todo esto a propósito de la relevancia de Hobbes - pero admitiendo el problema que plantea Macpherson: por qué "el descubrimiento de Hobbes" no se hizo antes. Acabo de releer el capítulo y lo que Strauss dice al final de su brevísima recensión es casí una contrafigura perfecta de lo que Macpherson dice del conservadurismo : sólo si el socialismo es factible tiene sentido acusar de autocontradicción a los pensadores que critica Macpherson , si no la crítica tendría que hacerse " a la luz de un ideal diferente".
Ese, para Strauss, es el problema de los problemas: ¿Es posible construir un criterio de juicio cuya lógica no determine de antemano lo que se considerará teóricamente relevante o irrelevante? Es decir: ¿Es posible elaborar una teoría cuyas conclusiones no se limiten a decirnos cómo sería el mundo si las premisas en las que se basa la teoría fuesen ciertas? Si la respuesta es que no, entonces la diferencia entre Jerusalén y Atenas es teóricamente irrelevante.
No conozco el pensamiento de Strauss lo suficiente para juzgar su interpretación.Usted es el especialista.
Simplemente es curiosa la simetría de las posiciones recíprocas: se está presuponiendo un "argumento ontológico": me parece que si reconociéramos claramente este dilema nos ahorraríamos mucha retórica conservadora y mucha retórica anticapitalista...
Creo , no obstante , que "el ideal diferente" al que se refiere Strauss está bastante claro si se ha leído "La ciudad y el hombre".
Si los discípulos directos de Strauss divergen en la interpretación del legado filosófico del maestro, los que lo tratamos muy de lejos tenemos que ser prudentes. El "ideal diferente", tal como yo lo veo, es el de la filosofía política platónica tal como se expresa en los diálogos.
Qué bien, qué bien... Una pregunta: en cuanto he leído el anuncio, me he puesto a buscar el libro por Internet, para ver si estaba en preventa en alguna de las librerías a las que suelo comprar: mi sorpresa ha sido encontrarlo en versión Kindle, en Amazon, con fecha de edición enero del 2012: ¿se trata de la misma versión?
Enhorabuena, muy tardías, porque he estado desconectado, aunque dio la casualidad que vi una reseña en el lugar más insospechado. Es un libro muy prometedor (intuyo que una panorámica del pensamiento norteamericano, en diálogo con Leo Strauss). Espero tenerlo pronto en mis manos.
He tardado tres años en descubrir este libro, pero me uno a las felicitaciones anteriores; y felicito también las aportaciones de Karl Mill. Lo dicho, está siendo un placer leerle, Don Gregorio. Alberto Ortega.
Mi más sincera enhorabuena.
ResponderEliminarGracias, don Rafael.
Eliminar"Falocrático", "mitificador de la tradición" , eso son chucherías...
ResponderEliminarPero , con perdón de los señores de Comunión y Liberación, y de los que han hecho una industria de su legado, un ateo "caché" ...
Y un señor muy de derechas , estoy pensando en una carta suya a Löwith en tiempos de Atlee...
Enhorabuena don Gregorio, habrá que comprarlo.
Bueno... no tuvo inconveniente en tener amigos laboristas y en votar a candidatos demócratas.
EliminarEnhorabuena Sr.Luri.
ResponderEliminarAcabo los libros que estoy leyendo y corroa comprarlo.
Un brindis por los filósofos judíos, doña Edna.
EliminarPermítame celebrar el acontecimiento citando un clásico: oéee, oé, oé, oé, oéeeeeeee, oéeeeeeee.
ResponderEliminarYa se sabe que eso de la serenidad de los clásicos sólo lo dicen los que no los conocen.
EliminarEnhorabuena, D. Gregorio, y no sólo para usted, sino también para nosotros que podremos leerlo.
ResponderEliminarPor cierto, se acordará que estoy metido en una tesis sobre Hannah Arendt; pues resulta que descubrí un libro dedicado a la relación entre ella y Strauss y su posición en el pensamiento político norteamericano. ¿Lo conoce? ¿Vale la pena?
Un abrazo
Se me olvidaba el enlace del libro: http://www.amazon.com/Hannah-Arendt-Leo-Strauss-Publications/dp/0521599369
ResponderEliminarSí, lo conozco. Está regular. Algunos maledicentes dicen que Strauss le tiró los tejos a Arendt en Berlín, y que ella le dio calabazas. Es muy probable que se conocieran, pero poco probable que se relacionaran tanto como para eso.
EliminarAmbos tienen en común algo fundamental: han descubierto gracias a Heidegger una nueva manera de leer a los clásicos, pero Strauss es al mismo tiempo más piadoso (con su pueblo, el judío) y más ateo (con la filosofía) que Arendt.
