I
Los que se indignan tantísimo con los políticos echándoles la culpa de la actual crisis no se dan cuenta de que en realidad les están haciendo un elogio muy inmerecido porque la verdad verdadera es que ningún político da para tanto.
II
Repito algo que ya he dicho por aquí: Cuanta más gente conozco, mejor me caen los políticos.
III
Añado aquí un comentario que acabo de hacer más abajo: Los pueblos que se pasan el día lamentándose de sus políticos es que no tienen muy alto concepto de sí mismos.
gente muy rara debe conocer usted, Quizás seria mejor conocer personas que es a lo que imagino se refiere. El problema es que los políticos no son ni gente ni personas, son eso, políticos, muy alejados precisamente, de la gente y de las personas.
ResponderEliminarMuy de acuerdo con usted. Siempre he creído que los políticos, después de todo, no eran marcianos.
ResponderEliminarNo
Tiendo a pensar que los pueblos que hablan siempre mal de sus políticos es que no tienen muy alto concepto de sí mismos.
ResponderEliminarIgual el asunto está en los canales por los que algunos del 'pueblo' llegan a ser políticos, a quienes favorecen y a quienes rechazan. No es imposible que ande algún Solon por ahí, pero lo más seguro es que haya decidido dedicarse a otra cosa. Con la falta que nos haría.
ResponderEliminarEl político es siempre la respuesta a una incitación cívica, que es la que lo hace posible. En tiempos de Solón el político representaba una de las formas de la excelencia humana (lo cual no significa que no hubiera corruptos, pero éstos se reconocían por oposición a los solones). Hoy dado el escasísimo aprecio colectivo por los políticos, no es de extrañar que las posibles vocaciones políticas se orienten a otros ámbitos (el empresarial, fundamentalmente).
ResponderEliminarYa nos advirtió aquel gran filósofo político que fue Aristófanes que el descrédito de los políticos abre las puertas del gobierno a los vendedores de salchichas, que acostumbran a ser los heraldos inconscientes de la tiranía.
Los políticos son como el resto y no hacen nada más que reflejar a gran escala muchos de los defectos de los gobernados. Criticándolos tanto nos justificamos o creemos que nos justificamos. Por mi experiencia -subjectiva- no veo que no suceda nada a nivel 'de políticos' que no haya sucedido en la comunidad de vecinos de la escalera, la asociación excursionista del barrio o el claustro de profesores de la escuela de doña Ramoneta.
ResponderEliminarExactamente, doña Júlia.
EliminarTiene vd toda la razón, Gregorio. Cada sociedad tiene los políticos que se merece. Abundando en ese tema, me permitirá algo tan poco elegante como una autocita:
ResponderEliminarhttp://antoniolopezpelaez.com/2010/03/29/antonio-lopez-pelaez-las-reglas-del-juego/
Comparto plenamente con usted, Don Luri. Es más y si me permite añadiría que, según mi opinión, el oficio de "político" es el más altruista del mundo, una vocación por la que alguien dedica su vida o su tiempo a intentar llevar a la práctica, y no por medio de la fuerza, aquella forma de convivencia entre seres humanos que en conciencia considera la mejor para todos. otra cosa es que se haya pervertido su sentido con los ejercicios de algunos indeseables, indeseables que por cierto salen de "acá", es decir, de todos nosotros, del pueblo, como la práctica democrática establece.
ResponderEliminarNo voy a abundar en lo que le comenté hace pocos días en un post suyo del año pasado en relación con el 15M, pero ya puede imaginar por donde salieron los tiros cuando defendía esta tesis.
No me despego ya de su blog ni con agua caliente, Don Luri (¿dónde estaba usted, por dios?, ;))
Un saludo
Usted me disculpará, no una autocita, pero casi lo mismo o más, porque es de mi "retoño". Con su permiso, Don Luri, 19 años. Para mí aún hay lugar para la esperanza en que este país aprenda a vivir en democracia:
http://guisquiliks.wordpress.com/2012/06/12/perversidad-22/