Buscar este blog

miércoles, 7 de mayo de 2008

Burdin Jaun que estás en los cielos


Burdin Jaun, el Señor del Acero, es un superhéroe ibérico que yo creía que había caído completamente en el olvido. Pero hace pocos días Sonia Blanco lo recuperó en su blog y me he animado a reivindicar desde aquí su inmensa figura. Merece un lugar muy alto en nuestra memoria, no inferior, desde luego, al de ningún superhéroe de Marvel. Es cierto que por España andaba en sus tiempos otro superhéroe, Superlópez, pero este es otro cantar.

A lo que iba: Hay que reivindicar a Burdin Jaun.

Jamás super héroe alguno tuvo un pasado más prosaico. Mucho antes de ser un superhéroe, había sido pelotari y sindicalista de Altos Hornos. Y con esto ya está casi todo dicho. Falta añadir que, víctima de un politiqueo macabro, fue arrojado a una fundición y dado por muerto. Y aquí comenzó el mito. Lejos de morir, la exposición a la combinación de todo tipo de residuos a una enorme temperatura, fue la causante de una alteración atómica en su organismo gracias a la cual renació de sus cenizas convertido en un invencible "hombre de hierro", que eso es lo que significa Burdin Jaun.

A partir de este momento Burdin Jaun apuesta decididamente por el Bien en un Euskadi feudalizado, dominado por un dictadorzuelo que se hace llamar “El gran Dakari” y que está protegido por una guardia pretoriana llamada Legezaintza. Evidentemente, toda semejanza con la realidad no es mera coincidencia. Por si no fuera El gran Dakari un enemigo considerable, Burdin Jaun tiene también que vérselas con otros malos malosos de misérrima calaña, como ultraecologistas y feministas radicales.

Creo que con esto es suficiente para elevar a Burdin Jaun a los altares de la mitología.

Más información: AQUÍ.

15 comentarios:

  1. Vale, sí, me lo pido de novio imaginario.
    KSNDR

    ResponderEliminar
  2. Cita "KERMAN entrenó a BJ para luchar y lo equipó con todo un arsenal de gadgets hi-tech (donde destaca la cestapunta retráctil para lanzar PROYECTILES ESFÉRICOS"

    ResponderEliminar
  3. NO se yo si se lo aconsejo, pero bueno... usted es una mujer de diamante.

    ResponderEliminar
  4. Anónimo: ¡Un héroe de los que ya no quedan!

    ResponderEliminar
  5. Bueno, él que tenga cuidado conmigo, que yo llevo un cristal de cuarzo colgado al cuello (tamaño ostentoso y plurifuncional) que ríase usted de la criptonita. Y si no... también nos quedará mi humor, mi mal humor, más corrosivo que la sosa caustica :))

    Ya verá, ya verá...
    Un abrazo :))
    KSNDR

    ResponderEliminar
  6. Y después decimos que los japoneses son unos frikis... en fin. Ya me lo imagino persiguiendo a los malos malísimos Piquillo y Txangurro por el robo de la txapela incorrupta de San Ignacio.

    ResponderEliminar
  7. No conozco al tal superhéroe, y la verdad no sé qué significados y sentidos puede tener su figura. Sin embargo, como todos los tipos de superhombres, me resulta un compuesto de elementos metafísicos y poéticos difícil de asimilar. Hay varias cosas que reúnen en los superhéroes toda una serie de resonancias simbólicas a mi juicio indeseables; por citar una de las más importantes - y que vincula la primacía del übermensch con el imperio contemporáneo de las ideologías- en el superhéroe se consagra la idea de una violencia sagrada, de una acción santificada por unos fines inmaculados - "La Justicia", "El Pueblo"...- y despreocupada de cualesquiera medios necesareios para alcanzarlos. EN este sentido creo que, más que una forma tradicional de las artes, el cómic se desenvuelve y significa como transgresión del arte en forma de propaganda y al servicio de las ideologías de pretensión omnímoda. En cierta manera, estas luchas por la "JUsticia" me recuerdan al realismo socialista en el que nada hay de arbitrario, sino que todo se dirige a un fin lógicamente determinante y férreo. EL superhéroe, creo, es la forma simbólica en la que el siglo XX pretendió descalificar y "superar" la democracia liberal occidental. SU significado político es inequívoco y, a mi parecer, nefasto. Toda ideología que contempla fines santos se ha hecho con superhéroes simbólicos dotados de una fuerza incomparable y encargados de demoler el "mundo viejo" y sentar así el principio del "nuevo orden" y el "hombre nuevo".
    En este sentido, recelo instintivamente de la creación deliberada de mitos e intento desentrañar un sentido subyacente: ¿a qué idea sirve de vehículo el mito? En este caso, y no deja de ser una pregunta: ¿existe alguna relación entre este superhombre y la "liberación" de una patria vasca enterrada bajo siglos de opresión e injusticia? ¿Puede ser por ello una representación del "gudari" que, a través de una violencia purificadora, permita resurgir las esencias originarias del "Pueblo vasco inmortal"? ¿No evoca simbólica, y no sólo fonéticamente, al mítico fundador de la patria vasca, "Jaun Zuria", enaltecido por Sabino Arana y compañía? Son todas preguntas procedentes de mi ignorancia, aunque basadas en una consideración de lo que, a lo largo del siglo XX, significó el héroe justiciero. Un saludo.

