sábado, 11 de marzo de 2017

Un reencuentro con Baricco

Revisando esta mañana papeles diversos, me encuentro con un discurso de Alessandro Baricco en la Leopoldina de Florencia (una especie de convención de la izquierda italiana) el 28 de octubre del 2011.

"¿En qué nos hemos equivocado?", se preguntaba. La voluntad de trabajar en defensa de los desfavorecidos es un espléndido punto de partida. Pero hay que ver los resultados. Y es aquí donde Baricco se muestra crítico, porque los desfavorecidos no se defienden fomentando la mediocridad o el miedo al riesgo. "Lo mejor que se puede hacer por los débiles es concederles un sistema dinámico, no un sistema garantista. No es cierto que el riesgo se cebe con el débil, el riesgo es una oportunidad para el débil. Un sistema garantista, paraliza un país, paraliza el crecimiento, paraliza el entusiasmo, la esperanza, las posibilidades de cambio. No permite la movilidad social, encadena la capacidad, es un sistema asfixiante, y el pobre, muere de asfixia". Tampoco, añadía Baricco, "hemos sabido pronunciar las palabras que se correspondían con el nombre de las cosas". La izquierda no ha sido capaz de pronunciar la palabra 'meritocracia', pero no ha sabido encontrar otra palabra alternativa, "por lo que no hemos hecho aquello a lo que la palabra corresponde". La izquierda ha ido a remolque. "Cuando los otros movían pieza, nosotros reaccionábamos. Hemos jugado toda la vida con las negras". "Nosotros, mi generación, se ha hecho conservadora. La izquierda en la que he crecido es lo más conservador que existe hoy en Italia". 

Efectivamente, hay un conservadurismo de izquierdas, bien conocido en nuestro país. que se blinda detrás de sus principios para justificar la pobreza de sus resultados.

6 comentarios:

  1. Tenía catalogado a Baricco tanto como incisivo en la forma como insustancial en el fondo. O quizás sea porque es penetrante pero aún no tiene visiones generales claras, y no se moja. Lo adelantaré en la lista de espera, porque este un diagnóstico excelente de lo que está ocurriendo, y a mí, al menos, me ha llevado muchos años de estudio y datos llegar hasta él.

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  2. Es cierto lo de los principios-pantalla para excusarse de la realidad. Quizás, por otra parte, la izquierda , la racional, debería cuestionar el principio de los (supuestos) resultados , que a su vez sirven de pantalla para esquivar la necesidad de principios. Quizás, también, es que la geopolítica ha acabado con la ética. La de toda la vida. En fin, que no se vé claro.

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  3. "No es cierto que el riesgo se cebe con el débil,el riesgo es una oportunidad.."
    Suena bien, verdad? Lo que pasa es que no es cierto: los débiles (¿quienes son?) suelen pensar menos por diferentes causas, pero esa escasa actividad intelectual es, en si misma, la causa de su vulnerabilidad, y el mayor riesgo al que se enfrenta un ser humano.
    La izquierda no ha encontrado el antídoto en el garantismo, aunque, por otra parte, este argumento es tan endeble como el que postula la ineficiencia del capitalismo para los liberales del laissez faire, pues para estos el capitalismo como tal nunca se ha experimentado.
    Garantizar un mínimo (o máximo) de derechos no tiene por qué aniquilar las conductas arriesgadas o meritocraticas: hay tantos ejemplos de nobles caballeros que hicieron de su vida una sucesión de aventuras, o que la emplearon para perseguir con tesón un objetivo más o menos digno, que no hace falta insistir más.
    Saludos.

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    1. Creo que Baricco estaría de acuerdo con que el pobre de recursos necesita de nuestra solidaridad. Lo que -creo- que está intentando decir es que a veces la solidaridad crea pobres de recursos.

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  4. Gran lucidez la de Baricco, muy aplicable también a la izquierda francesa.

    Lo que dice lo sabían los chinos (como tantas otras cosas) hace siglos, si no milenarios: "Si das un pescado a un pobre, comerá un día. Si le enseñas a pescar, comerá todos los días."

    Dicho de otra manera: la verdadera solidaridad no es la caridad sino le educación al esfuerzo, al trabajo, a la iniciativa, al riesgo.

    El problema es que la izquierda ha dejado esos valores, como tantos otros fundamentales, a la derecha.

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  5. En temas de enseñanza y pedabobía, lo que digan don José Manuel Lacasa y don Gregorio Luri para mí va a misa. Pero me parece que su notable experiencia en ese mundo , donde muchos "se blindan detrás de sus principios para justificar la pobreza de sus resultados", actúa como un "primer analogado" que dirían los escolásticos. Y hay que tener cuidado con las extrapolaciones.

    Tiene su parte de razón don Pedro Valero cuando dice que la seguridad puede ser la base para tomar riesgos: sin propiedad limitada y sin seguros no habría capitalismo moderno : todo es una cuestión de costes y beneficios. Y la idea meritocrática parece muy atractiva para seleccionar profesionales, pero lo que sería una "sociedad meritocrática" me parece cosa más confusa, por aquello de la falacia de la composición.

    Yo tengo a Leo Strauss como una autoridad sobre el Platón de Alfarabí, pero en temas de imposición fiscal, mejor empezar por la última edición de "La economía del sector público" de Stiglitz...

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