Lacan a los estudiantes franceses que se manifestaban en el inevitable mayo del 68: "Como revolucionarios, sois unos histéricos en busca de un nuevo amo. Y lo tendréis".
Lo cuenta Slavoj Zizek en El País de hoy. Me cuesta entender la atracción que ejerce Zizek en Europa y Estados Unidos. Reconozco que es mucho más serio que los Zygmunt Bauman y compañía, pero esto no es decir mucho y, en cualquier caso, comparte con ellos –en mi humilde opinión- una facilidad mucho mayor para la ocurrencia y la fórmula que para la idea.
En el artículo de hoy recoge una idea de Luc Boltanski y Eve Chiapello en The New Spirit of Capitalism, según la cual “a partir de 1970 apareció gradualmente una nueva forma de capitalismo, que abandonó la estructura jerárquica del proceso de producción al estilo de Ford y desarrolló una organización en red, basada en la iniciativa de los empleados y la autonomía en el lugar de trabajo”. Con lo cual el capitalismo habría practicado la autogestión de manera más eficaz que el socialismo. Esto es, sin duda, una perogrullada, pero en la pluma de Zizek parece querer poner de relieve lo taimado del camaleonismo capitalista, que siempre encuentra nuevas maneras de perpetuarse. O mejor dicho, esto es lo que acabaríamos creyendo, ingenuamente, si intelectuales como Zizek no estuvieran dispuestos a abrirnos los ojos para desmontar la falsa conciencia de sí que el capitalismo genera. En realidad, concluye Zizek, el capitalismo tiene sus días contados: “La verdadera utopía es la creencia de que el sistema mundial actual puede reproducirse de forma indefinida; la única forma de ser verdaderamente realistas es prever lo que, en las coordenadas de este sistema, no tiene más remedio que parecer imposible”. Bien.
Que quede claro que yo no soy capaz de prever el futuro. Y en mi conciencia desgraciada sospecho que Zizek tampoco, pero este es otro cantar. Lo que sí sé es algo del pasado y lo que sé me indica que “el proceso de producción al estilo de Ford” estuvo muy lejos de ser una característica exclusiva del capitalismo. Los primeros planes quinquenales de Stalin no hubieran tenido éxito sin la colaboración de
Pues a mí me da la impresión que Zizek confunde el Capitalismo, esto es, el orden económico donde predomina el capital sobre el trabajo como medio productor de riqueza y donde los medios de producción de riqueza pueden estar en manos privadas con las distintas formas de gestionar una empresa, es decir, confunde Capitalismo con Administración.
ResponderEliminarA su vez, hablar de comunismo ruso es como hablar de democracia en Irán, que se pueda votar no implica que exista democracia, no se puede confundir la parte con el todo, de igual forma, que en la URSS los medios de producción de riqueza perteneciesen al conjunto del Estado no implica la existencia de un sistema comunista ya que, hemos de admitirlo, el Estado no era el pueblo, sino el Kremlim.
Coincido, sin embarg, con Lacan. El mayo del 68 fue una acción similar a la de un perro que lograse romper la cadena que lo ata solo para que la reemplacen con una más fuerte, pero no solo esa revolución fue así, también la revolución francesa tuvo el mismo destino, y que yo recuerde, todas ellas.
Un abrazo.
Uno, que ya tiene sus años, ha observado que, periódicamente, pongamos cada cinco años y desde que tiene memoria de visitar librerías, aparece un libro de título constante aunque los autores vayan variando: viene a ser 'las nuevas formas del capitalismo', y su propósito es explicar como, a pesar de esas cambiantes formas, el capitalismo se mantiene, lo que se da por supuesto que es algo malo.
ResponderEliminarVarían, eso sí, los niveles de voluntarismo con los que se predice su ruina.
"Stalin creía firmemente que estaba en condiciones de adaptar el mundo a sus convicciones."
ResponderEliminar¿Y eso no es un filósofo? ¿es usted, señor Luri, un stalinista encubierto?
L. de A.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAl Geist pongo por testigo, Señor L. de A., que todo lo que pretendo filosóficamente en este momento de mi vida es aprender a ver lo que hay en la superficie de las cosas. La verdad (la physis), como el alma, es una cuestión de epidermis, lo cual obviamente, no le resta profundidad a la verdad ni, mucho menos, al alma.
ResponderEliminarTenía la idea de que un filósofo era un leviatán impotente. Parece que usted es de esos. Stalin sólo fue un leviatán.
ResponderEliminarA la verdad, además de la apariencia le sumaría la conciencia de la apariencia. También se lo digo yo en este momento de mi vida con mi cabeza cortocircuitada y menos sentido del respeto y la vergüenza que un inimputable.
L. de A.
ResponderEliminarDel anterior comentario
Preveer el futuro no es que sea imposible, es que es inútil.
ResponderEliminarTampoco comprendo la necedad que hay con Zizek, Gregorio. En América Latina es la misma cosa.
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