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lunes, 17 de junio de 2024

Poblar el mundo

 I

Como no podemos vivir sin fe, poblamos el mundo de dioses.

II

Cuenta Camus en sus Carnets que en Trezel, «la calle de las mujerzuelas se llama Calle de la Verdad» y añade que «la entrada cuesta tres francos.» A Camus le gusta a veces bordear el cinismo. Otro ejemplo: «Están los que están hechos para amar y los que están hechos para vivir».

III

Largo paseo al salir de misa, por la tarde. Las familias se retiran de las playas con cierto aspectos de soldados dispersos de un ejército derrotado. Pero el domingo que viene volverán. No seré yo quien les critique por eso. De vuelta a casa nos paramos a beber una cerveza en la terraza del Tastet de la Plaza de Ocata. Hay una televisión con una gran pantalla que transmite un partido de la eurocopa, pero apenas merece la atención de dos personas. Una de ellas es el camarero. Una televisión de un bar también es una pantalla. Unos niños juegan felices por la plaza, disfrutando de esa alegría esencial de las tardes del verano.

IV

Comienzo a leer Narváez y su época, del gran Jesús Pabón, que lleva una entrañable introducción de su discípulo, Carlos Seco Serrano. En este libro todo es historia. Pabón es -o al menos me lo parece- un ejemplo magnífico de honestidad intelectual. Escribe en paz con su objeto y eso se pone de manifiesto en la prosa, más cerca de Tucídides o Herodoto que de la pesadez de tantos historiadores modernos.

3 comentarios:

  1. Hablando de dioses y de playas.
    Veo yo dos tipos de conciencia en los humanos cuando éstos se encuentran frente al horroroso infinito: aquellos que lo piensan como granos de arena en la playa; y aquellos otros que lo ven en los pliegues y repliegues cde una túnica sagrada.

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  2. Hablando de beber cerveza.
    Sorbetear con ansia de verano una cerveza helada, rebosante de espuma en su superfície, es como beber el disfrute de la vida sabiendo que ésta tiene una existencia amarga.

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  3. «la entrada cuesta tres francos»... el servicio cuesta... (la entrada es para los burdeles, Camus habla de prostitución callejera).

    "Il y a ceux qui sont faits pour aimer et ceux qui sont faits pour vivre". «Están los que están hechos para amar y los que están hechos para vivir». Para no repetir 3 veces "están": "Hay la gente hecha para amar y la gente hecha para vivir."

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Jerusalén

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