Son las 6:29. Acabo de cerrar On human nature, de Roger Scruton. A lo largo de este mes de marzo que también se acaba, he leído de este mismo autor Usos del pesimismo, El alma del mundo, How to be a conservative y Education and Indoctrination.
La sensación final, a pesar de que podría señalar varias páginas magníficas, cuyos argumentos me guardo para mis propios debates, es ligeramente decepcionante. Scruton nos puede proporcionar un cierto aroma intelectual para lucir de conservadores, pero no nos ofrece argumentos válidos para fundamentar el conservadurismo del siglo XXI, que es el conservadurismo tout court, claro.
Cuando, más allá de la atmósfera general conservadora de sus escritos, pretende dar argumentos fuertes que justifiquen su conservadurismo, el lector suele encontrarse con tesis liberales acompañadas de una defensa de la sabiduría práctica y del amor a lo nuestro (al terruño y a las leyes viejas) que no va más allá de la reivindicación romántica y, por lo tanto, retórica, de lo ancestral en lo actual. Suena muy bien, pero eso no es suficiente.
A mi modo de ver, el conservador, para merecer ese nombre, ha de haberse enfrentado abiertamente al nihilismo. De ahí mi interés por Donoso Cortés. Pero además debe salir de este enfrentamiento con la convicción de que el principio represor que guía inevitablemente la vida en común, aunque se metamorfosea, no puede ser reprimido. No puede serlo por la sencilla razón de que es también el principio conformador del animal político.
Hay que ir más allá de Fichte y Hegel y situar la conciencia del yo fuera de las relaciones formales de un Yo y un Tú apolíticos. Hay que encarnar al Yo y al Tú. El yo es una construcción política no porque se dirija a un tú que también es un yo, etc, sino porque esta actividad tiene lugar inevitablemente en el seno de una politeia, por lo cual el verdadero construcción de yo es mi politeia. Dicho de otra forma: para justificar el conservadurismo hay que justificar que el hombre es un animal político y no meramente social. Justificar el conservadurismo es justificarme.
Añado que la autonomía posible del sujeto depende siempre de una politeia heterónoma.
Hay que ir más allá de Fichte y Hegel y situar la conciencia del yo fuera de las relaciones formales de un Yo y un Tú apolíticos. Hay que encarnar al Yo y al Tú. El yo es una construcción política no porque se dirija a un tú que también es un yo, etc, sino porque esta actividad tiene lugar inevitablemente en el seno de una politeia, por lo cual el verdadero construcción de yo es mi politeia. Dicho de otra forma: para justificar el conservadurismo hay que justificar que el hombre es un animal político y no meramente social. Justificar el conservadurismo es justificarme.
Añado que la autonomía posible del sujeto depende siempre de una politeia heterónoma.
Ahora bien, nada de esto tiene sentido si no se acepta que el hecho político fundamental es la politeia. Pero si no se hace así, la defensa del sentido común y de la sabiduría práctica del hombre corriente (sin la cual tampoco hay conservadurismo) se queda a medias y se tiene que recurrir como complemento a argumentos quizás entrañables, pero insuficientes, como los de Orwell (cuando no al propio y entrañable Orwell). No basta mostrar que, efectivamente, por vivir con los demás vivimos también aprendiendo de ellos, de la manera como resuelven sus problemas, anticipan respuestas, crean lazos de fidelidad, etc. Hace falta mostrar, especialmente, a la luz de qué concepción de lo alto y de lo bajo tiene todo esto lugar.
Gregorio, ¿dónde comprende usted que empieza la línea de la reacción?
ResponderEliminarEntendiendo que entre el conservador y el reaccionario no hay mucho en común, porque el primero siente náuseas ante el presente y mira hacia el pasado como un lugar de salud. El conservador no pretende conducir el pasado hacia el futuro, sino lo valioso del pasado (que dista mucho de ser todo) hacia el presente, pero con la intención de darle valor al presente.
EliminarGracias. En cuanto a Donoso Cortés, me resulta difícil catalogarlo tanto como reaccionario o conservador, sin matizar lo que se haya decidido. ¿Usted lo considera reaccionario? Aunque no creo que Donoso juzgase oportuno reprimir el principio de represión que guía la vida en común, como usted bien dice. La formulación en adversativa me crea dudas. Disculpe los titubeos de mi lectura...