Permítame que le presente a una francesita. No sé si se conocen. Tiene un libro sobre el asunto éste.
Eliminarhttp://www.akadem.org//sommaire/colloques/hannah-arendt-a-present-la-politique-a-t-elle-encore-un-sens-/hannah-arendt-et-leo-strauss-face-a-la-modernite-25-09-2007-7048_4203.php
Demonios, don Claudio, está usted a la que salta.
EliminarGracias.
Dada mi ignorancia sobre el autor, y después de leer esto:
ResponderEliminarhttp://infokrisis.blogia.com/2004/101501-leo-strauss-los-abismos-del-pensamiento-conservador.php
supongo que tu libro. Gregorio, me sacará de dudas sobre si estás en el círculo esotérico o en el exotérico. ¿Anda muy perdido Milà?
Es todo un aliciente enfrentarse a una personalidad que despierta posiciones tan enfrentadas.
A ver si le sirve esta respuesta: Yo creo que sólo es un filósofo cabal el filósofo que tiene algo que ocultar.
EliminarGran noticia. Muy buena la comparación con Arendt.
ResponderEliminarEn su correspondencia con Jaspers, Arendt se sorprende de la radicalidad de la oposición de Strauss a su libro sobre Eichmann. Esta incomprensión es la clave de su distancia. Con frecuencia Strauss es más heideggeriano que Arendt o, al menos, se toma la cuestión del enraizamiento de manera más heideggeriana.
Eliminar¡Felicidades!
ResponderEliminar¡Un libro más!. ¿Se aparta de Sócrates? O ¿una manra de volver al espacio de la polis?
Recuerdos
Gracias, don Sección de Estética. Entre Sócrates y la polis anda la cosa.
EliminarMe acabo de encontrar con este fragmento. A ver si nos es de lo más oportuno.
ResponderEliminarIf the house has caught fire a man must ring up the fire engines; a committee cannot ring them up. If a camp is surprised by night somebody must give the order to fire; there is no time to vote it. It is solely a question of the physical limitations of time and space; not at all of any mental limitations in the mass of men commanded. If all the people in the house were men of destiny it would still be better that they should not all talk into the telephone at once; nay, it would be better that the silliest man of all should speak uninterrupted. If an army actually consisted of nothing but Hannibals and Napoleons, it would still be better in the case of a surprise that they should not all give orders together. Nay, it would be better if the stupidest of them all gave the orders. Thus, we see that merely military subordination, so far from resting on the inequality of men, actually rests on the equality of men. Discipline does not involve the Carlylean notion that somebody is always right when everybody is wrong, and that we must discover and crown that somebody. On the contrary, discipline means that in certain frightfully rapid circumstances, one can trust anybody so long as he is not everybody. The military spirit does not mean (as Carlyle fancied) obeying the strongest and wisest man. On the contrary, the military spirit means, if anything, obeying the weakest and stupidest man, obeying him merely because he is a man, and not a thousand men. Submission to a weak man is discipline. Submission to a strong man is only servility.
G.K. Chesterton, What’s Wrong with the World (1910).
Esa es la cuestión: La disciplina no significa que el que obedece sea inferior, sino que es una conducta más eficiente obedecer a lo que dice el bombero que hacer una asamblea con los bomberos delante de la casa en llamas para ver cómo nos organizamos.
EliminarEnhorabuena Gregorio, ya tendré un aparte para detenerme en su lectura, el título es prometedor y provoca.
ResponderEliminarGracias don Manuel. Es un libro que me ha llevado 15 años escribirlo.
EliminarEnhorabuena don Gregorio.
ResponderEliminarPor cierto ,una referencia muy elogiosa a la hermenéutica de Strauss por parte de un autor marxista, no sé si la conoce: en "Autocensura y compromiso en el pensamiento político de Kant", de Domenico Losurdo, en su página 251- de la edición española de Escolar y Mayo, que recomoce un antecedente a su tesis de un Kant secreto en Yirmiyahu Yovel. Losurdo es un marxista italiano formado en Tubinga que a parte de un gran panfletista - dentro de la tradición realista italiana - es autor de una magnífica y monumental biografía intelectual de Nietzche.
La mayoría de straussianos desconocen las relaciones de Strauss con diferentes autores marxistas. No solamente existen sino que fueron decisivas en la evolución del pensamiento de Strauss. Desconozco -por completo- el caso de Losurdo. Sí que conozco bien cuánto me ha costado conseguir información fiable sobre los amigos marxistas de Strauss. Le añadiré una cosa que poquísima gente sabe: No hubiese entrado en la universidad de Chicago sin el respaldo de sus amigos marxistas británicos.
EliminarMuchas gracias por esta información.
