Oyendo a Puigcercós, empeñado en demostrar la proverbial capacidad de algunos (dejémoslo así, por favor, y pensemos que al menos tuvo la delicadeza de no elegir para su discurso el siempre incomparable marco del Palau de la Música Catalana) para hacer amigos entre sus vecinos, me parece conveniente añadir al post anterior tres comentarios:
1. Ya que no podemos exigir muchas clarificaciones a los nuestros (es el precio conceptual a pagar para poder seguir teniéndolos por "nuestros") al menos busquemos la creación de consensos fuertes sobre la maldad de los otros.
2.La necesidad de definirme políticamente de forma positiva es inversamente proporcional a mi capacidad para definir políticamente de forma negativa a mis enemigos. O, como diría Kojève (y decían las beatas de antaño mirando de reojo a las mujeres de mala vida): es la maldad del otro la que me hace a mi bueno.
3. Las campañas electorales tienen (¿cada vez de forma más evidente?) por misión arrojar toneladas de inmundicia sobre los otros.
4. Probablemente, nada nuevo bajo el sol.
Lo de Puigcercós vergonzoso e irresponsable. Pero es que el es así.. y después dicen que son los más tolerantes y solidarios
ResponderEliminarPrimera decepción de la campaña: los candidatos del Partido Animalista son humanos.
ResponderEliminarSi la iniciativa popular ha conseguido que el Parlament prohíba las corridas de toros, ¿por qué una iniciativa popular no iba a conseguir que prohibiera las costosísimas, improductivas y vergonzantes campañas electorales? Desde aquí animo a quienes quieran intentarlo y me ofrezco a colaborar. Esta iniciativa parte de la convicción de que el ciudadano ha de estar al tanto de lo que ocurre en la polis durante los cuatro años de gobierno y de oposición, de modo que, al final de la legislatura, esté en condicion es de votar lo que le parezca más oportuno. Al comienzo de la dempocracia, una campaña electoral era una fiesta democrática; hoy en día es un despilfarro de nuevos ricos, el súmmum de la inmundicia pseudoideológica y el peor ejemplo ético, tres rasgos que se suman en la única visión que comparten todos los partidos: el votante es menor de edad (mentira piadosa que disfraza lo que de verdad piensan)y hay que tratarlo como tal. Tot plegat, lamentable.
ResponderEliminarClaudio: Sinb embargo el candidato Ariel Santamaría no está muy claro a qué especie pertenece.
ResponderEliminarYo, que me defino cosmopolilla, antes que andalúz, lamento profundamente las visiones del otro, que no le conceden ni siquiera el beneficio de la duda. Está claro, que el señor Puigcerdós, perderá votos sustancialmente, ya que buena parte de su electorado, a mucha honra, son charnegos.
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