La palabra “trivial” es muy curiosa. Significa, como todo el mundo sabe, “vulgar” o “manido”. Lo trivial es lo que se encuentra en todos los lugares. O sea, el lugar común. Pero esta palabra esconde un significado menos evidente o trivial. Lo “trivial” es también, y este es su sentido etimológico, lo que se tri-furca, es decir, el camino que se divide en tres vías diferentes. Lo trivial es entonces la aporía.
¿Es la aporía lo más trivial?
El verbo “poreuo” significa en griego “caminar” o “hacer camino”. Con la partícula privativa “a-” delante indica que ya no se puede seguir adelante, que se ha llegado a un lugar en el que estamos perdidos, por ejemplo a un tri-vial sin indicaciones.
Y eso es lo que nos pasa exactamente cuando nos interrogamos por las cosas triviales, que nos quedamos con la boca abierta, en la aporía.
Llueve en Ocata y justamente cuando estoy acabando este post, un mail me informa que Hezbollah se ha hecho con el control de Beirut oeste.
Gracias por esta muy buena lección. Abrazos.
ResponderEliminarInteresante, pero un poco rebuscado. Yo creía que el sentido habitual de "trivial" venía de las conversaciones triviales que tenían los viajeros que se encontraban en la bifurcación (basta que haya una bifurcación para que haya tres vías). Mas o menos, como una charla de ascensor.
ResponderEliminarPor mi parte, siempre he pensado que el significado de trivial proviene de ser el punto más frecuentado o transitado, es decir, todos los demás caminos recibirán el afluente de viajeros que provienen de la vía que se divide en tres y las tres vías guiarán a sus caminantes hasta ese único punto, el más transitado.
ResponderEliminarLa aporía, por el contrario, es lo aparentemente irrazonable, como la historia de Aquiles y la Tortuga que, milagrosamente, se soluciona considerando la velocidad y no solo la distancia recorrida (creo que Russell fue el responsable de eso).
Existen muchas aporías, algunas más complejas y otras más simples. Un ejemplo sería pensar que si la distancia entre una flecha y su objetvo puede dividirse en infinitas partes y que cada infinita parte ha de ser recorrida en un tiempo determinado el tiempo que necesita la flecha para llegar a su blanco es infinito por lo que no podrá alcanzarlo. En este caso se confunde la noción de infinito (sin final, en este caso la distancia tiene un origen y un final, no es infinita) con la de infinitésimo (al dividir infinítamente el recorrido de la flecha obtenemos números que tienden a 0).
Asocio a la palabra aporía, entonces, más con una paradoja que con algo trivial y la ejemplificaría, entonces, con un camino que desemboca en una rotonda sin salidas la que, una vez ingresados en ella, nos obliga a andar eternamente en círculos.
De aquí que supongo motivado a tu artículo por el hecho de que Hezbolla controle Beirut oeste.
Y sí, esa noticia requiere, innegablemente, una búsqueda exhaustiva de nuevos datos.
Un abrazo.
Trivial es lo común. Pero lo común no es lo diferente o diferenciado o trifurcado. ¿Es eso?
ResponderEliminarPero "lo trivial" puede ser y no-ser, a la vez:
a.- como el tridente de Poseidón, donde efectivamente el eje principal se divide en tres púas. Esta imagen es lo trivial como punto de divergencia de un cruce de tres vías. Como despedida de tres caminantes.
b.- como el rayo de Zeus, donde el haz de rayos converge en un punto.
Lo trivial como punto de convergencia en un cruce de tres caminos. Como encuentro de tres caminantes
La aporía es ya el propio sentido paradójico de lo trivial como punto de convergencia y al mismo tiempo de divergencia. (Semejante efecto en el pensamiento, produce lo de la botella mediollena o mediovacía).
Pero "Lo aporético" a lo que parece referirse el autor, sería un tercer sentido de cruce:
c.- como indecisión o como pregunta suspendida ¿y ahora hacia dónde vamos? se peguntarían los caminantes.
Cada vez que un profesor de la Facultad me decía que «esa demostración es trivial» me echaba a temblar. Era capaz de realizarla mal incluso de esas tres formas distintas.
ResponderEliminarComo los caminos de la etimología son muy oscuros, la realidad de la palabra trivial viene de "trivium", que se aplica a las tres vías de una encrucijada de menor importancia (según el diiccionario etimológico de Deusto)lo que quiere decir que probablemente ninguno de esos caminos conduce a lugar de importancia. Pienso.
ResponderEliminarEn el diccionario, un sinónimo es baladí. Y cosa curiosa también. Baladí, que es aquello que tiene poco valor según expresamos en el idioma castellano, viene de al balad, que significa en árabe "lo nuestro". Así es que cuando el árabe dice lo nuestro el que lo oye entiende "sin valor".
Difícil es echar mano de la etimología.
Amigos, como dice Luis la etimología no es un mapa, sino más bien un laberinto. ¿Pero perderse en ella no es ya ir a algún sitio?
ResponderEliminarPero bien mirado, el trivium originario no es un cruze de caminos sino un trípode sobre el que apoyar la kratera o el kalix eleusino.
ResponderEliminarY yo pienso seguir usando el trivium como trípode para apoyar el caldero.
Mi lugar trivial es la Estación de Perpignan.
ResponderEliminarSalva D´Or
Los americanos -y no sé si es a eso a lo que se refiere Judas- han hecho de la búsqueda de lo "non-trivial" un criterio de conducta académica. No está mal.