EliminarEl conservadurismo del XIX es esencialmente reaccionario porque es una reacción contra la revolución francesa, pero claro, entre Burke y Donoso hay algo más que matices. A mi me interesa pensar qué conservadurismo es posible en el siglo XXI y para esta empresa, Donoso me parece más útil que Burke, porque el primero conoce bien con qué facilidad puede deslizarse la razón hacia el absurdo. La prueba, las tiranías del siglo XX. Lo que sostengo -o al menos esto es lo que pretendo explorar- es si se puede sustentar hoy el conservadurismo sin tener una conciencia clara de lo que supone el nihilismo. Mejor: sin haber transitado por él.
EliminarHace unos meses leí «Escolios a un Texto Implícito» de Nicolás Gómez Dávila. Me ha gustado mucho, pero también me dejó esa sensación de que no va más allá de la reivindicación romántica del pasado y el pesimismo ante lo moderno.
ResponderEliminarCuando conocí los aforismos de Gómez Dávila quedé fascinado, pero tiene usted razón, llega un momento en que la saturación de pesimismo produce como una digestión pesada que acaba convirtiéndose en un lastre para entender el presente. Gçomez Dávila es un digno representante de lo que podríamos llamar el conservadurismo dispépsico. Eso sí, me guardo unos cuantos aforismos suyos.
EliminarHay dos Scruton.
ResponderEliminarUno es un hombre culto muy preocupado por lo que ve a su alrededor y que profesa algo así como un hegelianismo - insular - de derechas .El otro es "a modern tory" absolutamente previsible. El segundo no me interesa mucho , porque conozco bastante bien las debilidades y el alcance de sus argumentos: recuerdo mi sorpresa al leer el capítulo segundo de "Usos del pesimismo" sobre los orígenes dela Gran Recesión, y eso para empezar, o la gracia que me hizo en "El alma del mundo" la glosa de Hohfeld , cuando la obra de este hombre hizo teoréticamente más por fundamentar la revolución legal del "New Deal " que el mismísimo juez Holmes.
Scruton tiene también un rasgo de carácter, o eso me sugiere su lectura, que me parece un tanto perturbador. A saber , es incapaz de reconocer cualquier clase de nobleza a sus adversarios políticos. No he encontrado nada en su obra semejante al juicio que un Marcuse le inspiraba a Raymond Aron por ejemplo. Al contrario , incluso la lividez de la envidia : por ejemplo con Hobsbawn. Y cuando tiene que reconocer inteligencia, es inevitable la posdata , que si a veces puede estar justificada en otros casos - Adorno,Dworkin - incurre en auténtica mala fe. Siempre que me he encontrado este rasgo , sean cual sean las simpatías políticas del afectado, es la punta del iceberg de algo más...grave.
El segundo Scruton sí me parece interesante. Su Estética inicial - una especie de Hans Seldmayr anglicano - fue dando paso a toda una auténtica filosofía de la Historia donde autores como Henry Maine , Fustel de Coulanges o Girard fundamentaban un relato sobre la alienación del hombre moderno centrada en la pérdida de una referencia religiosa comunitaria.Sólo una religión que marque límites a los "poderes inescrutables " y a los estragos del individualismo desatado puede mitigar los males de la vida de nuestro tiempo. Lo curioso es la parábola descrita por su obra. Scruton pasó de recomendar la traducción de Confucio de Simon Leys para "redescubrir la piedad sin fe religiosa" , a creer que basta fundamentar la posibilidad del teísmo para afianzar la superioridad del Cristianismo, porque del resto ya se encargó Girard. Pero la carga de la prueba sigue cayendo del mismo lado: "El deísmo - decía Voltaire- es un ateísmo cortés".
Me parece que la solución para los verdaderos conservadores está muy cerca de Confucio ,que aquí está muy cerca del Platón de Las Leyes, pero Confucio no es Séneca, y el Cristianismo no es una religión "oriental".
PDTA: Se acaba de traducir "Religio Duplex" de Jan Assmann. Para conocer no sólo qué era la masonería que inspiró a Mozart, sino también como pensaban Lessing,Jefferson, Madison sobre estos problemas.
Como siempre, le agradezco mucho sus comentarios. Sí, he intuido esos dos Scruton. Se anuncia con frecuencia en chispazos de inteligencia que, sin embargo, no alcanza a desarrollar. ¿Quizás porque no es del todo consciente de lo que le va saliendo al paso?
