En 1755 Rousseau publicó su Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres, que tanta trascendencia ha tenido, especialmente en pedagogía. Le remitió una copia a Voltaire, confiando que obtendría su apoyo, pero éste, que no se mordía la lengua, le contestó: "Acabo de recibir su último libro contra la especia humana y se lo agradezco. Nunca se destinaron tantos trabajos al trabajo de hacernos estúpidos. Al leer su libro, uno termina deseando andar a gatas. Pero como perdí esa costumbre hace más de sesenta años, me temo que será imposible que la recupere".
Gregorio, sería quizá buena idea refrescar el mensaje de Rousseau en esa obra. Este individuo hizo tanto daño a la educación que puede merecer la pena destapar su tinglado. Saludos, Roberto
ResponderEliminarparecería que nacemos inteligentes y nos van estupidizando a medida que crecemos pretendiendo enseñarnos. Supongo es parte del juego de vivir.
ResponderEliminarDon Roberto: Espere que me quite el sombrero para saludarlo, maestro. En cuanto a eso de destapar tinglados... yo no aspiro a tanto. Los mitos proporcionan mucha tranquilidad, especialmente en tiempos de religiones laicas y Rousseau es el gran mitólogo de nuestro tiempo. Un mitólogo que, como pedagogo, tiene la fortuna de estar a salvo incluso de la impugnación de sus de sus propios hechos. A sus cinco hijos los entregó a la inclusa sin anotar ni tan siquiera las fechas de su nacimiento. Declinó el ofrecimiento de ayuda de algunas de sus ricas admiradoras, que se prestaron a educarlos ellas mismas porque, según se justificaba, los habrían educado para odiar. Piense usted que la absurda idea de "desarrollar todas las capacidades del niño" (¡cómo si no hubiera ninguna digna de ser reprimida!) la convertimos en doctrina de Estado con la LOGSE y está presente en la mayoría de los proyectos educativos de nuestras escuelas. Menos mal que lo que se dice y lo que se hace es muy diferente. Entre Rousseau, el dogma de la Santísima Transición (de los estadios piagietianos) y la beatería de las inteligencias múltiples, vamos haciendo historia... Por cierto, una pregunta: ¿Qué opinión le merece Daniel T. Willingham?
ResponderEliminarHacer esa clase de historia puede pasarnos factura, pero que no sea por dejar de advertir. No tengo la más remota idea de quién es Willingham. Ignoro si es un desconocimiento del que debo arrepentirme. Saludos, R
Eliminar"Entonces, ¿hay que destruir la sociedad, aniquilar lo tuyo y lo mío, y volver a vivir en los bosques como osos? Esta es consecuencia propia de mis adversarios, que me gusta tanto adelantar como dejarles la vergüenza de sacarla" (Discurso sobre el origen y fundamentos de la desigualdad, nota i de la segunda edición. Y ese ad hominem, Gregorio ...
ResponderEliminar"Semejante a la estatua de Glaucos, que el tiempo, el mar y las tempestades habían desfigurado de tal modo que menos se parecía a un dios que a una bestia salvaje, el alma humana, modificada en el seno de la sociedad por mil causas que renacen sin cesar, por la adquisición de una multitud de conocimientos y de errores, por las transformaciones ocurridas en la constitución de los cuerpos y por el continuo choque de las pasiones, ha cambiado, por así decir, de apariencia, hasta el punto de que apenas puede ser reconocida, y no se encuentra ya, en lugar de un ser obrando siempre conforme a principios ciertos e invariables, en lugar de la celestial y majestuosa simplicidad de que su Autor la había dotado, sino el disforme contraste de la pasión que cree razonar y del entendimiento en delirio". Duiscurso.
EliminarRespecto al "ad hominem"... si, reconozco que hay algo de falacioso en contraponer la biografía al pensamiento, es decir, al qrgumento.
Por si no lo conoce.
ResponderEliminarhttps://geviert.wordpress.com/2011/11/13/fritz-y-la-guerra-justa/
(más cosillas sobre Schmitt, Jünger & Co en el enlace)
El texto de Schmitt es magnífico... pero conviene tener en cuenta que Schmitt creía íntimamente que el futuro era del pacifismo. Para entender lo que eso supone hay que tener presente este texto, claro. La comedia es lo que hay de publicable en la tragedia.
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