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jueves, 14 de junio de 2012

África de las Heras, mujer de armas tomar

Para algunas mujeres -no sé cuántas ni en qué porcentaje- el comunismo significaba también -y quizás en primer lugar- la liberación sexual. Estoy hablando de la España republicana. Estas mujeres, en su mayoría criadas en familias pequeñoburguesas, habían sido educadas en colegios de monjas, en la moral del recato y la continencia, y de repente descubrieron que el sexo no solamente no era un pecado sino que era una gozada y en su goce sin tapujos veían un asomo del auténtico significado de la revolución. Para ellas el mono azul de miliciana era una afirmación radical de que una vida en la que el deseo fuera la realidad, no solamente era posible sino que podía ser inminente si ponían todo su esmero en la empresa.

Entre estas mujeres las había con mayor y menor fe. Algunas eran consideradas por su compañeras como "muy libres en lo amoroso", cosa que no deja de ser hiperbólica. Pienso en Caridad Mercader o en África de las Heras. Me limitaré en este post a recoger un comentario de Jaume Miravitlles sobre la segunda (sobre la primera tengo mis dudas).

"Era el prototipo de mujer sexual: con su mirada y su voz invitaba a la acción y prometía quién sabe qué cielos prohibidos a los compañeros que formaban su patrulla [se refiere a una de las famosas patrullas de control de Barcelona]. Después me aseguraron que en el tercer piso del Náutico, convertido en Cuartel General de las patrullas, se habían producido escenas de una extrema violencia, tanto respecto a asesinatos como a orgías sexuales. Parece que la patrulla de África, después de haber ejecutado, asesinado con el fusil o con el revólver, a siete u ocho fascistas, probablemente inocentes, regresaba al Náutico, estimulados por la sensualidad (...) subía al tercer piso y, en la quietud de la madrugada (...) los seis integrantes de la patrulla hacían el amor con África. Según parece, algunos de ellos repetían. Quiere decir que en dos horas, África era objeto de ocho o diez asaltos sexuales". (Jaume Miravitlles, Gent que he conegut).

Este testimonio me parece que reflejan el ánimo de un hombre asustado, con sobrados motivos, sin duda, pero ahora no me refiero tanto a la política como a su estricta condición de hombre. Dejando aparte las correrías de la patrulla de África por la ciudad (que no era una patrulla cualquiera, puesto que África de las Heras, en representación de la UGT, y Ramón Nevado, de la CNT, dirigían la sección de "Denuncias e Investigaciones"), me voy a permitir poner en duda lo de que fuera "objeto" de nada. Más bien soy partidario de creer que, si las escenas del Náutico sucedieron, era ella la que llevaba la batuta y que tras animar a sus compañeros a estar a la altura de la situación, los exprimía a conciencia y una vez acabada la faena, les ordenaba dormir bien y alimentarse en condiciones, para seguir resistiendo al fascismo el día siguiente.

13 comentarios:

  1. Joder, han hecho tanto daño las unas (las monjas) como las otras (las Áfricas).

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    1. Ese "Joder" inicial no sé cómo tomarlo. Me parece que "monja" se dice de muchas maneras... cosa que no se puede decir de África.

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  2. Pues de la peor manera, se lo tiene que tomar, claro.
    Es que luego una se encuentra con tipos que van por ahí reclamando áfricas cuando en realidad lo que quieren son monjas. Hay que hacer esfuerzo extra para mantenerse en nuestros (plural mayestático) trece y que los esquizofrénicos lo sigan siendo ellos.
    La culpa, como casi siempre, es de la tele.

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    1. Es usted grande, Mr. K. Para darle la razón ahí está el caso de Lina Ódena, muerta, según decían la propaganda y los romances populares por haberse resistido a que su cuerpo fuera pasto de las bajas pasiones de los moros que la rodeaban con miradas libidinosas. Se pegó un tiro al descubrir que lo que había tomado por un control anarquista era un control falangista (la confusión del rojo y el negro, recuerde a Stendhal)en el que, por cierto, no había ni un moro. Tengo que hablar de Lina Ódena.

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  3. De ahí debe venir el refrán: 'quien quiera polvo, que vaya a las Heras'.

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  4. Y total, las Heras es ya definitivamente polvo.

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  5. El gato de Schrödinger2:49 p. m., junio 14, 2012

    Para cualquiera que esté mínimamente familiarizado con el tema de la biología evolutiva, la psicología evolutiva y concretamente la faceta del comportamiento sexual, tiene que resultar evidente que la de África de las Heras es una pésima estrategia, ya que la hembra, sea humana o de otra especie, no tiene como prioridad biológica propagar sus genes sin ton ni son, ya que es ella la que se queda preñada. La estrategia de la promiscuidad es más apropiada para el macho (desde un punto de vista estrictamente biológico).

    Por otro lado, quisiera añadir que la expresión "liberación sexual" últimamente me parece un absurdo, tal y como se entiende normalmente. La razón es que la pulsión sexual es ajena a nuestra voluntad, es un imperativo biológico y somos en buena medida esclavos de nuestro deseo. A la naturaleza no le importamos como individuos, sino como especie. La verdadera liberación sexual, por tanto, sería la superación, o la supresión del deseo, al precio, claro está, de la pérdida de una importante fuente de placer (y también de disgustos).

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  6. Sr Luri, usted es el gato de Schrödinger que está y no-está, como el dilema de la Filosofía entre el Ser y la Nada. Pero además usted,parecer ser aquel que se dice en el desdoblarse "yo-Claudio". ¿Quién es usted? El gato, Schrodinger, yo, o claudio?

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    1. No me sorprende que un anónimo dude de mi identidad.

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    2. El gato de Schrödinger12:22 p. m., junio 15, 2012

      Este humilde gato se siente halagado al ser tomado por un heterónimo de Gregorio Luri.

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  7. Después de leer crónicas como esta, inevitablemente me viene a la cabeza una pregunta: ¿qué fue de esta gente después? Qué fue, de verdad, en su fuero íntimo. ¿Cómo ve la vida y se siente consigo mismo alguien que ha funcionado así cuando han pasado 10, 20, 40 años?

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    1. En la religión laica a la que pertenecía de las Heras hubo de todo: desde gente que perdió la fe hasta herejes de todo tipo. No hay que olvidar nunca que nadie ha matado a más comunistas que los propios comunistas. Algunos, como Caridad Mercader, comprendieron pronto que era mucho más fácil destruir el capitalismo que construir el socialismo. Otros lucharon con todas sus fuerza en la resistencia francesa o en la defensa de la URSS contra los nazis. Entre los españoles, la mayoría comenzó a soñar con volver a España... o en su defecto a Cuba. Unos pocos siempre mantuvieron su fe intacta, sin un ápice de duda. Entre estos últimos estaba África de las Heras.

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  8. Entre las flappers y éstas bacantes asesinas y desquiciadas hay un abismo, pero mola ponerlas juntas. Así, fijándonos mucho en cúanto follaban, se fija uno mucho menos en el gusto aún mayor que tenían por el asesinato masivo y cuanto más cruel mejor.Viejos y siempre renovados cultos paganos, en suma.

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