Buscar este blog

miércoles, 14 de agosto de 2024

Vida vecinal

I

Tras una noche borrascosa, aunque con mucho más ruido que lluvia. He dormido muy mal. Al mal dormir le ha seguido una inesperada mañana de confidencias en el Petit Cafè. Apenas he tenido tiempo libre para leer un par de páginas de Plotino. Pero, por lo visto y oído, mis vecinos me veían leyendo solo y se vengaban de mi placidez arrojándome encima sus confidencias.

II

10:30. De L: "Crecí en un mundo paradójico. Me dieron cariño, aunque no todos. Pero nunca me sentí reconocido como un ser valioso. Ese desprecio lo he llevado siempre conmigo". Me paga el café con leche y me pide un cortado. 

III

10:45. De J.M: "Cuando murió mi mujer le dije a mi hijo que dejara de trabajar y se dedicara a vivir, que todo pasa muy rápido, el tiempo se te echa encima".

- Y te encuentras muriendo sin haber vivido -le digo yo rememorando a Rousseau, pedante que es uno.

- ¡Eso es! - J.M. se me queda mirando, admirado de mi sabiduría antropológica. Después, al ver mi taza vacía, me invita a otro cortado. Le digo que no. Quiere invitarme a una cerveza. Me resisto.

IV

11:10. M.J. "La temo más que a una cerveza de autor". 

No entiendo muy bien a qué se refiere exactamente, pero me gusta la comparación. Yo también detesto las cervezas de autor. Se va sin invitarme a nada. Casi me siento decepcionado.

V

11:40. Con P. Le cuento lo del pobre fetichista que queriendo un zapato de tacón de aguja se tuvo que conformar con la mujer entera". Se ríe. Está pasando por un momento muy delicado de salud. Está en los huesos. Me quiere invitar a un cortado. Le digo que ya llevo suficientemente cafeína en el cuerpo. ¡Entonces, sin consultármelo, me pide una cerveza. Le digo al camarero que medio vaso de granizado de limón y medio vaso de Alhambra.

VI

Aproximadamente las 12:00. E. se cambia de casa y abandona el vecindario. No puede con la hipoteca. Todo el mundo le aconsejaba vender. Finalmente, ha vendido. Otra cerveza con granizado de limón.

VII

¿Las 13:00? R. Es un cínico. El cínico más genuino que conozco. Acaba de divorciarse. "El matrimonio", me dice, "es una inversión mediante la cual te garantizas una fuente de placer próxima, aunque no siempre asequible, a cambio de ceder en exclusiva los derechos de propiedad sobre tus secreciones seminales". Se ríe a carcajada limpia y me invita a comer. Le digo que no, prefiero refugiarme en casa con el aire acondicionado.

VIII

16:34. Parece que va a llover de verdad.

2 comentarios:

  1. Ufff ... qué tropa. ¿Dónde quedó lo de fingirse sordo para leer tranquilo?

    ResponderEliminar
  2. Las maldades de Karl Kraus en el café de Ocata. Son irresistibles...⁸7²

    ResponderEliminar

Acabemos con Eros

 I La naturaleza de Eros, dice Diotima, es ambigua, intermedia. Su espacio es el entrambos. Por un lado, la insatisfacción y por el otro, im...