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sábado, 31 de agosto de 2024

En potencia

 I

Todos los hombres somos en potencia tantas cosas...  Hoy, por ejemplo, todos los hombres, según la ley, somos mujeres en potencia.

II

El principio de no contradicción se aplica a lo que es en acto, no a lo que es en potencia, porque en potencia mañana estamos todos muertos y estamos todos vivos.

III

Me contaba Berta G. de Vega que una mujer que impartía un taller en el salón de actos de un instituto de Málaga defendió que "todos los hombres son violadores en potencia". Una profesora se levantó y se fue con toda su clase. La que impartía el taller le preguntó por qué se iba. "Está insultando a estos chavales, a su padre, a mi padre".

viernes, 30 de agosto de 2024

Vivir en modo zen

 I

Estaba en mi caminata vespertina cuando me encontré con G., a quien hacía muchos años que no veía. Parecía haber empequeñecido y engordado pero aquel vestir descuidado que lo caracterizaba se ha convertido en un vestir muy cuidado. Me imagino que son dos caras de la misma intención de llamar la atención. Sin venir a cuento me aseguró que vive en el Bajo Aragón, «donde soy el puto polaco independentista». Cuando yo lo conocí, de independentista no tenía absolutamente nada, pero no seré yo quien critique a nadie por cambiar su perspectiva política. Tras darnos la mano, dio unos cuantos pasos y se volvió de repente para decirme: "Yo ahora vivo en modo zen". O sea, que sigue siendo el fantasma de siempre.

II

Desde que me he puesto a caminar en serio voy conociendo mejor los pueblos próximos. Viajar en coche es una manera de ignorar los paisajes. Ayer fui de Alella a Montgat por el Camí del Mig. Las viñas están ya en sazón. La vegetación se muestra cansada y me acompaña el polvillo en suspensión que levanto yo mismo al caminar. Todo transmite la imagen agostada de finales de verano. En Montgat descubro las mismas urbanizaciones anodinas que he dejado atrás en Alella. Colmenas horizontales que no son sino formas de estabular nuestra manera de habitar.

III

En esta comarca del Maresme lo único que se mantiene intacto es un cielo que en verano solo se deja mirar de soslayo y la sugestión del mar. Y con eso es suficiente.

jueves, 29 de agosto de 2024

... et eris noster

 I

En marzo de 1622 Hugo Grocio se refugió en París, donde encontró amigos entre los eruditos de la ciudad, como Salmasio y Peirescio. Una vez paseaba en compañía de este último cuando un desconocido le preguntó cómo podía llegar a ser tan erudito como Peirescio y Grocio, a lo que Grocio, calmadamente, le respondió: «Lege veteres, sperne recentiores, et eris noster». Es decir: "Lee a los ancianos, ignora a los modernos, y serás de los nuestros".

II

Lo anterior viene a cuento de Bruno Latour, profeta predilecto de las buenas gentes de nuestro tiempo que creen enaltecidos que si todo fuera distinto, todo sería diferente y, por lo tanto, micho mejor, porque nada puede ser peor que lo que hay. No consigo dar con el atractivo que los jóvenes neoprogres (el neoprogresismo es el miedo al futuro de la actual izquierda) encuentran en este hombre.


III

Claro que también viene a cuento de este sello:

Me lo encontré hace unos días ...


en el Fray Gerundio que me acababa de llegar de Iberlibro. Me imagino que los clásicos ya sobran en las bibliotecas de nuestros institutos porque nadie los entiende. Pero si los clásicos se nos han vuelto difíciles no es, precisamente, por culpa suya.

miércoles, 28 de agosto de 2024

Totum revolutum

 I

Confieso que me gusta cazar conversaciones accidentales al vuelo, porque en el uso inconsciente del lenguaje se encuentran verdades cotidianas que necesitan páginas de desarrollo en un ensayo o en una novela. Por ejemplo, hoy, mientras iba al restaurante a comer con mis socios de Rosamerón, no he podido por menos de apuntar este comentario de un marido a su mujer (pequeño, rechoncho, de unos 50 años): "Es que siempre que sale el tema, tú me dices eso y yo te respondo lo contrario". Pues "eso": escenas de un matrimonio.