EliminarMuy pertinente la referencia a Aron. El estilo, para un conservador, debiera ser el mensaje.
Gómez Dávila es uno de los mejores aforistas del siglo XX pero un pensador político muy mediocre (al lado de los grandes pensadores reaccionarios como Joseph de Maistre, Chateaubriand, Donoso Cortés, Schopenhauer, Maurras, Cioran o Philippe Muray). Su odio de la democracia le hace a veces delirar:
ResponderEliminar- La democracia tiene el terror por medio y el totalitarismo por fin.
- El absolutismo es el principio vital de la democracia.
- Hoy, la legitimidad de un régimen depende del número de cadáveres que acumula.
- Llamamos era liberal los cuatro siglos que duró la liquidación de las libertades medievales.
No sé si de Maistre es exactamente un reaccionario. Su famosa frase: "no es necesaria una contrarrevolución, sino una revolución contraria" da que pensar al respecto, aparte de ser puro "pensamiento "en estilo". Llamar pensador a Maurras también puede ser cuestionable.
EliminarA de Maistre, Antonio Compagnon, en su delicioso libro "Los antimodernos" lo considera eso, un antimoderno; o sea, un moderno que avanza mirando el retrovisor. Me gusta la imagen. Pero ocurre que en el retrovisor lo que ven es la revolución francesa y, a partir de ahí, la historia nos es más que el relato de una decadencia.
EliminarYo sí considero pensador a Maurras. Lo que no me atrevo a decir es si su pensamiento es el resultado de la incapacidad del conservadurismo continental para dialogar con el liberalismo
.
Mil gracias, me interesaba mucho su opinión. Maurrás tal vez sea más un pensador en el sentido de los poetas (por imágenes), aunque no sé si me excedo. De maistre consideró la Revolución una época más que un acontecimiento, y tal vez fue eso lo que lo hizo melancólico (es decir, antimoderno).
EliminarSobre las complejidades y recovecos del conservadurismo: https://home.isi.org/confused-students-guide-conservatism?utm_source=Intercollegiate+Studies+Institute+Subscribers&utm_campaign=2503c48c95-IR+Weekly+March+30&utm_medium=email&utm_term=0_3ab42370fb-2503c48c95-93365517
ResponderEliminarAcertado ejericio taxonómico. El problema es que, atendiendo a esa lista solamente, que para el ámbito anglosajón puede funcionar muy bien, perdemos de vista las variantes particulares del pensamiento conservador patrio.
EliminarPienso, después de ver citado a Donoso, en Juan B. Fuentes, que fuera uno de los alumnos aventajados de Gustavo Bueno. Hombre que tiene una conciencia prístina de lo que ha supuesto y, por lo tanto, supone el nihilismo. Nada más que escribe contra él. Además de la contundencia (no tanto la brillantez) de la prosa, Fuentes comparte o, mejor, recupera, a mi entender, ciertas ideas que se encuentran en Donoso, en cierto modo y enraizadas en la idea de Imperio que manejó Bueno (supongo que éste se la debía a Montero Díaz, su director de tesis) y desde un histórico-vitalismo orteguiano. Dos fragmentos:
"(...) la defensa de una forma propia de liberalismo, hispano en cuanto que católico, anterior y distinto al moderno y puramente económico del librecambio (aunque no necesariamente incompatible con él). Un liberalismo que descansaba en la liberalidad o generosidad propia de la vida comunitaria local (generosidad que, por su propio impulso, no podía dejar de propagarse entre las distintas comunidades de su órbita espiritual) y que servía de freno a toda posible intromisión del Estado en las libertades y formas comunitarias de vida tradicionales, así como en la libertad y dignidad de cada persona".
"Ciertamente, quienes nos situemos en esta forma de “liberalismo metapolítico en defensa propia” estaremos muy próximos a la figura del “emboscado”de Jünger (y ello sin necesidad de llegar a asumir la metafísica idealista irracional de la vida de este autor, de factura típicamente romántico-idealista alemana, que sin duda no aceptamos).