Conozco a Losurdo, es un autor serio, el libro sobre Nietzsche les gustó incluso a los conservadores http://www.firstprinciplesjournal.com/articles.aspx?article=1211&theme=home&page=3&loc=b&type=ctbf . "Contrahistoria del liberalismo" también dice cosas muy pertinentes , pero el libro sobre Stalin me parece discutibilísimo.
EliminarMire Mill, no sé de qué pie cojea usted, pero una cosa es señalar los condicionamientos geopolíticos del naciente estado soviético y disparar con el tu quoque contra la industria del GULAG y otra cosa reducir a categoría de anécdota el hecho de que probablemente Stalin mató a más rojos que Hitler. Es cierto que en Italia hay una derecha rampante y muy bien nutrida que utiliza a Stalin hasta para atacar la Constitución del 47 , pero la línea argumental de Losurdo a quien beneficia es a los excursionistas del Ramón Mercader y a los nacionalistas rusos.No le extrañe que desde la misma izquierda que corea "La Italia que roba es anticomunista" se haya llegado a satirizarlo en el profesor Domenico Sordo de Milano , que coincide con los neoliberales "contra las almas bellas de la izquierda" en defender el contrato "de libre esclavitud" http://www.odradek.it/Schedelibri/mondopeggiore.html
El "realismo italiano" puede producir monstruos.
¡Demonios, cuánto saben ustedes!
EliminarLes agradezco mucho la información y les confieso mi ignorancia al respecto.
Estimado Anónimo , lo de que un conservador como Paul Gottfried -quien por cierto publicó el año pasado un libro sobre Leo Strauss y el conservadurismo americano- use a un marxista como Losurdo para enderezar a Allan Bloom a propósito de Nietzsche me ha sorprendido a mi también.
Eliminar¡Qué gente pasa por el café don Gregorio!
Yo también creo que Losurdo es un autor serio - y muy traducido para ser un italiano- y que el libro -o panfleto- sobre Stalin tiene aspectos muy discutibles. El Viejo Topo ,una revista de izquierdas editada en Cataluña ,dedicó un número monográfico al asunto, que veo que usted conoce bien. Como sabe en el periódico de Refundación Comunista se publicó una reseña que otro sector de la redacción consideró una apología del estalinismo...
Todos los historiadores coinciden en que el fenómeno de la "oposición de izquierdas" en la URSS - el troskismo- no fue un fantasma inventado por el delirio estaliniano sino una realidad que abarcó desde la base del partido hasta miembros de la élite científica soviética como Lev Landau pero ,fuera de un puñado de historiadores rusos y de lo que queda de la calavera sonriente del estalinismo nadie sostiene que esta gente preparase un golpe en los años treinta. Losurdo es ambiguo, por decirlo con delicadeza, sobre esta cuestión. Incluso historiadores conservadores del Gulag como Anne Applebaum reconocen que hay una discontinuidad entre el terror rojo de los años veinte y el Gran Terror estaliniano. Stalin no fue simplemente un aventajado alumno de Lenin , fue el fundador de un régimen. Losurdo pasa de puntillas sobre esto.Y no es pecado venial.Pero el libro, si se considera lo que es, un panfleto, me parece muy digno al margen de esto.
Y para terminar , que la ironia swiftiana de Ernesto Screpanti se haya posado sobre Losurdo - il professore Domenico Sordo de Milano- sólo se comprende a partir de esta polémica sobre el libro de Stalin. Screpanti es un economista neomarxista que cree que Marx era un liberal para el que sólo el trabajo asociado es "free labour", esto es verdad , lo era para todos los miembros de la Primera Internacional, pero no es toda la verdad...Por cierto las paradojas sobre si se puede justificar un contrato de esclavitud tienen más enjundia de lo que parece , le remito al blog de David Ellerman, un Screpanti - no-marxista- gringo
El libro de Paul Eward Gottfield sobre Strauss al que se refiere Karl Mill es "Leo Strauss and the Conservative Movement in America", es interesante, pero sugiere más cosas de las que tematiza, aunque las sugiera bien. De él extraje una anécdota de un debate entre Strauss y von Mises, de la que, lamentablemente, nadie a los que acudí en busca de confirmación quiso o pudo ampliarme los detalles. Gottfried es de los pocos que ha sido consciente de la importancia de Calvino en el desarrollo del pensamiento straussiano.
EliminarSobre Stalin: me parece que la misma lógica del proyecto comunista implantado en la URSS impuso la necesidad de eliminar cualquier disidencia (es la famosa disciplina leninista). El trotskismo acabó siendo el pecado genérico del disidente y, en general de todo aquel que no era capaz de explicitar sin ambigüedades su entusiasmo. La Internacional Comunista etiquetó explícitamente de trotskismo, en enero de 1928, a cualquier forma de disensión interna, bien fuese un error ideológico o una traición abierta. Para concluir, instaba a todas las secciones nacionales a erradicar de sus filas, con la máxima energía, a todos los elementos cuya lucha fraccional es un legado insano del trotskismo".
