Observando a los bebedores de cerveza
en esta estación de Mannheim,
siento confirmada una íntima convicción
de manera pública:
manteniéndose en pie ante la historia
y ante sus propias existencias
estos tipos demuestran
que vivir puede ser
terrible
unas veces,
pero otras
es casi aceptable,
no hace falta gesticular:
la cerveza no es tan
mala,
el tren acabará llegando.
Charles Bukowski,
Shakespeare never did this.
Traducción (muy) libre.
Un vaso vacío -o vaciado-, un reloj de bolsillo abandonado....
ResponderEliminarEl Café de Ocata está triste desde que Helio le disparó sus flechas incendiarios...
Pansit com una bleda (com una bleda pansida és evident) y necesitado de la aspersión urgente de unos cuantos mojitos en compañía de los peltastas tracios. En el Vins hacen unos divins. Yo invito.
ResponderEliminarDon Goyo
ResponderEliminarPerdido andaba en las entradas de su blog, y no logré hallar el camino hacia su respuesta.
Ayer me llevaron hasta ésta.
El comando habitual tracio -y sumerio, hoy- desembarcará, cual séquito dionisíaco -¿dios tracio?-, seguramente el miércoles que viene, dispuesto a rendir pleitesía a este dios y comulgar con él.