En L'Hypocrisie scolaire (2000) suelta Dubet una maldad que no me resisto a traer al café. Tras afirmar que la escuela actual es incapaz de concebir que unos alumnos tengan más cultura común que otros, añade que el castigo que reserva para los que incumplen la regla y les da por destacar, es ponerlos a trabajar en equipo.
Pero después las notas son individuales, y una centésima decide si puedes o no matricularte en la titulación que te interesa.
ResponderEliminar(Athini Glaucopis)
De lo cual se deduce un bien general según principios. De la colaboración, digo.
ResponderEliminarEl trabajo en equipo está muy bien si es de tal modo que realmente sea un trabajo de todos los que componen el equipo.
ResponderEliminarA lo mejor existe, yo no lo conocí. Cuando tuve que trabajar en equipo, trabajaba uno y los demás se aprovechaban, y eso es una injusticia que no se repara con que luego las notas sean individuales.
Y eso si es que las notas son individuales: hay veces que se le ponía la misma nota a todos los componentes del equipo.
Será un bien general, pero para los que han tenido que hacer todo el trabajo, el suyo y el de los demás, el "trabajo en equipo" ha sido, efectivamente, un castigo.
Doble castigo, porque se les ha mostrado cómo van a ser las cosas en buena parte de la vida: unos trabajan y luego todos somos iguales.
Lo que no entiendo es por qué luego se habla tanto de excelencia, si es algo que no solo no se premia, sino que se castiga desde la infancia.