(perdonen la ausencia de acentos y de e;es)
Uno va por tierra extranjera como la Piquer por Nueva York esperando encontrar un Internet Caf'e (ella esperaba preferentemente el son de un pasodoble) para poder saciar la a;oranza y aqu'i estoy, amorrado al teclado en un local bastante t'[etrico de la calle Karadzha nada m'as que para deciros que no os digo nada, pero que ten'ia que matar el gusanillo con cuatro mamporrazos bien dados al teclado ... aunque ya pueastos os dir'e que no conozco gente m'as amable que los b'ulgaros y, muy especialmente las b'ulgaras. Ayer una b'u;lgara de porte leonino se me quejaba de que los hombres b'ulgaros besan poco.
Los helenistas, bien.
La pregunta es: ¿quién vio porte leonino a quién...? Me parece que hay más historia de la que se nos cuenta...
ResponderEliminarEl texto ha quedado muy poético; de una lírica infantil muy acorde con esa necesidad de aporrear. Que usted lo pase muy bien entre esos gentiles y nos cuente.
ResponderEliminar¿Una de las Hespérides quizás?
ResponderEliminarEspero que disfrute su semana y nos traiga por aquí novedosas noticias sobre los tracios y los hiperbóreos. Precisamente me he acordado de usted al releer el libro I de la República, que comienza con el Pireo en fiestas y Sócrates encantado con el desfile de los tracios...
ResponderEliminarSaludos lejanos