Buscar este blog

martes, 20 de agosto de 2024

Pan con nueces

 I

Hoy cumplo 69 años. Así que, como era previsible,  he tenido que sufrir varias bromas sin demasiada gracia sobre el simbolismo de este número.

II

No suelo ver mucha televisión, pero esto de estar solo te hace recurrir a argumentos desesperados para pasar el tiempo. En estos últimos cuatro días he visto dos películas que casi me han gustado mucho: Perfect days, de Wim Wenders (la complicidad sentimental que garantiza similares gustos musicales en la historia de un místico de nuestro tiempo) y Yumurta, de Semih Kaplanoglu (que casi... casi):



III
He soñado que mi daimon  me susurraba al oído que “el hombre es un prólogo galeato”. En el sueño esta revelación me parecía de una profundidad admirable; pero una vez desnudado el sueño (que eso es la vigilia, el sueño desnudo), me he estado riendo un rato de mí mismo. Soy pedante hasta en mis sueños.

IV
Primera constatación de la caminata de esta mañana: Uno espera que de padres inteligentes, guapos y sensatos salgan hijos poseedores de al menos una de estas características. He comprobado que no necesariamente es así.

V
Segunda constatación de esa misma caminata: Dos adolescentes, posiblemente enamorados. Él coge un bicho (no he visto cuál) y se lo enseña a ella, que grita: "¡Qué asco, deja eso!" En esta escena tan tonta he visto la derrota de algunos prejuicios modernos. Si bien ella ha protestado, sus ojos mostraban cierta admiración que él recogía orgulloso en sus gestos.

VI

Esta mañana Irene Rigau me ha contado un cuento que a ella le contaba su madre, el de La señora de Tous:

«Había en el castillo de Tous una señora tan caprichosa que se alimentaba exclusivamente del tuétano de los huesos de corderos negros. Tras acabar con todos los corderos negros de su país se empeñó en importarlos de países cada vez más remotos. Para conseguirlos tuvo que vender sus posesiones y acabó en la ruina, viéndose forzada a vivir de la caridad de sus antiguos súbditos. Un día la masovera de una masía le dio un puñado de nueces y un corrusco de pan duro. Tenía tanta hambre que devoró aquella comida con lágrimas en los ojos. Al terminar, exclamó: "Si hubiera sabido que el pan con nueces era tan bueno, aún sería la señora de Tous”».

6 comentarios:

  1. Hoy he comprado fod libros. Un volumen con dos novelas ciencia ficción de Heinlein y una edición de Antropología Metafísica de Julián Marías. No era mi cumpleaños pero estaba cansado y me di el capricho. Feliz Cumpleaños.

    ResponderEliminar
  2. Espero que haya tenido un gran día.
    Felicidades.
    ¡Y que cumpla muchos más! (Como diría la canción).

    ResponderEliminar
  3. Lo felicitaré cuando alcance los 70.

    ResponderEliminar
  4. De la Rigau, mejor correr un tupido velo. Que le cuente la historia de Vandellós (referencia de su amado líder Jordi Pujol, para diseñar la normalitzacio lingüistica y el proyecto de mejora dela raza catalana). Después le pide por una historia de Gene Sharp para desobedecer civil e institucionalmente con el objetivo de dar un golpe blando ...a ver qué cuenta la señora ésta
    E(R/S)

    ResponderEliminar
  5. El cuento de la "Señora de Tous", como seguramente ya le habrá indicado a don Gregorio su fundada erudición, parece una versión actualizada de aquello que nos cuenta Plutarco: "En una huida, [el rey persa Artajerjes Mnemón] después de haberle sido saqueada su impedimenta, mientras comía higos secos y pan de cebada, decía: «¡Qué gran placer desconocía!»" (Moralia; Máximas de Reyes y Generales; tomo la traducción de Mercedes López Salvá, en la edición de la Colección Gredos, página 21).

    ResponderEliminar

Perillán

 I Contestándole un mensaje a Jorge Freire me emerge espontáneamente de no sé donde, pero directo y contundente, el adjetivo "perillán&...