I
Al enterarse de la muerte de Scheler, Heidegger pronunció, en 1928, de manera espontánea un elogio fúnebre en su clase que finalizaba con las siguientes palabras: "Una vez más, una senda de la filosofía desaparece en la oscuridad".
II
En Lisboa, aparte de con algunos eruditos alemanes, tuve la oportunidad de reunirme con Ortega y Gasset. No pudiendo considerarse del todo seguro en la España franquista, se había instalado allí en los círculos de la alta aristocracia, una figura muy vitalista. Traté de persuadirle de que hiciera seguir a La rebelión de las masas un ensayo sobre La rebelión de los medios. No lo hizo, sin embargo. Desde entonces la historia se ha encargado de gritarnos al oído con una sola voz la coral de semejante tema.
Hans Georg GADAMER, Mis años de aprendizaje
¿Cuantas cosas le quedaron en el tintero a Ortega? ¿Quien mucho abarca poco aprieta? Creo que una de las razones de su errático ir de aquí para allá (si es que esa impresión mía es certera) es ese exceso de vitalidad al que también alude Heidegger en un texto nevrológico sobre don José. Le recuerda vestido elegantemente, con un gran sombrero, simpático y atento.
ResponderEliminarCuando le leo a través de sus obras completas, tengo la impresión de que muchos de sus escritos van dejando en el tintero cosas que la prisa olvida.
Y hablando de senderos en el bosque, ¿porque no pensar en el Camino en el Bosque, y Camino en el campo, de Heidegger?
O el Emboscados de Ersnt Jünger. Quiñonero tiene una buena explicación para la traducción del título, que no es así exactamente en alemán.
Es la naturaleza tan metafórica...
Reconozco mi debilidad por el Ortega que no tiene necesidad de aparentar que es un gran filósofo. Me gustan más sus prólogos a obras ajenas que sus tratados propios, por ejemplo. A veces, como filósofo, actúa un poco de mascarón de proa de sí mismo. Pero, dicho esto, hay que añadir que está muy por encima de las medianías que nos presentan como grandes innovaciones.
ResponderEliminarRespecto a los senderos del bosque: Es que Heidegger está -en mi caso- en el origen de esta imagen.
Curiosamente, Gadamer, en su Verdad y Metodo, no dice una sola palabra sobre el tema "medios",sobre el más que ejemplar y radicalmente nuevo espacio hermeneútico creado por ellos.Quizá lo reservaba para otra obra,no lo sé.Me hubiera gustado que se lanzase a ese bosque.
ResponderEliminarDhavar: ¡Eso es! A mi este comentario de Gadamer tomando como excusa a Ortega me ha sonado a autoconfesión. Fíjate en sus palabras y, especialmente, en el empleo del plural: "Desde entonces la historia se ha encargado de gritarnos al oído con una sola voz la coral de semejante tema"
ResponderEliminarGLuri.
ResponderEliminarAlguna sospecha al respecto?No tuvo tiempo, le "abría"su obra- , temía que le juntaran con M.Mac Luhan, temía a Habermas, Adorno et allii..
La verdad verdadera es que no lo sé. Pero te puedo improvisar una respuesta: Los medios de comunicación son instrumentos poco dignos para el Espíritu. Y Gadamer -a mi humilde modo de ver- es más hegeliano de lo que él (que era mucho más listo que yo) creía.
ResponderEliminarG Luri:
ResponderEliminarEso está bien traído.En todo caso, es una pena que no lo hiciera.Ni él ni nadie, que yo sepa.Y,el bicho humano actual recibe mucho más el mundo por los medios que directamente con sus manos y ojos.
Recuerdo una profesora de filosofía de mis tiempos de bachillerato que manifestaba a menudo que Ortega era 'lo más parecido a un filósofo que habíamos tenido'. Claro que eso era en el pasado...
ResponderEliminarEl bosque necesita de sendas para llegar al final. Abrazos.
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