Según el Himno a Afrodita, Aurora raptó al joven Titono porque estaba enamorada de su deslumbrante belleza y quería conservarla para siempre a su lado. Así que tras el rapto solicitó a Zeus la inmortalidad para su amante, pero se olvidó de añadir que fuera acompañada de la eterna juventud. Por eso, cuando la odiosa vejez se apoderó de él inmovilizándole los miembros, Aurora lo escondió en el cuarto más secreto de su palacio. La voz de Titono –dice Homero- aún sigue fluyendo, pero sus piernas cada día tienen menos fuerza.
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lunes, 7 de enero de 2008
La historia más triste jamás contada
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Las águilas no cazan moscas
I Respuesta de Rémi Brague al periodista que le pregunta cómo logra un estilo tan claro: «El bolígrafo rojo de mi mujer» II Viaje casi relá...
Don Gregorio
ResponderEliminar1. Me recuerda la situación de Myriam en "The Hunger". En su caso, el tiempo termina cayendo sobre sus amantes de manera abrupta, luego de siglos sin manifestarse. Cuando estos apenas pueden moverse les coloca en el ático de la casa. (Son muchos y reemplazables) Lo demás no puedo contarlo, hay que ver la pelicula. A pesar que dirige Tony Scott, esta la Denueve.
2. Con respecto a la voz de Titono, escondida entre los muebles, no puedo asociarla sino con el corazón delator de Poe.
3. Ahora bien, analizados esos dos momentos tenemos en realidad dos conocidos mitos góticos que tienen bastante pegada en nuestra cultura contemporanea. Huelga decir que son complementarios entre sí.
a) El primero refiere a la situación del vampiro, suerte de semidios forzado a una inmortalidad deseante que puede leerse a la vez como poder y enfermedad. Desde la perspectiva de este sujeto, la vejez no puede ser sino LA única forma en que se manifiesta - irreversible- el "desencantamiento de lo amado".
Ahora bien, asumida por los mortales, esta posición no deja de revelar cierta pereza psicologica para ir más allá de las asimetría entre el ideal de sus propios deseos y la realidad. (O dicho en horrible hegeliano: Hacer el trabajo de lo negativo, romper con la propia unilateralidad en pos de la concreción.)
En su lugar, la vampiro contemporaneo, deja a sus amantes como objetos que han pasado de moda -a proposito de su reflexión sobre lo "fashion"-. Y si hubiera que hacer papeles, tendría que apelar a la "incompatibilidad de CARACTERES" (O Egos o monadas, como guste) antes que admitir su culto narcisista a su propio deseo.
b) El segundo momento, esa voz secreta y avergonzante, nos remite al "Corazón Delator" por no decir al mito -si hacemos un puente entre el policial y el gotico- del muerto-viviente.
Lo fascinante del tratamiento que hiciera Poe en su relato, es que el "zombie" ni esta suelto matando por las calles, ni esta confinado a su sarcofago o en algun lugar prohibido de la casa o el cementerio; esta mas bien latiendo en la fantasía paranoide de su propio asesino.
Es como si, desprovisto de todo su ornamento "romantico", el mito del muerto-viviente hablara de esos residuos culposos a través de los cuales, el limite entre el verdugo y victima, se disuelven. No en una identificación solidaria o en la imagen romántica de un corazón latiendo por dos.
La fantasía del asesino culposo apela más bien a la idea siniestra de un corazón vivo reemplazando (o engullendo) en otro cuerpo al del muerto. El protagonista aqui, nuevamente, es un vampiro. Pero no su lado gotico y afectado sino mas bien el que lo revela, sin adornos, como canibal.
Zizek, quien ha escrito bastante sobre los "undeads" insinúa que su proliferación en las peliculas de terror son el correlato filmico de este sujeto post-moderno, descentrado y hedonista que ha roto con toda restricción racional.
Podría incluirse quizas que es la forma culposa en la que el mundo "fashion" lidia con sus propios muertos.
En breve estare lanzando un blog con notas y otras cosas mas en este estilo. Tengo preparadas unas notas sobre la mortalidad entre las que incluire lo que se esta tratando aquí. De hecho lo voy a citar. Le tendré al tanto.
Saludos desde Lima y un exitoso año 2008
Querido Pierrot: ¡Cómo me alegra volver a encontrarlo por este Café! Me gusta como sabe ver y poner de manifiesto lo que yo no veo en lo que escribo.
ResponderEliminarEl destino de los muertos (y sobre todo de las muertas) enamorados es terrible, pero está más allá de la humanidad, en ese umbral que separa la vida de la muerte. Pero Titono está vivo, y padece todos los males de la edad, menos el alzheimer. Su antigua amante, Eos, la Aurora, sale cada mañana a descubrir nuevos jóvenes y él, que una vez fue raptado por la aurora, vive recluido en la más completa oscuridad. Me parece que este es el miedo que en el fondo anida en nosotros cuando nos creemos amados por la persona que deseamos ser amados. Sabemos que su amor es inmerecido, que tiene algo de gratuito y que no hay manera de poseerlo.
Si Aurora se hubiese conformado con un poster de Titono de alta resolución, Titono no hubiese pasado por ese problema. A mala fe, eso le pasó por ser bonito.(un truquillo para evitar sentir lástima sumado a una venganza infantil).
ResponderEliminarEsas cosas de las que sé poco no me permiten acercarme a ellas demasiado, pero según lo que usted dice, es una inseguridad que podría ser eterna y que necesita del compromiso de Nietzsche de parte del otro, a saber: "actuaré como si te amase aunque deje de hacerlo".
Alejandro: Me va a permitir recurrir a Merleau-Ponty (dicen que era el único filósofo francés de su generación que sabía bailar; a mi su nombre me sabe un poco a vino muy caro): Cuando se toca un poster no se toca la carne que se siente tocada y, por supuesto, cuando se mira un poster no se miran unos ojos que se sienten mirados. En el cuerpo de la amada nos tocamos cuando tocamos y nos vemos cuando vemos.
ResponderEliminarMientras escribo esto veo con claridad que sólo Merlau-Ponty puede escribir estas cosas y hacer que parezcan sublimes.
Gregorio,
ResponderEliminarYo también creo escuchar entre los susurros de Titonio, la expresión del temor “que en el fondo anida en nosotros cuando nos creemos amados por la persona que deseamos ser amados”. Solo que entiendo que ese temor solo tiene sentido cuando se ha instalado en él la duda. Sino fuera así habría que imaginar a un Titonio con esperaza, lo que parece que no se ajusta a la cosa.
Y creo también oirlo maldecirse por su condición de inmortal: el amor se consuma en la muerte. La tragedia de Titonio es que no puede dejar de ser él mismo. Realmente creo que si hubiera dudado de sí mismo (de la consistencia de su ego, inicio de su agonía) no tendría necesidad de pasar el resto de la eternidad dudando de la aurora.
Realmente triste
Don Gregorio, lo del Poster no era en serio, es bien sabido que nadie se conformaría con una foto del ser amado, aunque, como Aurora, solo se escoga la pareja por su belleza.
ResponderEliminarUn amigo anota que tal vez Aurora no lo olvidó. Que de pronto no estaba enamorada de la belleza física sino de la otra... Que si hubiera pedido su belleza inmortal, no lo hubiera podido tener cerca por mucho tiempo pués la belleza es apetecida y es voluble.
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