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martes, 21 de septiembre de 2010

Goethe: La incredulidad y la fe


"El tema propio, único y más hondo de la historia del mundo y del hombre, al que todos los demás se subordinan, es y siempre será el conflicto entre incredulidad y fe. Todas esas épocas en que predomina la fe, en cualquier forma que sea, muéstransenos brillantes, tonificadoras del corazón y fecundas para los contemporáneos y para la posteridad. Por el contrario, aquellas otras en que la incredulidad, sea del tipo que fuere, canta una victoria precaria, y aun suponiendo que por un momento logre irradiar aparente brillo, desvanécese luego ante los ojos de la posteridad, porque no hay nadie que de buen grado se avenga a atormentarse por nada, sabiendo que ello es estéril".

En Notas y ensayos para una mejor comprensión del Diván occidental-oriental.


10 comentarios:

  1. ¡Ayyy! ¡Qué nostálgico me pone la Edad Media!

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  2. No sea usted exagerado! Los últimos grandes movimientos religiosos han sido el fascismo y el comunismo y ambos han dado pruebas más que sobradas de que Goethe alguna razón tenía.
    Ahora hay otros, pero no es políticamente muy correcto hablar de ellos.

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  3. Se diría que los totalitarismos del siglo pasado pecaron más de exceso de fe que de incredulidad, y que fueron brillantes y tonificadores como una explosión nuclear. Visto lo visto casi prefiero los ídolos grises de este siglo.

    El líder del movimiento más vibrante que lucha contra nuestros ídolos se esconde en alguna cueva de Pakistán.

    Por asociación de ideas me ha venido a la cabeza la última polémica en relación al Papa.

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  4. De la fe al dogma y de ahi a la intolerancia hay poco. Y de la incredulidad nace el ingenio y la invencion, o acaso alguien credulo se partiria la espalda para explicar como giran los planetas o los electrones, o a santo de que tiene el elefante su trompa

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  5. rA: Tew planteo la pregunta al revés: ¿Qué gran científico no ha sido crédulo? El hecho de que la ciencia sea la religión verdadera -un suponer- no elimina, ni mucho menos, la necesidad de fe de sus adeptos. La puesta por un determinismo ontológico implica ya una fe muy grande en -valga la redundancia- la naturaleza de la naturaleza.

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  6. No me parece una "fe muy grande." Es mas, diria que si ponemos el liston tan bajo para definir "fe" entonces no hay incredulos... Sin saber exactamente que es "determinismo ontológico" yo diria que la fe que el mundo no se termina hoy a las cinco de la tarde lo compartimos todos

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  7. Llegados a este punto, admirado rA, se impone seguir hablando con una botella de Ánima Negra por medio.
    Y no se olvide usted de los Manoletes que en el mundo dejaron de tener mundo a las cinco en punto de la tarde.

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  8. ¡Cachis! No sé por qué yo lo hacía a usted por aquí.
    En cualquier caso, lo prometido es deuda.

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