ResponderEliminarUn espacio no trivial: El mundo literario de Sal -Wad-Or
"La memoria de lo inconsciente no deja filtrar sus mensajes más que en los instantes de vacuidad del espíritu, por ello los WATER-CLOSED son unos lugares ideales para alcanzar un estado de gracia excepcional, como también lo es la estación de Perpiñán".
ResponderEliminarSalva-D´Or-Dali-rium
Con el Gran Enrri, todos los caminos son trifulcaciones y por lo tanto, inevitablemente conducen al centro del mundo que es La gare de Perpignan
ResponderEliminarEl 19 de septiembre del 63, Sal -i- vador tuvo una especie de éxtasis cosmogónico más claro que la visión más exacta de la constitución del universo. En la estación de Perp i Gnan, claro está.
El 27 de agosto de 1965 Sal-Gala-D'Or llegó en un vagón de maercancías a la estación para confirmar que allí se encontraba el Monte Carmelo d ela paranoia crítica.
Gracias, Enrri.
la realidad de la palabra trivial viene de "trivium", que se aplica a las tres vías de una encrucijada de menor importancia
ResponderEliminar¿No tendrá que ver con las enseñanzas del trivium y el quadrivium? El resto de las hipótesis me recuerdan a Goropio Becano.
¿Y cuál es la etimología de "trivium"?
ResponderEliminarDe Wikipedia:
ResponderEliminarDel latín, trivium (tres: tres y vía: camino), confluencia de tres caminos. En la Antigüedad y la Edad Media, tres de las siete artes liberales relativas a la elocuencia: gramática, retórica y dialéctica (o lógica) En las universidades medievales, el trivium comprendía los tres aspectos básicos del conocimiento: La gramática como mecánica del lenguaje; La lógica (o dialéctica — lógica y dialéctica llegaron a ser sinónimos en el tiempo) que es la "mecánica" del pensamiento y el análisis; y la retórica que es el uso del lenguaje para instruir y persuadir. En la Escolástica medieval se consideran campos preparatorios para el quadrivium, el cual comprende la aritmética, la geometría, la música y la astronomía
Efectivamente, Sergio -gracias-, de ahí que el Eclesiastés ya dijera que quien acumula ciencia acumula infelicidad. La cultura o el conocimiento no proporciona felicidad, sino perplejidad.
ResponderEliminarA eso apuntaba la relación que yo pretendía establecer (con mejor o peor fortuna) entre trivial y aporía.
Por cierto Aristóteles, en quien todos los caminos confluyen, hablaba también de EU-poría.
ResponderEliminarGracias. Tomo nota.
ResponderEliminarKSNDR
de ahí que el Eclesiastés ya dijera que quien acumula ciencia acumula infelicidad.
ResponderEliminarTambién lo dijo Lisa Simpson.
La cultura o el conocimiento no proporciona felicidad, sino perplejidad.
Hombre, también sirve para que los hijos no la palmen antes de cumplir el año. Claro, que si uno tiene un sentido trascendental en su vida, se puede consolar que los nenes habrán ascendido al cielo donde vive el Dios omnisciente y todopoderoso que ha creado los piojos, los tumores y la peste a sobaco. No hay mayor beatitud, como se sabe, que mirarle el careto a Ialdabaoth por los siglos de los siglos (amén).
... pero siempre podemos hacer honor a la tradición española ("que inventen los otros"), y disfrutar de lo mejor de ambos mundos, sin dar palo al agua ni quemarse las pestañas.
ResponderEliminarNoble Freman: ya que por lo visto su voluntad de ejercer de Pepito Grillo del Café de Ocata es inasequible al desaliento, yo, al menos, le rogaría que ejerciera su oficio con un poquito más de humor y menos ínfulas de monaguillo torquemadeño.
ResponderEliminarNo, no ejerzo de Pepito Grillo, sino que doy por culo.
ResponderEliminar:) Pero no se preocupe. Ya me voy. Con mucho humor, eso sí.
(y la etimología de "trivial" ha sido una de las paridas más divertidas que he leído últimamente: gracias por darme algo de lo que reírme)
Señor Luri, ¿en que obra Strauss explica la doctrina de la noble mentira?
ResponderEliminarMerci
Señor Napoleón, aunque usted sea una mujer que se dedica a la agricultura en Sierra Leona, conocerá el comentario de su homónimo corso a "El Príncipe" de Maquiavelo. Allí la tiene bien expuesta.
ResponderEliminarStrauss no explica en ningún sitio esa doctrina, aunquer a lo largo de su obra se dedica insistentemente a recoger testimonios de defensores de la "pia dogmata", como Spinoza, o simplemente del ejercicio de la inteligencia lectora, como Maimónides.
No puede explicarla porque él no la entiende como una doctrina, sino como el soporte movedizo de toda verdad. Allá donde hay una fe (da igual en qué: en Dios, en la ciencia o en el amor de nuestra pareja) hay una necesidad de creer. Y, como decía Nietzsche, una necesidad de olvidar.
Si quiere entender lo que Strauss entiende por "noble mentira" acuda a la Segunda Consideración Intempestiva de Nietzsche.
LLego tarde, pero bueno: ¿por qué la situación de trivialidad es aporética? No lo entiendo.
ResponderEliminarOtro: me estaba permitiendo jugar con los conceptos de "aporía" y "tri-vium" en tanto que situaciones que nos sitúan ante un cruce de caminos.
ResponderEliminarPor debajo de este juego está la sospecha de que toda certeza no es sino un nudo gordiano suelto a espadazo limpio. O, si quieres, que aquello que creemos más verdadero, manifiesta sobre todo nuestra necesidad de creer en la verdad.