Ingenuo de mi, creía que eso de la "posverdad" era cosa de Rorty y de los constructivistas, para quienes la verdad es una construcción o, como día Ortega, una perspectiva. Pero resulta que es un insulto que dedicamos a Trump y, de esta manera, la posverdad se afirma a sí misma.
Nuestro Saavedra Fajardo que como buen diplomático algo sabía del uso político de la verdad, dejó escrito en su República literaria: "Todo el estudio de los políticos se emplea en cubrirle el rostro a la mentira y que parezca verdad, disimulando el engaño y disfrazar los designios."
Para no remontarnos hasta Platón tras el rastro histórico de la posverdad, vayamos a Inglaterra, donde en 1712 se anunció la aparición de un tratado en dos volúmenes sobre el Arte de la mentira política” o "pseudología politiké", que trataría “del arte de hacer creer al pueblo falsedades saludables con visas a un buen fin”. Su autor era -hubiera sido, de haberse realizado el proyecto- el escocés John Arbuthnot, médico dela reina Ana y buen amigo de Jonathan Swift, quien escribió en The Examiner: “Se nos dice ahí que el Diablo es el padre de las mentiras, y que fue un mentiroso desde el principio; de suerte que, sin lugar a dudas, la mentira es antigua y, es más, surgió por primera vez como mentira política.”
Y ya que estamos en estas cosas, recojo lo que cuenta Quintano en su columna de hoy:
Para no remontarnos hasta Platón tras el rastro histórico de la posverdad, vayamos a Inglaterra, donde en 1712 se anunció la aparición de un tratado en dos volúmenes sobre el Arte de la mentira política” o "pseudología politiké", que trataría “del arte de hacer creer al pueblo falsedades saludables con visas a un buen fin”. Su autor era -hubiera sido, de haberse realizado el proyecto- el escocés John Arbuthnot, médico de
Y ya que estamos en estas cosas, recojo lo que cuenta Quintano en su columna de hoy:
Merendando una tarde en una finca de El Puerto, después de una cacería de perdices como las de Cebrián, contó Franco un “sucedido” recogido con gracia gaditana por Pemán. Con ese arte español de tocar los pitones para comprobar la embestida del toro, alguien sacó a colación el famoso dicho de Jean Louis de Lolme con que los ingleses del XVIII exaltaban la omnipotencia de su parlamentarismo: “El Parlamento británico puede hacerlo todo menos convertir un hombre en mujer o viceversa”.
–Pues yo he podido –dijo Franco. Y contó el caso de la cantinera, “una chica listísima y bastante mona”, que hubo en el Tercio. Un día salió una orden que prohibía llevar ninguna mujer en las marchas de tropa. Entonces él anotó en el parte ordinario: “Sienta plaza en esta Bandera el legionario Pedro Pérez”. Y así siguió la cosa hasta que, al año, la chica volvió de un permiso con novio y fecha de boda
Ayer el titular de contraportada de La Vanguardia decia "La realidad objetiva no existe, nos lo dice la ciencia." Luego, leyendo mas me entere de que era una entrevista a un físico quantico. Me parece curioso que el titular escogido fuera ese. Por otro, lado como afirmación de la física es indubablemente cierta, que lo sea como afirmacion general és otra cosa. La mierda esa de la potsverdad enraiza en un mundo en que muchos creen que la realidad objetiva no existe y que un buen dia leen un periodico y puden decirse : "ves yo ya sabia." No solo no existe sino que "nos lo dice la ciencia."
ResponderEliminarEl pensamiento dominante consideraba que todo eso de que la verdad no existe era bueno para educarnos en el relativismo, que era de lo que se trataba. Incluso la razón ha sido denunciada cuando estorbaba el paso a la voluntad. Pero cuando los que usan ese tipo de argumentos son gente de fuera del sistema, como el villano Trump, entonces el argumento pasa a ser, sorpresa, perverso, y se trata de ridiculizar.
ResponderEliminarA la ciencia se la alista al lado del pensamiento dominante cuando conviene, claro. Cuando la ciencia dice lo que no se quiere oir, entonces no.
Cuando Roger Scruton criticaba el multiculturalismo en la universidad, su única aliada era la mujer de la limpieza de su departamento, italiana.
ResponderEliminarPosverdad no es lo mismo que mentira. Aunque la incluya. Ya que no tiene que ver con el hecho sino con el cómo se encaja.
ResponderEliminarPosverdad no es mentira piadosa, ya que ésta tiene que ver con ayudar a un tercero y la posverdad con uno mismo.
Posverdad se acerca al autoengaño, pero tampoco ahi damos en el clavo. El autoengaño nos proteje de algo y la posverdad no es tan dramática.
La posverdad es el regodeo emocional, la anteposición del placer a la realidad. Posverdad es que la verdad no te estropee una noticia o un meme atractivo o excitante.
Emociologías
http://pajobvios.blogspot.fr/2016/12/emociologias-el-libro.html