“Emboscados”, en efecto, en cuanto que voluntariamente aislados de una sociedad progresista moderna que repudiamos por su raíz; o bien solitarios que no han sido ciertamente expulsados de la sociedad actual sino que más bien han expulsado voluntariamente ésta de su propio pecho. Mas por lo mismo no mutuamente aislados, sino en continua disposición de establecer vínculos comunitarios tradicionales —si se quiere, “de emergencia”— allá donde verdaderamente éstos puedan encontrarse, sabedores por ello de que sólo la posible, aun cuando muy remotamente improbable, regeneración de estos vínculos pudiera llegar a sentar las bases meta-políticas de una forma de hacer política que desde luego debería suponer la transformación más completa de toda posible política moderna".
En fin, no sé si está pensando usted, de cara a su trabajo, en un tipo de pensamiento conservador de carácter moderantista, del estilo de Valentí Puig, por ejemplo, más que tradicionalista. Siempre más "práctico". O en pensadores que sus lectores sabemos que le son gratos, como Finkielkraut, tachado a veces de reaccionario, sin serlo. Que es duro con el hoy, pero sin sentir necesidad de "emboscascamiento".
"A la luz de qué concepción de lo alto y de lo bajo tiene todo esto lugar." Me intrigan estas palabras. Hace poco he leído que su "querido" Žižek pone por centro de la subjetividad a la parte reprimida de nosotros mismos, es decir al "verdadero sujeto", al que las relaciones sociales no dejan aflorar en su expresión genuina. Yo estoy más de acuerdo con usted, el sujeto que somos sólo es el sujeto posible, el que surge de la politeia, en sus palabras. El sujeto de Žižek es otra vez el ser abstracto de Hegel y Fichte (o más bien su reverso, porque es negativo: lo que no se deja surgir). Que el juego de las relaciones sociales e interpersonales se juegue bajo una conciencia determinada de lo alto y de los bajo ¿quiere decir que no es un juego cualquiera?
ResponderEliminarAmigo Enrique, es el juego más serio, porque en él nos jugamos el sentido y salud del "nosotros", que hay que defender precisamente frente a iluminados como Zizek, que nos vienen a decir que nuestra comunidad está construida con una ideología que le ha dado una falsa conciencia de sí misma de sí misma de la que todos somos deudores satisfechos. Pero no se limita a decir esto. El iluminado que lleva dentro le sale a flote para prometernos una salida de la caverna ideológica que, por supuesto, sólo se puede hacer con dolor. Hay que amar a la gente más de lo que Zizek la ama, porque él sólo la ama como promesa del hombre nuevo que puede llegar a ser, mientras que la tenemos que amar por lo mejor que el hombre que somos cada uno de nosotros puede llegar a ser (aunque no lo sea). Obviamente, la conciencia de lo alto y de lo bajo es la esencia de toda politeia.
EliminarAñado Enrique que la pilotea, a mi modo de ver, es la caverna. Y no hay un más allá de ella.
EliminarLo alto y lo bajo están entonces completamente dentro de la caverna
EliminarSí y eso es lo que significa que el hombre es un animal político.
EliminarGracias por la aclaración
EliminarYo conocí a Juan Bautista Fuentes en Gijón,en un congreso de Filosofía de la Ciencia, en abril de 1988. Entonces era un marxista que creía que Gustavo Bueno estaba construyendo una gnoseología materialista sólida.Después del eclipse parcial de Tomás Ramón Fernández a algunos nos parecía el psicológo de la Escuela. Cuando a finales de los noventa don Gustavo escribió "España frente a Europa" , una de las críticas más flojas del libro la escribió él. Una crítica tensa y que dejaba traslucir cierto estupor ante los nuevos- ¿o no tan nuevos?- derroteros que se intuían en la obra del Maestro.
ResponderEliminarDe su obra posterior en filosofía política no voy a hablar, porque me parece demasiado pronto. Pero yo diría que tiene una cosa en común con el último Bueno: a saber, situarse de espaldas ante lo que podríamos llamar "el ala racionalista de la Nueva Izquierda": que una palabra como "socialismo" le parezca muerta no tiene nada de extraño entonces.
Decía Löwith que el Materialismo Histórico era la historia de la Salvación escrita en el lenguaje de la economía política. Algo así le pasa, entonces, a Žižek que pretende salvarnos con el lenguaje de una supuesta racionalidad (y a puñetazos). Yo me apunto entonces al carro de lo alto y de lo bajo que dice usted...
