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jueves, 16 de marzo de 2017

¡Qué noche la de este día!

La Novena de Beethoven en el Palau de la Música, con Dudamel a la batuta. Emotiva, intensa, con pasajes que te ponían la piel de gallina y un final apoteósico. Me ha acompañado mi hijo Guillem. No olvidaremos facilmente esta noche. 

- Maestro, dice mi amiga B. que ningún director sabe sonreír como usted.


En el camerino del maestro.


Se me ha ocurrido llevarle un regalo de bodas.


- ¿Lo puedo abrir?
- ¡Claro, maestro, es suyo!

Y parece que le ha gustado.

El manuscrito de unas Goyescas de un compositor catalán hoy olvidado.


Tras Beethoven, mi hijo Guillem y yo nos hemos ido a cenar a la Brasserie Flo, que era a donde me llevaba Maria Aurèlia Capmany a comer ostras, pero esta es otra historia.

13 comentarios:

  1. Guau! Dudamel (muy joven como maestro) es todo un espectáculo. Enhorabuena por el encuentro...

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  2. Imposible resistir a la potencia física de la Novena de Beethoven en directo, sobre todo la de su final, a pesar de lo mucho que ha sido utilizado y de que lo conozcamos de memoria. Parece increíble que hubiera críticos que oyéndolo por primera vez ni lo entendieron ni fueron sensibles a su fuerza irresistible: "Notable error del maestro extraviado por su completa sordera", escribió uno a propósito del "Oda a la alegría". Y otro: "Los amigos de Beethoven que le han aconsejado publicar esa pieza absurda son sin duda los más crueles enemigos de su gloria".

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    1. Dudamel ha recreado el cuarto movimiento como sólo lo puede hacer un director grande, muy grande.

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  3. Beethoven fue el compositor más interpretado en el mundo el año pasado (3.341 conciertos). Pero su obra más tocada no fue la 9ª sinfonía (difícil de montar a causa del coro) sino la 5ª.

    Y Gustavo Dudamel fue el 4º director de orquesta que más conciertos dio.

    Statistiques 2016 Bachtrack
    https://bachtrack.com/fr_FR/classical-music-statistics-2016

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  4. ¿El regalo es el facsímil del manuscrito de las Goyescas de Granados?

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    1. No e sun facsímil, sino un original. Y no es de Granados.

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  5. Jooodeeerrr, debo rectificarle Don Gregorio ahí al menos habían como mínimo dos maestros.

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  6. Seguro que fue una noche inolvidable. Pero, ¿¿de quién es el manuscrito?? No nos puede dejar así...

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  7. ¿"Pinceladas goyescas" para orquesta (1928) de José Moreno Gans (1897-1976)?

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  8. Senyor Luri i seguidors , es veure aquest sensacional concert a medici.tv

    Jo també vaig poder gaudir-lo al Palau amb el meu fill de 10 anys.

    Tinc una sana enveja de la seva proximitat amb el mestre Dudamel. Enhorabona.

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  9. El concierto de la Novena de Beethoven par Dudamel en el Palau en medici.tv (hay que inscribirse gratuitamente para verlo).

    http://fr.medici.tv/#!/dudamel-palaudelamusica-beethoven9

    Hay también los otros conciertos de Dudamel con el resto de las sinfonías.

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  10. Tras oír el concierto en medici.tv :

    Versión muy serena, muy clásica, muy "apolínea" (¿demasiado?) de esa sinfonía. Un Beethoven "très sage", que se diría aquí ("trop", para mi gusto). Las cuerdas parecen a veces un poco ligeras, a causa sin duda de la calidad de los violines (los instrumentos), que no es la misma que la de los de la Filarmónica de Viena o la de los del Concertgebow de Amsterdam (que son los que a mí más me han impresionado oídos en directo). A pesar de lo cual el Adagio es muy bello (oyéndolo se da uno cuenta de que Dudamel en ese concierto, entre el lirismo y la potencia, escogió el primero - aunque en el final no olvida la segunda).

    La última vez que oí esa sinfonía en directo, en el otoño de 2015, en la sala de l'Opéra de la Bastille, Philippe Jordan la dirigió de una manera mucho más violenta, por no decir brutal (el segundo movimiento sobre todo), exagerando los contrastes y con un sonido que recordaba el de las orquestaciones de Brahms y Bruckner, contrariamente a Dudamel, que la interpreta mostrando muy bien lo que Beethoven debe a Haydn.

    Además, desde hace 5-6 años la única versión que escucho de esa obra (en un cd que pagué 1 euro en el Marché aux puces de Montreuil) es la mítica que Furtwaengler dirigió en Berlín, en marzo de 1942, en una sala llena de dirigentes nazis y en la que para mostrar lo que pensaba del nazismo y de la guerra, hizo, de esa obra que es un símbolo de la libertad, una interpretación apocalíptica, salvaje, totalmente desesperada, de una violencia a veces dantesca - salvo en el Adagio en el que, por contraste, adopta un tempo lentísimo (20 minutos - el de Dudamel en el Palau duró 14), como para mostrar bien una de las cumbres de la cultura alemana a un público de compatriotas que sólo creía en las virtudes de la barbarie.

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