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lunes, 14 de enero de 2008

Tratado de antropología elemental

Un rey le dirigió cinco preguntas a un filósofo.

La primera: “¿Qué es el hombre?”. El filósofo respondió: “La propiedad de la muerte, un huésped, un viajero que pasa. No puede escapar del dominio de la muerte; la muerte se apodera de todos sus días y todas sus penas; y según los méritos del hombre, se cobra un precio. Es un huésped porque pronto queda relegado en el olvido, aunque haya sido recibido con alegría. Da de comer y beber a ingratos pero no puede llevarse nada con él. A su llegada le han prometido mucho, pero no se lo han dado. Es un viajero que pasa, sin descansar ni un momento, ni durmiendo ni comiendo.”

La segunda: “¿A qué se parece?” Respondió: “A un montón de nieve, al rocío de la mañana, a un fruto fresco. La nieve se funde al mínimo calor. El hombre nace de la podredumbre y retorna a ella por la menor enfermedad. Al rocío de la mañana, porque el color vivo de su juventud se marchita en la vejez. A un fruto fresco que pendía del árbol y llegado a la madurez es roído en su interior por un gusano y cae, inútil (…).

Tercera: “¿Cómo se comporta?” “Como una llama en el viento, que pronto se apaga; una chispa sobre la mar que es absorbida por las olas; como la espuma dispersa de la tempestad; como la lana que el viento dispersa; como el humo rápidamente desaparecido”.

Cuarta: “¿Dónde vive?”. “En las guerras múltiples".

Quinta: “¿En qué compañía se encuentra?”. “Con sus siete compañeros: El hambre, la sed, el calor y el frío, la fatiga, la enfermedad y la muerte”.

Ettienne de Bourbon (muerto hacia 1261)

Tractatus de diversis materiis predicabilibus

Digamos que, efectivamente, Heidegger era un gran medievalista.

15 comentarios:

  1. Don Gregorio

    Partamos de que Heidegger era buen lector de Duns Scotto

    Saludos desde Lima

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  2. ¿Y dónde colocaría pues a Schopenhauer?

    L. de Aguirre

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  3. Me interesa mucho la filosofía medieval,
    ¿Donde ha sacado este texto?
    ¿Donde se puede encontrar?
    Gracias

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  4. Don Cogito. La obra de Etienne de Bourbon es en realidad su "Tractatus de diversis materiis predicabilibus". Este trexto lo encontré en:
    RICKLIN, Thomas (éd), "Exempla docent. Les exemples des philosophes de l'Antiquité à la Renaissance, Vrin, 2006, p 173-4.

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  5. Pierrot, Lope: A veces no queda más remedio que guiñarle un ojo a Eugenio d'Ors: "Lo que no es tradición, es plagio." Aunque ciertamente, en el plagio la tradición se juega la diferencia consigo mismo, ¿verdad Pierrot?
    En la copia siempre está acechando el riesgo del "lapsus calami".

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  6. Tomo nota ...ya lo buscaré...

    Muchos gracias y muchos saludos

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  7. Por si le interesa he encontrado esto

    Stephani de Borbone, Tractatus de diversis materiis predicabilibus : tertia pars / cura et studio Jacques Berlioz.
    Turnhout : Brepols, 2006.
    xxviii, 684 p. ; 25 cm.
    ISBN: 2503042457

    Saludos

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  8. Mejor esto

    http://www.brepols.net/catalogue/index.jsp?keywords=&author=Borbone&title=&isbn=&series=&publisher=ALL&themeDisplay=ALL&availability=1&publishedSince=&sortBy=1&searching=yes&theme=ALL

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  9. Uno no puede dejar de preguntarse si cuando Platón escribió el Fedon tendría en mente las consecuencias de un Heidegger

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  10. Lamento disentir.Este texto es uno más de los tópicos memento mori de siempre.No hace falta ser filósofo para caer en la cuenta de su contenido.Basta con estar vivo. En cambio, el filósofo cree ser un gran hombre remarcando esa obviedad, acechando al hombre común con su guadaña en la mano.Vanidad de vanidades es constatar la vanidad, y encima escribirlo y peor aún publicarlo y hasta hacer cátedras con una única lección inútil:"Te vas a morir".

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  11. Dhavar: ¿Y por qué tiene que lamentar su disenso? La próxima vez, disienta y punto. ¡Faltaría más!

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  12. G Luri:

    Sólo era, por supuesto, una figura retórica.Nada es tan placentero como el disenso,especialmente el disenso por el puro placer de hacer deporte.

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  13. Respuestas brillantes, sin duda alguna. Abrazos.

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  14. Desde luego, Etienne de Bourbon lo menos que podía hacer era morirse, aunque sólo fuese por coherencia.
    Pero, mientras vivió, debió de ser la alegría de la huerta, el tío...

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