I
En las arrugas del rostro es imposible distinguir si son huellas de éxitos o fracasos.
Estás sólo cuando a nadie ves; cuando no puedes ver a nadie, estás perdido; cuando nadie quiere verte, abandonado.
Anteponiéndole a Dios la partícula privativa "a-", la palabra resultante es una despedida.
La vida, para vengarse de quienes se pasan el día lamentándose de su inconsistencia y sinsentido, los obliga de vez en cuando a ir al lavabo.
Para saber amar uno debe estar seguro de que merece ser amado.
Todo lo relevante acontece en un instante, desde el primero al último suspiro. Sólo lo intrascendente parece capaz de flotar sobre el fluir del tiempo.
La gente educada sólo se mata por la espalda.
¡Cómo no admirar la razón, siendo un bien tan escaso!
Era tan tonto que no encontraba la manera de perderse.
X
Cuando el aristotélico Ludovico delle Colombe se negó a mirar por el telescopio de Galileo lo hizo por motivos racionales: Para no verse obligado a despreciar un hecho.
XI
Nada teme más el escéptico que ser ejemplo para alguien.
Es sabio aquel que elige sus prejuicios.
Si la mona se viste de seda, más futuro para las escuelas de diseño.
Rectificar es de ignorantes con sentido de la vergüenza.
Sobre el aforismo XII, acertadísimo:
ResponderEliminarAhora entiendo del porqué un sujeto innombrable me montó la se San Quintín un día de ésta semana porque se me había ocurrido comentarle (¡pobre de mí!) que había hecho un prejuicio sobre una cuestión muy importante. "¿Yo jamás he hecho un prejuicio de nada ni de nadie" fué lo único que se le ocurrió decir. Por éso ocupa el cargo que ocupa, claro.
Saludos cordiales.
El prejuicio más peligroso es, sin duda, el de creer que estamos libres de prejuicios.
ResponderEliminarAl leer el aforismo VI he recordado un fragmento de un poema de Quevedo, referido a la ciudad de Roma:
ResponderEliminar"Oh Roma, de tu belleza, tu hermosura, huyó lo que era firme/ y sólo lo fugitivo permanece y queda". Está puesto de memoria, así que puede tener algún error. Besos, querido amigo.
yo en el I añadiría a éxitos, fracasos o aburrimientos.
ResponderEliminarAlgo que los maquilladores se empeñan en ocultar de forma feroz: el aburrimiento.
Saludos cordiales.
*En las arrugas del rostro es imposible distinguir si son huellas de éxitos o fracasos.*
ResponderEliminarSe distingue perfectamente. No obstante, es un acierto de la greguería.
*Anteponiéndole a Dios la partícula privativa "a-", la palabra resultante es una despedida.*
Buen hallazgo. Da para mucho más. Pero lo importante es haberlo hallado.
*Para saber amar uno debe estar seguro de que merece ser amado.*
Es fácil de decir. Pero Vd. es injusto con los tímidos. Su aforismo no se aplicaría nunca a La Cenicienta, uno de los pocos seres que merece la pena amar.
*La gente educada sólo se mata por la espalda.*
Las escenas violentas, y la sangre, son cosa muy ordinaria (adiós a las pistolas y armas blancas). Lo más educado es el veneno (lo vengo yo diciendo...).
*¡Cómo no admirar la razón, siendo un bien tan escaso!*
No es tan escaso. Vd. y yo somos ya demasiados.
*Era tan tonto que no encontraba la manera de perderse.*
Es lo mismo que me sucede a mí. Gracias.
*Cuando el aristotélico Ludovico delle Colombe se negó a mirar por el telescopio de Galileo lo hizo por motivos racionales: Para no verse obligado a despreciar un hecho.*
Es la que más me ha gustado aunque no quepa en la brevedad de un aforismo. Es, más bien, una reflexión. Pero suficientemente breve como para que resulte clara.
*Es sabio aquel que elige sus prejuicios.*
Por lo menos, es un espabilado.
*Si la mona se viste de seda, más futuro para las escuelas de diseño.*
Tiene gracia. Es posible que ocurra al revés: que las monas vengan encontrando muy adecuadas a su estatus nuestras mejores creaciones de alta costura.
Saludos.
Grifo
"Todo lo relevante acontece en un instante, desde el primero al último suspiro. Sólo lo intrascendente parece capaz de flotar sobre el fluir del tiempo"
ResponderEliminarLo relevante es aquello que, al suceder nos sorprende, de ahí el fenómeno de la inmediatez, pero viene fluyendo en el tiemp, preparándose para desvelarse.
Quiero decir que lo instantáneo es el hecho definitivo.
El hombre debería ser capaz de saber que lo relevante está sucediendo, y esperar. Eso sería un síntoma de inteligencia.
Grandes aforismos. Que esto de "menos es más" no lo dicen por las puras.
ResponderEliminarSaludos desde Lima
Isabel: Me tomo tus palabras como un piropo. Gracias.
ResponderEliminarPetrusdom: ¿Y el aburrimiento no te parece que tiene algo de fracaso?
ResponderEliminarAnónimo (Grifo): Le agradezco la visita y sus comentarios. Esto de los aforismos se ha convertido para mí en una actividad involuntaria, casi automática, pero divertida. Me asaltan, los puñeteros, en cualquier circunstancia, y yo me dedico a ir recogiéndolos en el trozo de papel que tenga a mano. Después algunos se pierden (¡cuántos no habrán ido a la lavadora!) y otros al releerlos, acaban en la papelera. Con los que quedan, intento introducir las mínimas modificaciones, y los traigo aquí. A exponerlos al sol.
ResponderEliminarLuis: El del instante es una de estas cuestiones imposibles con las que nos gusta enredarnos a los filósofos, el primero Platón, en el "Parménides". El instante suele llegar a la conciencia como ruptura y, en este sentido, tiene a ganar visibilidad. Pero me temo que el instante siempre nos sorprende. No hay manera de esperarlo.
ResponderEliminarPierrot: Gracias por la visita. Una de las cosas que más me gusta de esto de andar blogueando es poder cruzarte con personas de cualquier parte del mundo que andamos compartiendo este vicio por la palabra. Me han encantado el comienzo de su post de hoy: "El gato de mi amada siempre muestra sus dientes ante el fuego y el relámpago".
ResponderEliminar"El gato de mi amada siempre muestra sus dientes ante el fuego y el relámpago"
ResponderEliminar¿No es de Heráclito, esto?"