I
He ido esta mañana al estanco a hacer la Primitiva. Ha entrado justo antes que yo un señor que rondaría los 80 años. Ha preguntado cuánto le podía tocar si le daban el boleto ganador de no sé qué juego. La estanquera le ha dicho que 17 millones. "Por esa cantidad, yo no juego", ha dicho el señor. Se ha dado media vuelta y se ha ido. Así que le estanquera y yo hemos tenido tiempo para desarrollar un mínimo tratado de antropología lúdica de urgencia.
II
Junto al estanco está el bar de los desahuciados, gente que se caracteriza por compartir sus problemas con la verticalidad. Esta es la santa alianza de los marginados.Viven de espaldas al pueblo y el pueblo vive de espaldas a ellos. Pasamos junto a ellos sin atrevernos a mirarlos de frente.
III
Esta mañana ha aparecido Lola en la Plaza de Ocata. Traía su novela recién salida del horno:
IV
Por la tarde he ido de compras con mi hijo y ha estado bien. No hemos hecho antropología de nada. Nos hemos limitado a estar juntos y a poner de vez en cuando la palma de la mano sobre el hombro del otro.
V
Llamadas. Varias de la correctora de mi próximo libro, consultándome detalles relevantes. Varias del diario ARA sobre dos o tres frases de mi próximo artículo. De Emilio del Río, que quiere saber si estoy libre el 4. De nuestras mujeres, que nos transmitían su parecer sobre las fotos de nuestras posibles compras. Del pasado que se inmiscuía de repente en nuestro recorrido con aquel "¿Te acuerdas cuando...?".
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