II

¡Qué trabajo más bonito el de programas futuras publicaciones! Es posible que nunca hagamos un euro con la editorial, pero qué interesante es este... iba a decir trabajo, pero los que trabajan son mis socios, son soy un mero -pero muy satisfecho- diletante.

III

Cuando te entrevista un periodista bueno lo primero que compruebas es que se ha leído bien el libro sobre el que te entrevista (cosa nada usual), lo segundo, que todo lo hace fácil, que la entrevista es más bien un diálogo en el que todo se va desarrollando de manera orgánica. Cuando te entrevista un periodista mediocre, no tardas en sospechar que te está haciendo preguntas sobre un libro que nunca escribiste. Todo va a trompicones y, una vez acaba la entrevista, te pones a temblar temiendo el titular con el que te sorprenderá.

IV

No creo mucho en la publicidad en las redes sociales. Todo en ellas es tan fluido que todo se confunde en un totum revolutum que brilla un segundo para caer inmediatamente en el olvido. A los que hay que cuidar es a los que tienen canales de comunicación personales, porque en ellos el tiempo transcurre más pausado a una velocidad distinta y tienen la credibilidad de la confidencia.


Ligar y hacer la compra

 I

Fascinado con la hora de ligar en Mercadona. Creo que es de 19:00 a 20:00. Y si buscas plan debes poner en el carrito de la compra una piña boca abajo. No sé si es una brillante campaña comercial de la empresa o una de estas cosas que aparecen en España por generación espontánea. En todo caso, es evidente que este país nuestro no deja de sorprendernos. Por otra parte, si quieres ligar, ahora puedes hacerlo con aire acondicionado y, además, hacer la compra. Tengo que ir a verlo.

II

Los medios de comunicación, que cada vez nos informan menos y nos quieren más, se compadecen masivamente de la pobre gente a la que se le han acabado las vacaciones de verano y debe comenzar a trabajar. Nos ofrecen abundantes consejos sobre cómo sobrellevar tamaña desgracia. Aportaré el mío: dejar de tener vacaciones.

III

Sigue el insidioso calor, que ya comienza a ser de una monotonía exasperante. Me cuesta concentrarme en la lectura. Pero por las razones que sean, escribir me resulta más fácil.

IV

Con frecuencia descubro que aquello que me falta para completar una conferencia, lo tengo ya escrito en el texto de la misma conferencia pero no he sabido sacarle partido hasta que una chispa me lo ha iluminado cuando no iba a buscarlo. Ayer, por ejemplo, caminando por el barrio de la Soleia de Alella se me aclaró la conferencia que tengo que dar en Tudela.

lunes, 26 de agosto de 2024

Bendiciones y maldiciones

 I

Ando mucho más atareado de lo previsto con la promoción de mi último libro. Obviamente es una buena noticia, pero está afectando a mis paseos diarios, ahora que estaba empeñado en hacer cada día al menos once mil pasos.

II

Otra buena noticia inesperada: la sorprendente segunda edición de El deber moral de ser inteligente. Las buenas noticas que te cogen por sorpresa tienen un saborcillo como a helado de menta y regaliz muy agradable.


III

Jordi Nadal me envía, con la segunda edición de El deber mopral de ser inteligente un librito formidable, Los poemas en prosa de Turguénev. De ellos extraigo el siguiente, escrito en febrero de 1878: 

«Una vez en Rusia fui testigo de un durísimo altercado entre dos labriegos, padre e hijo.

El hijo finalmente le infligió al padre un terrible agravio.

-¡Vasílich, maldice a este descarado! -gritó la mujer del anciano.

