I
Resulta que nos han invitado a mi agente conspirador y a un servidor de ustedes a conferenciar en Bucaramanga, Arequipa, Cuzco y mi agente dice que tenemos que aprovechar la ocasión para subir al Machu Pichu y a no sé cuántos lagos de los Andes. Ando temblando de miedo. Como sé que mi agente es una unidad biónica insensible al cansancio. ¿Les he dicho ya que corre medias maratones, a sus 69 años? Para no hacer el ridículo, he decidido perder peso y ganar musculatura. O sea, me he puesto a subir cuestas. He comenzado esta mañana. Y es curioso la de gente que se encuentra uno subiendo cuestas.
II
Me he cruzado con R. y hemos hablado del problemón de las herencias. Suelen ser espectáculos lamentables en los que las familias se empeñan en causarse heridas que con frecuencia son irreparables.
III
Me ha saludado una antigua alumna que anda por radios y televisiones y hemos hablado de lo bien que estamos (mientras yo aprovechaba para recuperar el aliento) y de una futura entrevista en un programa de radio.
IV
Me he cruzado con una mujer idéntica a una famosa cirujana -de hecho la he saludado y la mujer me ha mirado con cara de desconcierto- a la que conocí el día siguiente de que su marido se largara con una mujer mucho más joven. Me vio y sin saludarme me echó encima una borrasca de insultos, el más repetido era el de "gónada con patas". No me insultaba a mí, sino al género masculino en mí, cosa que me tomé como un honor. Me cayó fatal. Pero hemos acabado siendo buenos amigos.
V
Al volver a casa me he desviado para hacer la primitiva. Si me toca la lotería, alquilaré porteadores para que me suban en litera al Machu Pichu (lo cual, pensándolo caritativamente, es otro motivo para perder peso). Me encuentro con una larga cola en la administración de lotería, ¡para que digan que se está perdiendo la fe!
VI
Un lema para nuestros días: "Yo soy el otro del otro" o si se prefiere, "el diferente del diferente".
II. Un proverbio, que yo sé en catalán pero igual es de uso más amplio, dice algo así: cuando dos hermanos se peleen, no preguntes porqué sino por cuánto.
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