I
Temer la muerte es encoger la vida.
II
Hay que darle largas al límite y así agrandar espacios.
III
No sé por qué me encontré con estos pensamientos ayer al despertarme. Aún era noche oscura y durante unos segundos no sabía donde estaba. No me resultó fácil encontrar el interruptor para echar la luz y reconocer la habitación del hotel Inglaterra.
IV
Me levanté muy temprano y fui andando hasta Santa Justa, pero dando un rodeo. Había pedido un picnic, porque el restaurante del hotel no abre hasta las 7:30 y en recepción me dieron una gran bolsa de papel con zumos, yogures, frutas, bollería y un bocadillo. Se lo di todo a un negro desgarbado que había dormido en un banco de la Plaza Nueva, cerca del monumento de San Fernando, y me fui hasta la plaza del Salvador a ver si había abierto una churrería que conocí casualmente en mi anterior visita a la ciudad. Estaba cerrada, pero recordé que allí cerca había una cafetería que abre temprano y tiene un café espléndido y unos cruasanes deliciosos. Estaba abierta y llena a rebosar de turistas jóvenes con caras de sueño y de obreros. Aún faltaba hora y media para que saliera el tren.
V
La mañana en Sevilla tiene sus propios encantos, sus propias luces, sus propias faenas y olores, su propia manera -muy generosa- de entregarse a la mirada curiosa de un forastero, especialmente en esos minutos mágicos en los que el sol ilumina las partes superiores de los edificios y aún mantiene el tránsito de las calles en el umbral del día.
VI
Hay gente que muere con tal cansancio de vivir que recibe a la Parca con alivio, como si fuera a entregarle el pesado fardo de su vida.
VII
Vivir una vida achicada por los mismos esfuerzos del vivir. Eso sí que es triste.
VIII
El negro al que le entregué el picnic me miró con una cara dura, sin el menor atisbo de emoción o de agradecimiento. Creo que incluso vi en ella un esbozo de insolencia, como si me estuviera diciendo: "¿No pensarás que te voy a agradecer la oportunidad que te doy de que te sientas bien?"
Vaya con el negro, espero que al menos disfrutara del desayuno
ResponderEliminarPuede que la cara fuese de estupefacción por recibir algo. Quizá se ha pasado un día entero sin recibir nada. Ves a saber.
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