Ayer en el parking del aeropuerto de Sofia pude comprobar que no era el único español que pisaba estas tierras. Aquí tenéis el documento que lo confirma. No puedo decir que me emocionara como se emocionaba Concha Piquer al oír un pasodoble en Nueva York.
Hoy sí que me he emocionado en la sinagoga de Sofia al hablar ladino con un sefardita (es decir, él hablaba ladino y yo lo que se estila por España estos últimos siglos). Era como hablar, qué se yo, con Fernando de Rojas (es un decir). Me ha regalado un CD con "canciones sepharadicas" titulado "Alta, alta es la luna" que tienen letras como esta:
"Morena me llaman,
yo blanca nací,
de pasear galana
mi color perdí"
"Morena me llaman,
yo blanca nací,
de pasear galana
mi color perdí"
La próxima vez apunte al toro mejor y sólo; porque un día como me saque a mí en esos ''affaires'' que ahora tiene como objetivo (con su cámara), y aunque no sepa que soy yo y lo haga... se puede llevar usted un disgusto gordo. No le digo que le vaya a cortar la coleta la carnicera pero se podría molestar por ser tomada sin su consentimiento. ¡Qué peligro que tiene usted con la cámara! .~)))
ResponderEliminarOtro abrazo y a pasárselo estupendo.
es como el día que me encontré en la universidad de Waseda con una japonesa que llevaba un chandal del Betis.
ResponderEliminarCasi lloro.
Era la caspa ibérica elevada al grado sumo de ejercicio estético.
Seguro que ese toro es pariente del del Bar Borrell del Paralelo.
ResponderEliminarFeliz viaje!!!
En la placa se ve
ResponderEliminarla imagen queda del fotógrafo.
El sorprendedor sorprendido.
Abrazos amigos.