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miércoles, 30 de enero de 2008

Postales filosóficas: Kant

Para el Señor del Bosque, desaprendedor feraz.

Franz Rosenzweig escribió una especie de borrador de su gran obra, La estrella de la redención, cuando aún no sabía que escribiría La estrella de la redención. Por eso posteriormente lo consideró como su "Urzelle" (célula originaria). Ayer lo leí por primera vez y me encontré con este texto:

“La sola confesión sincera de que la libertad es “el milagro en el mundo de los fenómenos” hace personalmente de Kant el más grande de todos los filósofos. Todos los demás tratan más o menos de dar rodeos a la cuestión; sólo él lo expresa, sólo él no ha desaprendido a ser niño y loco merced a su trato profesional con la verdad”.

De repente estas palabras, "sólo él no ha desaprendido a ser niño y loco merced a su trato profesional con la verdad" borran esa imagen de seriedad extrema que había acompañado hasta ayer a mi imagen de Kant. Rosenzweig tiene razón y con ella me ha regalado la posibilidad de desaprender a Kant.

6 comentarios:

  1. Creo que genralmente nos damos por satisfechos con imágenes simplificadas y cómodas de cuestiones que, si se mantuvieran ante nosotros como problemas, amenazan con desbordarnos. El problema de la libertad es, seguramente, una de las cuestiones capitales que preferimos dar por sentadas en nuestro comportamiento antes que enfrentar sus implicaciones profundas. Seguramente es mejor así.

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  2. ¡Sí, sí, síííííí! Es preciosa esta imagen de Kant como niño y loco "merced a su trato profesional con la verdad”.
    El supuesto de la libertad me parece imprescindible, no solo para fundar la moralidad, sino para entender algo de lo humano. Sigue siendo un principio revolucionario. Sobre todo en esta sociedad donde la responsabilidad es repartida como mermelada por todas las instancias sociales. Como si sometiéramos al sujeto a un régimen de adelgazamiento, hasta el punto de que no queda nada de él más que una víctima del "sistema"...
    Yo conocía más bien el aspecto de bon vivant de Kant, que celebraba comidas y tertulias larguísimas en su casa cotidianamente. Pero nunca había planteado su valentía casi infantil y loca de atreverse a plantear el principio de la libertad del ser humano.

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  3. Borja: Efectivamente, la libertad marea. UNo comienza interrogándose por su entidad y acaba dando vueltas sobre sí mismo. De ahí la atracción de esa imagen de Kant niño.

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  4. A. Totalmente de acuerdo. Pero fíjate, entonces, lo paradójico del asunto: Para fundar la seriedad del hombre (que es la moralidad) hay que atreverse a ser un niño.

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  5. GLuri:

    Si no os volveis como niños... cuesta aceptar esta imagen de Kant en pantalones cortos.

    En breve voy a poner otra entrada de los filósofos y la muerte que relaciona a Kant y un niño de cinco años (que muere)y que nos muestra muy enérgicamente el misterio de la libertad.

    Por cierto, no estoy seguro, creo que Vd. es, hasta cierto punto, "profesional".En ese caso, cómo va su vuelta a la infancia?

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  6. Dhavar: soy "ex" profesional. Llevo bien el retroceso. Ahora ando por la adolescencia, camino de la pubertad.

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