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lunes, 5 de agosto de 2024

De oxidaciones

 I

Ayer cumplí 45 años de casado. 45 años que han pasado en un vuelo.

II

Encontrar a alguien que te siga queriendo a pesar de conocer todos y cada uno de tus defectos, es cosa grande, amigos.

III

El de ayer fue uno de esos días largos que el rememorarlos te parece que tuvieron muchas más de 24 horas. Me llevaron y me trajeron de aquí para allá y yo me dejé hacer, satisfecho. Hablé de pedagogía y de Maquiavelo; de catas de vino y de aceite y disfruté de una cata memorable de un café tan excelente que no sabía ni que existía; conocí a personas grandes y generosas a los que les cuesta pronunciar la erre y disfruté de esa cordialidad tan entrañable de los costarricenses, que se te queda prendida en el alma. Vi todos los verdes de una montaña tropical, feraz e intrigante y soñé en compañía con solucionar problemas imposibles.

IV

Hoy me he despertado impaciente, porque me espera una entrevista en la televisión, un encuentro con la ministra de educación y un debate con un grupo de estudiantes... más no sé cuántas cosas más.

V

Decía un filósofo que la vida es como el hierro, si no se usa, se oxida. En el trópico el peligro de oxidación es más evidente.

V

He comenzado a escribir el artículo para el ARA de este sábado. Tratará de los juegos olímpicos y de la vida pensada y la vida vivida.

2 comentarios:

  1. Felicidades. 45 años son unos 16.425 días y unas 394.200 horas.
    Su mujer debe ser una santa

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  2. Felicidades "compañero". Yo tuve la fortuna de celebrar los 50 años de casados el pasado 25 de mayo. Y, como bien dice, la fortuna de que te sigan queriendo tras tanto tiempo de conocer, y padecer, tus defectos, no hay manera de agradecerla. Toda una vida porque, en aquellos tiempos lo habitual (aunque cada vez menos) eran noviazgos largos. ¡Qué íbamos a hacer si nos comprometimos cuando teníamos 17?

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