"ser de izquierdas es vivir permanentemente escandalizados por lo mal que funciona el mundo por culpa de los fascistas…"
El problema es que la izquierda ejerce también el poder. Esta mañana, en la radio (France Info) se hablaba del asalto de varias docenas de jóvenes a un liceo del departamento de Saint-Denis (el más poblado de Francia por inmigrantes y musulmanes), con cócteles molovot, botellas de gasolina, barras de hierro, etc, etc - un hecho que se repite desde hace años y cada vez con más frecuencia. El gobierno de Hollande y los dos diputados, de izquierdas, del lugar (un ministro y el portavoz de Hamon), que llevan 5 años en el poder, no dicen nada. Marine Le Pen y Fillon se frotan las manos.
Si la gente en este país vota cada vez más al Front National es porque ve que "las soluciones" (más dinero para las asociaciones que se ocupan de esos problemas, más campañas de publicidad sobre la ciudadanía, más vigilas en las puertas de los liceos) que proponen la izquierda y la derecha clásica a problemas como ése, son totalmente ineficaces.
Y si los pobres, los obreros y los estudiantes son los que más votan a Le Pen es sencillamente porque son los que más duramente sufren las consecuencias de la ceguera ante la realidad y de los delirios ideológicos de la izquierda, de los que la derecha clásica está tan contaminada.
Ése es el gran clásico de la izquierda francesa, el recurso a Rousseau: el hombre es bueno por naturaleza, es la sociedad la que le hace malo. En cuanto a un político o un filósofo de izquierdas se le pregunta por ese regreso a la barbarie en muchos "barrios sensibles", como los llaman, echa mano de ese supremo argumento.
La izquierda francesa es la más ideológica del mundo, es decir la más retrógrada. Aún no han salido de la Revolución Francesa. Ahí está Melenchon haciendo el elogio de Robespierre todos los días. Y no hablemos ya de los sindicatos, que son desde hace 40 años el mayor obstáculo a cualquier reforma en este país (cuya deuda crece a la velocidad de 3.000 euros por segundo desde hace más de 10 años).
También tuve el honor, el placer y la experiencia de conocer diversos casos de criminalidad en San Quintín. Allí nadie quería escuchar a un psicólogo o a un psicoanalista.
"Todos los meses viene alguien de Los Angeles o San Francisco" -me dijeron- "pero no nos interesa escucharlo. Siempre vienen con la misma historia, diciéndonos que somos víctimas de la educación, de nuestros padres y nuestros genes, que realmente no somos responsables de nuestro destino".
"No" -les dije- "ustedes son seres humanos, como yo, y como tales son libres y han tenido libertad para cometer un crimen. Son libres como cualquier ser humano; pero también responsables, como todo ser humano. Tienen que asumir esto: es decir, de aquí en adelante tienen la responsabilidad de cambiar para mejorar, y eso también es posible. No crean que yo estoy hablando desde una torre de marfil".
¡Qué bien lo explica usted, don Gregorio¡ Como sigamos llamando fascista a cualquiera que ponga en duda, mediante razonamientos y argumentos sólidos, los dogmas de la ideología imperante del momento, el término acabará teniendo una connotación positiva.
"ser de izquierdas es vivir permanentemente escandalizados por lo mal que funciona el mundo por culpa de los fascistas…"
ResponderEliminarEl problema es que la izquierda ejerce también el poder. Esta mañana, en la radio (France Info) se hablaba del asalto de varias docenas de jóvenes a un liceo del departamento de Saint-Denis (el más poblado de Francia por inmigrantes y musulmanes), con cócteles molovot, botellas de gasolina, barras de hierro, etc, etc - un hecho que se repite desde hace años y cada vez con más frecuencia. El gobierno de Hollande y los dos diputados, de izquierdas, del lugar (un ministro y el portavoz de Hamon), que llevan 5 años en el poder, no dicen nada. Marine Le Pen y Fillon se frotan las manos.
Si la gente en este país vota cada vez más al Front National es porque ve que "las soluciones" (más dinero para las asociaciones que se ocupan de esos problemas, más campañas de publicidad sobre la ciudadanía, más vigilas en las puertas de los liceos) que proponen la izquierda y la derecha clásica a problemas como ése, son totalmente ineficaces.
Y si los pobres, los obreros y los estudiantes son los que más votan a Le Pen es sencillamente porque son los que más duramente sufren las consecuencias de la ceguera ante la realidad y de los delirios ideológicos de la izquierda, de los que la derecha clásica está tan contaminada.
Leo en Le Monde que intentan justificar la barbarie recurriendo al determinismo sociológico, que es la peor forma de paternalismo.
EliminarÉse es el gran clásico de la izquierda francesa, el recurso a Rousseau: el hombre es bueno por naturaleza, es la sociedad la que le hace malo. En cuanto a un político o un filósofo de izquierdas se le pregunta por ese regreso a la barbarie en muchos "barrios sensibles", como los llaman, echa mano de ese supremo argumento.
EliminarLa izquierda francesa es la más ideológica del mundo, es decir la más retrógrada. Aún no han salido de la Revolución Francesa. Ahí está Melenchon haciendo el elogio de Robespierre todos los días. Y no hablemos ya de los sindicatos, que son desde hace 40 años el mayor obstáculo a cualquier reforma en este país (cuya deuda crece a la velocidad de 3.000 euros por segundo desde hace más de 10 años).
También tuve el honor, el placer y la experiencia de conocer diversos casos de criminalidad en San Quintín. Allí nadie quería escuchar a un psicólogo o a un psicoanalista.
Eliminar"Todos los meses viene alguien de Los Angeles o San Francisco" -me dijeron- "pero no nos interesa escucharlo.
Siempre vienen con la misma historia, diciéndonos que somos víctimas de la educación, de nuestros padres y nuestros genes, que realmente no somos responsables de nuestro destino".
"No" -les dije- "ustedes son seres humanos, como yo, y como tales son libres y han tenido libertad para cometer un crimen. Son libres como cualquier ser humano; pero también responsables, como todo ser humano. Tienen que asumir esto: es decir, de aquí en adelante tienen la responsabilidad de cambiar para mejorar, y eso también es posible. No crean que yo estoy hablando desde una torre de marfil".
Viktor Frankl
¡Qué bien lo explica usted, don Gregorio¡ Como sigamos llamando fascista a cualquiera que ponga en duda, mediante razonamientos y argumentos sólidos, los dogmas de la ideología imperante del momento, el término acabará teniendo una connotación positiva.
ResponderEliminarDice Finkielkraut que si no te han tachado nunca de fascista es que quizás no piensas con suficiente libertad.
Eliminar¡Cuánta sabia maldad en tan pocas líneas!
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