ResponderEliminarZizek, como las diferentes formas de historicismo, queriendo liberar a los habitantes de la caverna, acaban construyendo un subterráneo en la misma caverna y asegurando que allí se encuentra el sol.
EliminarNo es así.
En el desarrollo de nuestras actividades habituales entramos continuamente en contacto con personas que están resolviendo problemas de su vida cotidiana, que en gran medida son similares a los nuestros, y a los que vemos tener éxito o fracasar. Este es el aprendizaje político fundamental, que es el que pretenden desmontar las ciencias sociales y los críticos de las ideologías, sustituyéndolo por un único manual de obligada lectura y cumplimiento. Como nos han demostrado sobradamente los totalitarismos de esta forma no se incrementa el conocimiento socialmente disponible, sino que se reduce notablemente.
Sólo me queda añadir que el fracaso o el éxito nunca es meramente técnico. Es fundamentalmente político. No se tienen las mismas concepciones de ambas cosas en Sevilla que en Ullapool (un pueblecito delicioso de la costa occidental escocesa). Pongo este ejemplo porque en Ullapool también se estima mucho a los toros, pero de forma muy distinta que en Sevilla.
Como soy historiador siempre estoy tentado de historicismo. Sin embargo nunca me atrajeron las teleologías históricas ni las historias de salvación. El concepto asumible creo que es ese que usted dice: ir resolviendo nuestros problemas apoyados en la experiencia del otro. Me recuerda un poco el concepto histórico de Burckhardt que basaba la conciencia histórica de la humanidad no en una meta final (progresismo) como la mayoría de sus colegas historiadores, sino en la continuidad. Dicho, creo, en el lenguaje de la "politeia": en mantenerse a flote a pesar de todo. Y eso no se aprende en manual alguno, es cierto. ¿Para cuando ese libro sobre el conservadurismo, don Gregorio?
EliminarSe puede, perfectamente, ser historiador no historicista. Basta para ello con no considerar el presente como el tribunal de la historia y, al mismo tiempo, su momento absoluto.
EliminarHay que añadir alguna cosa más a la defensa de la sabiduría práctica: Para que tenga sentido, hay que defender el marco en el que se realiza, es decir, lo nuestro y especialmente, la confianza mutua, el nosotros.
El libro, cuando tenga las ideas claras.
A veces uno descubre asombrado que no está en condiciones de defender teóricamente sus propias convicciones. He decidido no tener prisa.
En su libro, Compagnon esboza una serie de características de la "sensibilidad antimoderna", entre las que destaca el pesimismo, el tono polemista o exaltado (lo que, creo que usted alguna vez ha considerado contradictorio con lo anterior) o el sufrimiento de las víctimas en beneficio de los verdugos. Esta última característica (que siempre me ha perturbado) se enlaza con la cuestión sólo aparentemente superada hoy del pecado original. El sujeto abstracto pre- o a-político es a lo mejor este sujeto roussoniano sin pecado original, es decir, probablemente sin atributos. Esta dialéctica entre el sujeto moderno y el sujeto antimoderno quizás tiene que ver con el antimoderno (y paradójicamente más moderno que ninguno) Blaise Pascal para quien la cuestión consiste primordialmente en no mezclar los órdenes: principalmente en no mezclar el orden de lo sentimental con el orden de lo político, cosa que se ve hoy por todas partes. Me pregunto si esta separación de los órdenes tiene algo que ver con la consideración de lo alto y de lo bajo que usted señala. Digo muchas veces "a lo mejor", "probablemente" y "puede ser", porque temo estar confundiendo unas cosas con otras, lo que me pasa a menudo y por lo que pido disculpas por adelantado.
EliminarEnrique, este no es un foro académico, sino más bien una tertulia en la que nos podemos permitir ciertos lujos. El papel del verdugo es, ciertamente, digno de ser rumiado porque hay un momento crucial en el que es él quien representa la soberanía y esta representación arroja una luz trágica (y no por ello falsa) sobre la misma. Permítame que sea ahora yo el que diga que "probablemente" el tiempo histórico se caracteriza por la progresiva separación de órdenes. Pierre Manent sugiere algo así, y esta es una idea a la que no paro de dar vueltas sin saber bien cómo hincarle el diente. Esta separación "parece" implicar, en todo caso, una multiplicación de las perspectivas políticas sobre lo alto y lo bajo, que es donde estamos.