Pues mire esa anécdota - que desconozco- tiene que ser muy interesante porque me parece que la mejor manera de "deconstruir" a un conservador pasa por analizar su concepción del capitalismo.
EliminarLo aprendí en el librito de C.B.Macpherson sobre Burke, y siempre que leo a un conservador: Scruton , Kirk... me sorprende la sagacidad de esa observación del canadiense.
No se si sabe usted que Macpherson fue discípulo de Harold Laski en la London School of Economic de 1932 A 1935. Gracias a la intermediación de este último Strauss tuvo acceso a la New School for Social Research de Nueva York en 1938. Strauss y Macpherson se conocieron en Gran Bretaña por intermediación de Laski y Tawney y se mantuvieron en contacto toda su vida. Strauss reservó un capítulo de la obra que él mismo concibió como su testamento filosófico, sus "Estudios de filosofía política platónica", a una reseña suya de "La teoría política del individualismo posesivo".
EliminarConozco la reseña de Strauss porque tengo la edición española - Amorrortu- del libro. Desconocía que hubiesen mantenido un contacto tan prolongado y lo que usted cuenta de Laski. Más razones para festejar su libro.
EliminarEs curioso, me parecía recordar que Strauss criticaba la suposición de que el "individualismo posesivo" fuese algo específico de la sociedad capitalista - todo esto a propósito de la relevancia de Hobbes - pero admitiendo el problema que plantea Macpherson: por qué "el descubrimiento de Hobbes" no se hizo antes. Acabo de releer el capítulo y lo que Strauss dice al final de su brevísima recensión es casí una contrafigura perfecta de lo que Macpherson dice del conservadurismo : sólo si el socialismo es factible tiene sentido acusar de autocontradicción a los pensadores que critica Macpherson , si no la crítica tendría que hacerse " a la luz de un ideal diferente".
Ese, para Strauss, es el problema de los problemas: ¿Es posible construir un criterio de juicio cuya lógica no determine de antemano lo que se considerará teóricamente relevante o irrelevante? Es decir: ¿Es posible elaborar una teoría cuyas conclusiones no se limiten a decirnos cómo sería el mundo si las premisas en las que se basa la teoría fuesen ciertas? Si la respuesta es que no, entonces la diferencia entre Jerusalén y Atenas es teóricamente irrelevante.
EliminarNo conozco el pensamiento de Strauss lo suficiente para juzgar su interpretación.Usted es el especialista.
EliminarSimplemente es curiosa la simetría de las posiciones recíprocas: se está presuponiendo un "argumento ontológico": me parece que si reconociéramos claramente este dilema nos ahorraríamos mucha retórica conservadora y mucha retórica anticapitalista...
Creo , no obstante , que "el ideal diferente" al que se refiere Strauss está bastante claro si se ha leído "La ciudad y el hombre".
Si los discípulos directos de Strauss divergen en la interpretación del legado filosófico del maestro, los que lo tratamos muy de lejos tenemos que ser prudentes.
EliminarEl "ideal diferente", tal como yo lo veo, es el de la filosofía política platónica tal como se expresa en los diálogos.
Qué bien, qué bien... Una pregunta: en cuanto he leído el anuncio, me he puesto a buscar el libro por Internet, para ver si estaba en preventa en alguna de las librerías a las que suelo comprar: mi sorpresa ha sido encontrarlo en versión Kindle, en Amazon, con fecha de edición enero del 2012: ¿se trata de la misma versión?
ResponderEliminarGracias.
Saludos.
Gracias,
EliminarSi la fecha de la edición Kindle es correcta, entonces no es la misma versión.
Felicitaciones ;)
ResponderEliminarDon Lukas, muchas gracias.
Eliminary mis enhorabuenas, a su vez, por el suyo
Enhorabuena, muy tardías, porque he estado desconectado, aunque dio la casualidad que vi una reseña en el lugar más insospechado. Es un libro muy prometedor (intuyo que una panorámica del pensamiento norteamericano, en diálogo con Leo Strauss). Espero tenerlo pronto en mis manos.
ResponderEliminarUn cordialísimo saludo.
He tardado tres años en descubrir este libro, pero me uno a las felicitaciones anteriores; y felicito también las aportaciones de Karl Mill.
ResponderEliminarLo dicho, está siendo un placer leerle, Don Gregorio.
Alberto Ortega.
Muchas gracias. Este libro está escrito sabiendo que tendría un recorrido lento. Pero estoy seguro de que acabará encontrando sus lectores.
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