- Lo haré, Petrovna -replicó el viejo con voz sofocada, luego se persignó y dijo-: Ojalá en tu vejez te llegue el día en que tu propio hijo te escupa en la cara delante de su madre.

El hijo, que se disponía a contestarle, se quedó lívido y, con las rodillas temblorosas, salió de la casa.»

El día 4, en Zaragoza:


 

domingo, 25 de agosto de 2024

España Cañí

Se recuerda estos días, con razón, a aquellos heroicos republicanos de La 9, que entraron en París al mando del general Lecrerc el 24 de agosto de 1944, sobre carros blindados que llevaban pintados los nombres de Guernica, Madrid, Brunete, Guadalajara, Ebro o España Cañí. Se recuerda menos el nombre del segundo al mando de la compañía, Amado Granell. Cuando De Gaulle le impuso la Legión de Honor, le ofreció un puesto de comandante en el ejército francés si abandonaba su nacionalidad española. Granell le respondió que no podía dejar de ser español porque "amaba a España como a una madre y a Francia como a una novia". 

Dos años después, en 1946, Granell hizo de intermediario entre Largo Caballero y Juan de Borbón para facilitar la instauración en España de un sistema monárquico democrático.

Dando la tabarra

 





viernes, 23 de agosto de 2024

Calor

I

Calor. Calor excesivo, agotador, intratable, imperialista, totalitario, maleducado, metomentodo, que no da tregua. Calor. Calor y nada más.

II

Y, sin embargo, voy progresando preparándome esto



jueves, 22 de agosto de 2024

A perfect day

 I

Otro día largo.  Comenzó viajando a Barcelona para visitar la sede de la Editorial Rosamerón. Siguió con una larga entrevista que me hizo Olga San Martín para El Mundo. Continuó con una vuelta apresurada a casa para regar bien las plantas antes de que volviese mi mujer. Culminó con su regreso. Y, para postre, una larga entrevista digital con amigos de Colombia. Nos hemos reído mucho mientras hablábamos de cosas serias.

II

He realizado cada recorrido a pie de tal forma que, al final, la suma de los trayectos superara los once mil pasos. Lo he conseguido. El total ha sido de 15.000.

III

He escrito dos artículos para el ARA, uno para Catalunya Cristiana y  otro para El Debate.

IV

Ani Levi, profesora de español en una universidad de Bulgaria me cuenta sus problemas de salud; a Tomàs Pàmies le mando información sobre Caridad Mercader; Francisco O'Reilly, entrañable tomista uruguayo, me provoca  acabamos ablando de San Agustín, de Plotino, de Gregorio Magno y de Finlandia.

V

Y esto ha sido (más o menos) todo. Son las 23:29.


Infelices banales

I

Ya somos al menos dos en España los que hemos leído a Philip Rieff, Valentí Puig y un servidor. 

II

En un contexto ideológico en el que había mucha gente empeñada en buscar la síntesis entre Freud y Marx, Rieff advirtió («Freud: The Mind of the Moralist») que el padre del psicoanálisis fue el más perspicaz teórico de la cultura de todo el siglo XX porque poseía la mente de un diplomático, no de un predicador (fue el caso de Marx). 

III
El psicoanálisis, en el fondo, no hace más que confirmar la sospecha de Platón: Los buenos son los que se limitan a soñar lo que los malos hacen a la luz del día. 

IV
Por eso mismo, lo que Freud consideraba prudente esperar del psicoanálisis era la transformación de un miserable neurótico en un infeliz banal. A mí esto me parece una heroicidad.

V
Cuando Freud recibió la visita de Schultz, le preguntó al saludarlo: «¿Cree usted sinceramente en su capacidad para curar a un paciente?» «¡De ninguna manera!», le respondió Schultz. Freud añadió: «En este caso, nos entenderemos»

VI
Me escribe mi entrañable amiga parisina, B.: "J’ai appris quelque chose (est-ce vrai?).  Trotsky aurait été atteint d’une sclérose en plaques , et envisageait de se suicider en cas d’aggravation. Le piolet en a décidé autrement…"

miércoles, 21 de agosto de 2024

Psicólogos y bomberos

I

Discuto con Valentí Puig la vigencia de Freud. 