EliminarGracias por su indulgencia, don Gregorio, que «seguramente» no mereceré. Me viene a la cabeza toda la teoría del sacrificio de Bataille (otro antimoderno) que incide precisamente en esa fundamentación trágica de la soberanía. Aunque tal vez el fundamento antropológico del sacrificio está desenfocado en Bataille en favor de un planteamiento digamos metafísico.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar@ Enrique García Vargas
ResponderEliminar"No sé si de Maistre es exactamente un reaccionario."
@ Gregorio Luri
Más arriba ha escrito usted: "Entendiendo que entre el conservador y el reaccionario no hay mucho en común, porque el primero siente náuseas ante el presente y mira hacia el pasado como un lugar de salud. El conservador no pretende conducir el pasado hacia el futuro, sino lo valioso del pasado (que dista mucho de ser todo) hacia el presente, pero con la intención de darle valor al presente."
Suponiendo que escribiendo "el primero" quería usted escribir "el segundo" y que el reaccionario sea, pues, quien siente "náuseas ante el presente y mira hacia el pasado como un lugar de salud", Joseph de Maistre, si mes souvenirs sont bons, es un gran reaccionario. Yo no soy filósofo y hace muchos años que leí a Maistre (sobre todo sus "Soirées..." y sus "Considérations sur la France") y también el "Ensayo sobre el pensamiento reaccionario" que Cioran le dedicó (en español está en su libro "Ejercicios de admiración"), pero recuerdo muy bien sus "náuseas" ante el presente que le tocó vivir y su añoranza de una edad de oro situada en un muy remoto pasado. No en vano sus
enemigos le llamaron el "profeta del pasado".
"A de Maistre, Antonio Compagnon, en su delicioso libro "Los antimodernos" lo considera eso, un antimoderno; o sea, un moderno que avanza mirando el retrovisor. Me gusta la imagen. Pero ocurre que en el retrovisor lo que ven es la revolución francesa y, a partir de ahí, la historia nos es más que el relato de una decadencia."
Una vez más, y si recuerdo bien sus teorías, para De Maistre la modernidad de su época, es decir, la revolución francesa y sus consecuencias, no fueron más que un castigo de Dios a los hombres por haberse desviado de su verdadero camino, que es el del absolutismo católico. No sé cómo Compagnon puede considerarlo como un simple antimoderno, cuando todo su pensamiento mira hacia atrás. De Maistre no es alguien al que le moleste la modernidad de su época, sino alguien para quien la explicación del mundo, la clave de la vida, está en el pasado.
Yo no creo haber leído nunca a un autor más reaccionario que él.
Si supiera dónde tengo los libros de De Maistre y de Cioran en el caos de mi biblioteca encontraría citas que prueban lo que digo. En internet he encontrado algunas:
" Cette idolâtrie des commencements, du paradis déjà réalisé, cette hantise des origines est la marque même de la pensée “réactionnaire”..." (Cioran a propósito de De Maistre).
"Toujours le réactionnaire, ce conservateur qui a jeté le masque, empruntera aux sagesses ce qu’elles ont de pire, et de plus profond : la conception de l’irréparable, la vision statique du monde. Toute sagesse et, à plus forte raison, toute métaphysique, sont réactionnaires, ainsi qu’il sied à toute forme de pensée qui, en quête de constantes, s’émancipe de la superstition du divers et du possible." (Id).
"Cramponné à l’absolu par haine d’un siècle qui avait tout remis en question, il devait aller trop loin dans l’autre sens, et, par peur du doute, ériger l’aveuglement en système." (Id).
"L’histoire, suivant Maistre, doit nous faire revenir - par le détour du mal et du péché - à l’unité de l’âge paradisiaque" (Id).
Aquí hay un análisis de ese libro de Cioran:
"Visions du temps. Cioran analyste de la réaction, de l’utopie et du progrès", de Jean-Claude Guerrini
https://mots.revues.org/6093
Efectivamente, mi primer comentario debe quedar así: "Entendiendo que entre el conservador y el reaccionario no hay mucho en común, porque el segundo siente náuseas ante el presente y mira hacia el pasado como un lugar de salud. El conservador no pretende conducir el pasado hacia el futuro, sino lo valioso del pasado (que dista mucho de ser todo) hacia el presente, pero con la intención de darle valor al presente".
