El señor Josep Miró i Ardèvol es un catalán intempestivo y a mi me gusta la gente intempestiva que no consume sus energías en la gesticulación. Es un político nacionalista de larga trayectoria, de los que participaron en la mítica “caputxinada”. Militante de Unió Democràtica de Catalunya, fue “conseller” en dos gobiernos de Pujol… y actualmente es comentarista de
Básicamente este libro es un alegato a favor de la familia tradicional de padre, madre e hijos, institución que, por lo que parece, sólo puede ser defendida con la cabeza alta por las gentes de derecha, como Miró i Ardèvol o Luc Ferry, cosa que hacen desde perspectivas muy diferentes, pero en el fondo confluyentes.
Me gusta la diferencia que establece Miró i Ardèvol entre feminismo y “generismo”. El feminismo sería la ideología que defiende la condición femenina, mientras el generismo sería la ideología que defiende que toda condición sexual es un producto de la cultura, es decir que la sociedad y la cultura hacen al hombre y a la mujer, y no
La base del feminismo sería la convicción de que la naturaleza nos hace –al menos de manera muy mayoritaria- hombres y mujeres, mientras que la base del “generismo” se encontraría en la tesis de Freud del “polimorfismo sexual” del niño. Según esta perspectiva (que sólo puede deducirse, por cierto, de un Freud leído muy sesgadamente) el deseo infantil es indefinido o, mejor, pluridireccional, y la sociedad lo encauza hacia determinados objetos. Por lo tanto la liberación sexual implicaría la recuperación de esa pluridireccionalidad. Y, al mismo tiempo, esta recuperación llevaría aparejada una radical transformación social pues acabaría con la estructura familiar y, con ella, con la sociedad capitalista.
Me parece a mi que Miró i Ardèvol carga en exceso las tintas al desvelar una supuesta conspiración ideológica del “generismo” contra la sociedad del bienestar mediante la destrucción de los valores familiares. Pero, más allá de las críticas que se le puedan hacer, lo que me resulta curioso es que sea la derecha cristiana la que, básicamente, se atreva a poner en cuestión el mito postmoderno del “polimorfismo sexual”.
Don Gregorio: ese tipo de ejercicios masturbatorios masculinos deben manipularse con pinzas y guantes, so pena de terminar pringado.
ResponderEliminarCasi todas las fantasías fascistas (las de verdad, no las de la izquierda) pasan por un intento de adaptar el mundo a un inadaptado... en vez de lo contrario, que sería lo más económico. Si el señor Miró i Ardèvol no se come un rosco y es un malfollao (pongamos como hipótesis) es siempre porque a las gentileshembras de su tiempo les han comido el tarro; nunca porque el pito de Mirito quepa en un frasquito, ni porque le canten los pies.
... y en lo del fascismo incluyo el Islamismo, cuya obsesión por el control de los vientres femeninos es de sobra conocido.
En otras palabras: mucho cuidado, que debe estar aún está húmedo.
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ResponderEliminarFreman: No conozco personalmente al señor Miró i Ardèvol, pero me interesan mucho más sus argumentos que su intimidad. Con respecto a su persona yo prefiero seguir la conducta que me enseñaron en casa: no enjuiciar lo que no conozco ni valorar lo que alguien objetivamente dice por las intenciones que yo subjetivamente le supongo. A ambas cosas lo veo a usted muy aficionado.
ResponderEliminarPero allá usted si considera noble responder a argumentos con falacias.
Se lo diré sin rodeos: Su comentario me ha molestado.
Lo siento, no era mi intención molestar. Sólo dije lo que pienso.
ResponderEliminarSeñor Luri.
ResponderEliminarLeo a Miró i Ardèvol de vez en cuando en el periódico "El mundo", y aunque casi nunca comparto sus posiciones su calado intelectual hace interesante su lectura.
Felicidades por su bitácora, toda una referencia
Aquí todo el mundo emplea las palabras como le da la real gana. Una cosa es el feminismo y otra muy distinta sería el "feminidismo".
ResponderEliminarEl "feminidismo" vendría a ser algo así como las buenas costumbres de la sección femenina de la falange y ese señor no pasa de ahí.
Espero, Sr. Luri, que no se haya enfadado especialmente con el conejito rabioso. Piense que puede hacer con sus palabras una interpretación caritativa como la que le hace al asalta conventos y ya está.
Por Sant Jordi me "regalaron" un panfleto feminazi impreso con presupuestos de la Generalitat. Ahí, entre otras maravillas de la contorsión lingüistica, hacían la distinción entre feminismo y hembrismo ("feminisme" y "femellisme"). Mientras el uno era "bueno", el otro era "malo". En cambio el machismo no tiene esa distinción, pues es malo malísimo en su misma esencia.
ResponderEliminarPara ampliar su visión, entonces debería ud. remitirse a buscar la diferencia entre "machismo" y "masculinismo"... Machismo es a hembrismo, como masculinismo a feminismo. Las primeras son actitudes hostiles entre ambos géneros, y los segundos buscan la equidad en los mismos. Saludos.
EliminarLeo en La Galaxia lo que sigue: "La legisladora ecuatoriana María Soledad Vela, del partido en el gobierno, presentó una iniciativa para garantizar el derecho de las mujeres a una vida sexual satisfactoria por decreto constitucional.
ResponderEliminarAsí, si una mujer no está satisfecha sexualmente, podría demandar a su esposo.
La sugerencia generó una acalorado debate en la sociedad ecuatoriana, consignó la BBC en su sitio en español."
La Galaxia
Pero que atrevida es la ignorancia. Una de las mejores maneras de que un derecho no sea observado es constitucionalizándolo.
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