A mediados de 1791 el almirantazgo ordenó a Bligh una segunda expedición a Tahití que llevase a buen puerto lo que fue imposible en la primera. Zarpó con la fragata Providence y el bergantín Assistant y alcanzó su destino el 9 de abril de 1792. Ancló exactamente donde había anclado la Bounty. Inmediatamente pareció repetirse el ritual de acogida de las canoas, las frutas, las flores y los cantos. Pero Bligh no tardó en darse cuenta de que quienes se acercaban habían perdido la ingenuidad. El paraíso había conocido profundos cambios. Las enfermedades venéreas, el alcohol, las ropas europeas, el feroz ensañamiento de las peleas tribales, que ahora se desarrollaban con las nuevas armas traídas por los ingleses… todo esto había acabado con "el buen salvaje". Incluso utilizaban expresiones groseras propias de marineros. Esta vulgaridad fue lo que más dolor le causó. Los marineros veteranos sintieron la misma decepción que él. Los novatos, que habían llegado a las islas con el corazón rebosante de expectativas, eran incapaces de entender por qué se había confundido a Tahití con el Paraíso.
William Bligh fue finalmente nombrado gobernador de Nueva Gales del Sur. En 1808 fue depuesto por un golpe de sus subalternos.
William Bligh fue finalmente nombrado gobernador de Nueva Gales del Sur. En 1808 fue depuesto por un golpe de sus subalternos.
Esta historia debiera concluir con Gauguin. Es decir, con el intento logrado de Gauguin de enviarnos imágenes convincentes, pero falsas, desde un paraíso que ya no existía y que con frecuencia fue para él un auténtico infierno. Pero acaba aquí.
http://www.youtube.com/watch?v=hVK-s84SN_s
ResponderEliminarDudo que el enlace esté bien. Pero bueno, como coda, estas Marquises que ya son un paraíso muy cercano a la muerte.
La coda es perfecta (y el enlace exacto)
ResponderEliminarIls parlent de la mort comme tu parles d'un fruit
Ils regardent la mer comme tu regardes un puits
Les femmes sont lascives au soleil redouté
Et s'il n'y a pas d'hiver, cela n'est pas l'été
La pluie est traversière, elle bat de grain en grain
Quelques vieux chevaux blancs qui fredonnent Gauguin
Et par manque de brise, le temps s'immobilise
Aux Marquises
Du soir, montent des feux et des points de silence
Qui vont s'élargissant, et la lune s'avance
Et la mer se déchire, infiniment brisée
Par des rochers qui prirent des prénoms affolés
Et puis, plus loin, des chiens, des chants de repentance
Et quelques pas de deux et quelques pas de danse
Et la nuit est soumise et l'alizé se brise
Aux Marquises
Le rire est dans le cœur, le mot dans le regard
Le cœur est voyageur, l'avenir est au hasard
Et passent des cocotiers qui écrivent des chants d'amour
Que les sœurs d'alentour ignorent d'ignorer
Les pirogues s'en vont, les pirogues s'en viennent
Et mes souvenirs deviennent ce que les vieux en font
Veux-tu que je te dise : gémir n'est pas de mise
Aux Marquises