EliminarGracias.
Respecto a de Maistre, Compagnon ve en él, y yo creo que con acierto, un aire hegeliano. No es, desde luego, ajeno al peso del tiempo. Cuando dice que "el restablecimiento de la monarquía, que llamamos contrarrevolución, no será en absoluto una revolución contraria, sino lo contrario de la Revolución", no pretendía darle la vuelta a la historia, como si fuese un calcetín que s puede volver del revés, sino la superación del periodo posrevolucionario con la introducción de un nuevo periodo. Es también de Maistre quien escribe: "Si se piensa bien, no nos queda más remedio que admitir que, una vez asentado el movimiento revolucionario, Francia y la Monarquía sólo pueden ser salvada por el jacobinismo".
Personalmente le confieso que la tesis que defiende de Maistre respecto a que las constituciones no se pueden crear ex nihilo, sino que "existen porque existen"(Considérations sur La France), me parece que tiene mucha miga. Alguien que sostiene que las constituciones son obra del tiempo, merece mis respetos.
Pues lo ha dicho usted mejor que yo, y concuerdo totalmente.
EliminarLa salida de esta situación acerca de de una consideración no reaccionaria o no de de Maistre está seguramente en el carácter marcadamente contradictorio de su pensamiento, lo que no parece propio de las seguridades de la reacción y sí quizás más de las perplejidades del antimodernismo. Creo que Baudelaire (¿puede ser reaccionario un poeta verdadero?)le llamó su maestro de pensamiento precisamente porque le puso en el camino de un pensamiento contradictorio que tanta fortuna ha hecho luego. Ya he citado una de esas contradicciones que además de pensamiento es un ejercicio de estilo, o que es pensamiento precisamente porque es un ejercicio de estilo: "no hace falta una contrarrevolución, sino una revolución contraria". O sea, que el pasado está perdido para siempre y de Maistre lo sabe. No mira entonces al pasado como lugar de salud, sino como no-lugar. Creo que a esto se refiere Compagnon.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. La salud política no se encontraría en el pasado sino en una sabia administración del tiempo... aún no se le ocurre pensar a de Maistre que el tiempo pudiera haberse salido de sus goznes.
EliminarBaudelaire habla y cita varias veces en sus Obras Completas a De Maistre de pasada. Sólo una sola vez escribe, en una de las notas de sus "Fusées", sobre lo mucho que le debe, en una tan breve como importante frase: "De Maistre et Edgar Poe m'ont appris à raisonner."
EliminarBaudelaire habla y cita varias veces en sus Obras Completas a De Maistre de pasada. Sólo una sola vez escribe, en una de las notas de sus "Fusées", sobre lo mucho que le debe, en una tan breve como importante frase: "De Maistre et Edgar Poe m'ont appris à raisonner."
EliminarDecía J. Balmes a mediados del S.XIX:
ResponderEliminar"La perfectibilidad indefinida de que nos están hablando sin cesar los filósofos del porvenir es también un asunto sobre el cual abrigo yo mis dudas, así como sobre lo que dan por supuesto y enteramente incuestionable de que la humanidad, aun aquí en la tierra, adelanta siempre hacia la perfección, haciendo sin cesar nuevas conquistas." (Cartas a un escéptico, Carta IV: 'Filosofía del porvenir')
Balmes, junto con otros ilustres pirómanos de Cristo como Pascal, Donoso Cortés o Carl Schmitt, dan vida al designio que está escrito:
"Yo he venido a echar fuego sobre la tierra, ¡y cómo quisiera que ya estuviera ardiendo!" (Lc 12,49).
Poner en suspenso el siglo y purificarlo a través de la duda de una razón sujeta a la Tradición revelada, ¿no radica en esto radica el nihilismo conservador? Tenemos firmes razón para ser optimistas ante el porvenir, pero no al modo ilustrado, sino, a riesgo de elitismo maniqueo, clamando con Eugeni d'Ors:
"El mito de la Evolución para los perezosos. El mito de la Revolución, para los noveleros. Para nosotros, la Santa Intervención."
Separarse sutilmente de los perezosos y noveleros filósofos del porvenir, en aras a un Porvenir hecho no a imagen del siglo, sino a imagen de lo Eterno.
