Ayer mismo le preguntaba al Señor del bosque: "¿Te imaginas una larga tertulia con Comte-Sponville y Lucrecio?". Creía que le estaba dirigiendo una pregunta retórica, pero hoy André Comte-Sponville me ha tomado la palabra. Me he encontrado -aunque mejor sería decir que él me ha encontrado a mi- con este libro recién editado, que es un comentario del francés al De rerum natura del romano. Como todo materialista melancólico bien sabe, todo está lleno de dioses. ¡Allá las muchachas tracias si son ciegas! No hay, para encontrarlos, más que dar dos pasos por la emboscadura.El libro comienza con estas palabras:
J'ai longtemps préféré Épicure, plus lumineux, plus serein, plus doux -plus sage. C'était la lumière grecque, celle des commencements. Comme Lucrèce, à côté, me semblait sombre, angoissé, fatigué -tardif! Et sans doute je n'avais pas tort, ni ne veux à présent diminuer les mérites d'Épicure. Au reste, entre Athènes et Rome, que philosophe hésiterait? Les mêmes raisons, aujourd'hui, me rendent pourtant Lucrèce plus proche, plus fraternel, plus émouvant. C'est que j'ai changé sans doute, ou vieilli, et que ce qu'il y a de plus amer, chez le poète latin, parle davantage, ou de plus près, à notre expérience qu'à notre jeunesse.
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ResponderEliminar¿Qué hay de Comte Sponville traducido al español?
ResponderEliminarGracias por adelantado.
C'est que j'ai changé sans doute, ou vieilli, et que ce qu'il y a de plus amer, chez le poète latin, parle davantage, ou de plus près, à notre expérience qu'à notre jeunesse.
ResponderEliminarTengo la impresión que se está cerrando un círculo en el que la parte más enriquecedora del mismo, en este posible ocaso, sea la convicción de que ya no hay nada que buscar fuera de uno mismo o de lo que los mejores amigos que nos quedan nos puedan decir.
A la pregunta retórica tuya yo contesté con la alegre despreocupación festiva. Que fiesta sería sentarnos a escuchar...
Ignacio: el Diccionanrio Filosófico es una delicia. Ideal para viajes o ratos que se puedan perder sin hacer nada.
ResponderEliminarIgnacio:
ResponderEliminarLuis: He comenzado a leer el libro como si, efectivamente, se tratase de una tertulia. Interesante experiencia.
ResponderEliminarEsta traducción del fragmento... sería correcta? menos mal que una de mis grandes amigas es traductora de francés...
ResponderEliminarDurante mucho tiempo he preferido Epicure, más luminoso, más sereno, más suave, más sabio. Era la luz griega. La de los principios. Lucrecia, a su lado, me parecía sombría, angustiada, tardía!! Y sin duda yo no estaba equivocado, ni quiero ahora disminuir los méritos de Epicure. De lo demás, entre Atenas y Roma, que filósofo dudaría? Las mismas razones, hoy en dia, me hacen Lucrece más próximo, más fraternal, más emocionante. Es que he cambiado sin duda, o envejecido, y lo que es más amargo, en el poeta latin, hablo más, o de más cerca de nuestra experiencia que de nuestra juventud.
Espero que así puedan leerlo los que no dominan el francés.
Lo único que puedo decir de éste filósofo... "l'escriptor original no és aquell que no imita a ningú, sino el que ningú pot imitar" (R. Chanteanbriand
Aunque tengo que reconocer que no siempre entiendo de un golpe lo que escribe :-( (Vaya, creo que la sinceridad a menudo aplasta cualquier atisbo de glamour)
Mañana andaré por los bosques... si me encuentro con los dioses... les diré que hay un lugar en el espacio cibernético donde nunca nunca se les olvida.
ResponderEliminar¡Muchas gracias! Por lo de Crítias...