    ResponderEliminar
  8. Arrebatos: Los persigue con una cesta punta y pelotas de acero. Ya veo que usted es más partidario de Superlópez.

    ResponderEliminar
  9. Borja: Creo entender lo que dice, pero yo sería -soy- más comprensivo, en general, con las mitologías populares. Ellas mismas generan sus anticuerpos. Son peores las ideologías que desconocen lo que tienen de mitológico. Por otra parte, ser las 24 horas del día un ser completamente racional tiene que ser agotador.
    En cuanto a Burdin Jaun, más bien va en la dirección opuesta que usted apunta.

    ResponderEliminar
  10. Gracias por la aclaración, Gregorio. Por supuesto que ser racional a horario completo debe ser asfixiante, pero el caramelo de la retórica mitopoética contemporánea -que me suele parecer ese famoso "platonismo para el pueblo" que decía Nietszche del cristianismo- es tremendamente empachante y, además, en la mayor parte de las ocasiones no posee ni siquiera la justificación estética que tuvieron las mitologías clásicas.

    ResponderEliminar
  11. Perdón por la recurrencia: estoy de acuerdo con usted con respecto a las mitologías populares, pero el problema radica en las mitologías creadas por "vanguardias intelectuales", y esto es lo caractyerísitico de nuestro tiempo. Estas mitologías intelectuales, que suplantan a las populares, han demostrado un tremendo poder destructor en tanto han servido, generalmente, a los intereses de ideologías. Un saludo.

    ResponderEliminar
  12. Señor BorLuGo,
    Aunque fuera esa la intención del autor/es del cómic. Con fines reivindicativos de independencia, me refiero. La hubieran cagado. Pues se llevarían un enorme chasco sobre la llamada diferencia cultural euskalduna. Se lo aseguro.
    Todo es cuestión, de sacar "las castañas del fuego".

    ResponderEliminar
  13. Sr. Enrri, la verdad es que no entiendo muy bien lo que quiere decir, ¿podría ser algo más explícito? Gracias

    ResponderEliminar
  14. Pensaba haber sido demasiado explícito. No obstante, si me lo pregunta, ¿como no voy a aclararlo?. Se trata de ver que en el protagonista llamado Burdin Jaun, una ley paradójica del sentido y de la respresentación. Cuanto más se identifica el personaje identificado con un cultura diferencial y diferenciada, con hechos biográficos y más se concreta su identidad euskalduna, paradójicamente se observa como esa pretendida identidad diferenciante se torna indiferenciada con el resto de pueblos que lo rodean. Y esa identidad exclusivista de lo euskaldún se convierte en su identificación dentro de lo universal simbólico mediterráneo. Es decir, cuanto más averiguas sobre la cultura basca, ves más claramente que sus tradiciones son imágenes culturales reflejadas en el espejo de la cultura mediterránea. Un ejemplo de ello, sería el juego de la cesta-punta o pelota basca y su vinculación a la castaña pilonga. O la misma fiesta del hierro. Pero esto, ya sería enrrollarme demasiado.

    ResponderEliminar

22 de diciembre

 I Se mire como se mire: el 22 de diciembre debiera ser la fiesta nacional de España. Nada nos une más que la lotería de navidad. II Esa ale...