Estamos de acuerdo en la profunda huella que su psicologismo ha dejado en la sociedad psicoterapéutica. «Arde un edificio y llegan antes los psicólogos que los bomberos», observa Valentí..

Divergimos en la valoración del Malestar en la cultura: «Es cierto que en "El malestar en la cultura" hay sustancia de primera, pero no por freudismo sino por conexión con la lucidez del pesimismo de Occidente». Pero a mí este pesimismo lúcido me parece muy freudiano.

Tras pasar por El corazón de las tinieblas acordamos también que «la hipocresía es un método útil para disimularnos».

II

Lo mejor del día, una paella con mi hijo en un restaurante del Puerto de Masnou. Tener un hijo es sentir que una parte tuya, muy íntima y sensible, vive expuesta a la intemperie. No importa lo bien que viva. Siempre oyes el rugido del viento. Por eso es lógico que abandone, como los pájaros, el nido, cuando los amenazamos con darles cobijo. 

martes, 20 de agosto de 2024

Pan con nueces

 I

Hoy cumplo 69 años. Así que, como era previsible,  he tenido que sufrir varias bromas sin demasiada gracia sobre el simbolismo de este número.

II

No suelo ver mucha televisión, pero esto de estar solo te hace recurrir a argumentos desesperados para pasar el tiempo. En estos últimos cuatro días he visto dos películas que casi me han gustado mucho: Perfect days, de Wim Wenders (la complicidad sentimental que garantiza similares gustos musicales en la historia de un místico de nuestro tiempo) y Yumurta, de Semih Kaplanoglu (que casi... casi):



III
He soñado que mi daimon  me susurraba al oído que “el hombre es un prólogo galeato”. En el sueño esta revelación me parecía de una profundidad admirable; pero una vez desnudado el sueño (que eso es la vigilia, el sueño desnudo), me he estado riendo un rato de mí mismo. Soy pedante hasta en mis sueños.

IV
Primera constatación de la caminata de esta mañana: Uno espera que de padres inteligentes, guapos y sensatos salgan hijos poseedores de al menos una de estas características. He comprobado que no necesariamente es así.

V
Segunda constatación de esa misma caminata: Dos adolescentes, posiblemente enamorados. Él coge un bicho (no he visto cuál) y se lo enseña a ella, que grita: "¡Qué asco, deja eso!" En esta escena tan tonta he visto la derrota de algunos prejuicios modernos. Si bien ella ha protestado, sus ojos mostraban cierta admiración que él recogía orgulloso en sus gestos.

VI

Esta mañana Irene Rigau me ha contado un cuento que a ella le contaba su madre, el de La señora de Tous:

«Había en el castillo de Tous una señora tan caprichosa que se alimentaba exclusivamente del tuétano de los huesos de corderos negros. Tras acabar con todos los corderos negros de su país se empeñó en importarlos de países cada vez más remotos. Para conseguirlos tuvo que vender sus posesiones y acabó en la ruina, viéndose forzada a vivir de la caridad de sus antiguos súbditos. Un día la masovera de una masía le dio un puñado de nueces y un corrusco de pan duro. Tenía tanta hambre que devoró aquella comida con lágrimas en los ojos. Al terminar, exclamó: "Si hubiera sabido que el pan con nueces era tan bueno, aún sería la señora de Tous”».

lunes, 19 de agosto de 2024

El otro del otro

I

Resulta que nos han invitado a mi agente conspirador y a un servidor de ustedes a conferenciar en Bucaramanga, Arequipa, Cuzco y mi agente dice que tenemos que aprovechar la ocasión para subir al Machu Pichu y a no sé cuántos lagos de los Andes. Ando temblando de miedo. Como sé que mi agente es una unidad biónica insensible al cansancio. ¿Les he dicho ya que corre medias maratones, a sus 69 años? Para no hacer el ridículo, he decidido perder peso y ganar musculatura. O sea, me he puesto a subir cuestas. He comenzado esta mañana. Y es curioso la de gente que se encuentra uno subiendo cuestas.