¡Credere aude!
intelligo, ut credam
EliminarYo me planteo la cuestión de un nihilismo cristiano desde lo que yo llamo San Viernes Santo. La secuencia que va del huerto de los olivos en la que vemos a un Dios dudando y temiendo a la muerte al "perdónalos porque no saben lo que hacen". Ese "no saben", en presente, es nuestro presente.
Balmes: cada vez lo siento más cerca.
@ Gregorio Luri y Enrique García Vargas
ResponderEliminarCreo recordar que Cioran habla en su ensayo sobre De Maistre de sus contradicciones, la primera de las cuales, y fundamental, es que era masón de alto grado (y cuando se conoce el papel que la masonería jugó en la revolución francesa - de la que De Maistre escribe que tiene "un caractère satanique" - ça laisse songeur - como decimos aquí). También escribe que sus teorías principales son fanáticamente y provocadoramente reaccionarias (sobre la teocracia como régimen ideal, sobre el papa, sobre la guerra, etc) pero que en su Correspondencia se ve bien que era un hombre mucho más moderado y equánime.
En cualquier caso difícil no considerarlo un gran reaccionario cuando se le lee (aunque sea sobre todo, como es mi caso - y el de Valéry- porque se trata de uno de los mejores estilistas franceses - con Saint-Simon, Voltaire, Rousseau ou Chateaubriand):
"Les lois sont sans vigueur, le gouvernement reconnaît son impuissance pour les faire exécuter; les crimes les plus infâmes se multiplient de toutes parts; le démon révolutionnaire relève fièrement la tête; la Constitution n'est qu'une toile d'araignée, et le pouvoir se permet d'horribles attentats. Le mariage n'est qu'une prostitution légale ; il n'y a plus d'autorité paternelle, plus d'effroi pour le crime, plus d'asile pour l'indigence. Le hideux suicide dénonce au gouvernement le désespoir des malheureux qui l'accusent. Le peuple se démoralise de la manière la plus effrayante; et l'abolition du culte, jointe à l'absence totale d'éducation publique, prépare à la France une génération dont l'idée seule fait frissonner."
(Joseph de Maistre. Considérations sur la France)
Milagro: acabo de encontrar por pura casualidad (buscando otro libro) - ¿será que a nuestros Ángeles de la guarda les interesa nuestra discusión? - el volumen de De Maistre publicado en 2007 en la colección Bouquins y titulado "Oeuvres" (libro de casi 1.400 páginas). Recuerdo haberlo comprado por la Introducción (de casi 200 páginas) de Pierre Glaudes (que aún no he leído) y sobre todo por el diccionario de temas (de casi 200 páginas también), muy práctico, que tiene al final. Abriéndolo al azar es fácil darse cuenta de que para calificar su opinión a propósito de casi todos los temas sobre los que ha escrito, la expresión de gran reaccionario es la más pertinente. Llamarlo simple antimoderno es incluso un error grave para mí, vista la contundencia con la que piensa y escribe de Maistre contra su época, y vistas sobre todo las ideas que defiende. Basta leer las noticias Absolutismo, Derechos humanos, Verdugo, Pecado, Monarquía, Inquisición, Mal... para darse cuenta de que estamos ante el mayor teórico de la Reacción que ha existido.
ResponderEliminarEn la titulada "Escatología", se discute el sentido de la famosa frase citada aquí varias veces: "le rétablissement de la monarchie, qu’on appelle contre-révolution, ne sera pas une révolution contraire, mais le contraire de la révolution." Glaudes comenta que para Maistre se trata de una revolución religiosa, un orden nuevo que deberá tomar la forma de una "explosión divina". De Maistre es un reaccionario, pero un reaccionario que va más allá de la simple reacción, un reaccionario místico.
Y en la titulada "Éducation" se dice que De Maistre escribió sobre el tema en varias ocasiones. "L'essentiel pour lui est d'"aprendre à aprendre" - il utilise la formule - sans abuser de la mémoire, mais en sollicitant l'émulation et l'amour-propre et en fondant le savoir sur l'éducation morale."
EliminarPablo esto me interesa muchísimo. ¿Podrías ampliar un poco más la cita?
EliminarTe puedo escanear las dos páginas del libro y enviártelas por mail.
EliminarTe estaría muy agradecido.
EliminarNo encuentro tu mail...
EliminarBúscame en twitter o en Facebook y te envío un mensaje
Eliminar