martes, 10 de abril de 2007

Cuando Eugeni d'Ors ensalzaba a Lenin

Magníficas fotografías de la Rusia de los primeros años 80. Vía English-Russia

Por pura casualidad he llegado a estas fotos mientras preparaba unas notas sobre Eugeni d'Ors, del que tengo que hablar esta tarde. A finales de 1919 tras apropiarse de “las alas del castellano, avezado a volar entre continentes”, d'Ors inició un vuelo que lo conducirá a admirar a Salazar y Mussolini, a apoyar al gobierno de Burgos y a ingresar, en 1937, en Falange Española. Pero en 1919 se encontraba deslumbrado por la revolución rusa. Creía estar asistiendo al nacimiento de un nuevo sujeto histórico, el trabajador, que aplastaría de un manotazo cualquier intento de la burguesía de apropiarse de la marcha de la historia. Este mismo año presentó un embrión de sus ideas en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación en una conferencia titulada "Posibilidades de una civilización sindicalista". Andaba en esos momentos escribiendo cosas como esta: “Muden de esposas nuestras muñecas; Lenin, pon tu hierro joven aquí, donde aún es bermeja la marca de las argollas de Creso”. Recordaba también, mientras veía las fotos, que d’Ors fue generosamente loado por figuras tan singulares como José Luis L. Aranguren o José María Valverde. Ver Ínsula, 106, 15, octubre de 1954. Añadiré que soy admirador de su Dietari.

4 comentarios:

  1. Es lo que tienen algunos de estos tipos que nos amargan la vida con su fantástico genio. Son tremendamente inconsecuentes, con ellos o con su tiempo: Celine, Pound, D'Ors. ¿Cuanto cuesta admirar la obra de quienes en su vida caminaron senderos políticamente incorrectos y vitalmente incoherentes?

    Y sin embargo tienes razón con él.Creo que era, sobre todo, un futurista al estilo de los italianos de los 20 o de los rusos de los inciios revolucionarios, cuando creían que poner su arte al servicio de la revolución era pensar por su cuenta: Maiakosky, sin ir más lejos. Yo creo quye D'Ors era sobnre todo italiano en su mediterraneidad y en sus raíces y quedaba muy bien cerca de Musolini. Tenía un aire de coche deportivo pintado a grandes trazos cortando el viento, sobre un fondo de velocidad, en una feria de Milán.
    La vertiente castellana de ese fenómeno, atípico, sería aquel Gimenez Caballero.

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  2. Luis: Creo que es exacamente como dices. ¡Pero qué de vueltas da la historia!

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  3. Lástima grande que D'Ors jamás escribiese un "Dietari" !

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  4. Anónimo: Me gusta el tono de su comentario. Si uno sale a la luz pública es culpable y medio de sus errores. Así que me corrijo (que equivocarse no es de sabio sino de torpes, apresurados o ambas cosas a la vez): D'ORS ESCRIBIÓ UN "GLOSARI" E INCLUSO UN "CALENDARIO Y LUNARIO", PERO NO UN "DIETARI". Que "La virtud está en ser tranquilo y fuerte".

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