II

Me he cruzado con R. y hemos hablado del problemón de las herencias. Suelen ser espectáculos lamentables en los que las familias se empeñan en causarse heridas que con frecuencia son irreparables.

III

Me ha saludado una antigua alumna que anda por radios y televisiones y hemos hablado de lo bien que estamos (mientras yo aprovechaba para recuperar el aliento) y de una futura entrevista en un programa de radio.

IV

Me he cruzado con una mujer idéntica a una famosa cirujana -de hecho la he saludado y la mujer me ha mirado con cara de desconcierto- a la que conocí el día siguiente de que su marido se largara con una mujer mucho más joven. Me vio y sin saludarme me echó encima una borrasca de insultos, el más repetido era el de "gónada con patas". No me insultaba a mí, sino al género masculino en mí, cosa que me tomé como un honor. Me cayó fatal. Pero hemos acabado siendo buenos amigos.

V

Al volver a casa me he desviado para hacer la primitiva. Si me toca la lotería, alquilaré porteadores para que me suban en litera al Machu Pichu (lo cual, pensándolo caritativamente, es otro motivo para perder peso). Me encuentro con una larga cola en la administración de lotería, ¡para que digan que se está perdiendo la fe!

VI

Un lema para nuestros días: "Yo soy el otro del otro" o si se prefiere, "el diferente del diferente".

El sorbo de cerveza

 I

Hace dos días me pidieron de Arequipa una conferencia sobre la atención. Intenté resistirme alegando que cuantas más cosas sabía sobre este sorprendente fenómeno de la atención, menos claro tenía su funcionamiento. Pero esto es lo que más les gustó. Y me quedé sin argumentos para continuar resistiéndome.

II

Ayer por la tarde en misa no tenía forma de estar en lo que estaba. Una insidiosa pregunta no paraba de rondarme con su zumbido: "¿Cómo se llama la selva que se encuentra entre Colombia y Panamá?" No tenía manera ni de recordar la respuesta ni de ignorar la pregunta. Ahora, que no me lo pregunto, la respuesta me sale al paso: El Darién. Unas horas antes había recibido un mensaje confidencial que me aseguraba que ya estaba resuelto el paso por Costa Rica de las legiones de caminantes que se dirigen desde diferentes países sudamericanos a los Estados Unidos y que se encuentran en el Darién con un cuello de botella y el chantaje y abuso de gentes sin escrúpulos. El Darién, sin embargo, no es noticia.

III

Lo único que me mantenía anclado en misa era el comportamiento de un matrimonio de octogenarios que tenía delante de mí. Un mechón rebelde de pelo blanco le colgaba a él sobre la frente y ella, con una mirada de cariño que enternecía, le pasaba se lo recogía haciendo con sus dedos un peine. El gesto se repitió varias veces y tras cada empeño, se cruzaban sus miradas con una ternura tan evidente que me provocaron una punzada de soledad. Siempre me ha parecido que el amor valioso es el que se preocupa por nimiedades del amado: el mechón de pelo, un hilillo blanco en la solapa, un poco de caspa sobre los hombros, un intencionado choque de las rodillas, un caminar acompasado, un renunciar satisfecho al trozo más sabroso para que lo disfrute el otro... son todos estos detalles los que hacen de un matrimonio un mundo que nos parece -¡ay!- blindado contra el tiempo. 

IV

Admito que, en mi caso, hay un detalle contra el que se estrellan el amor y la ternura: tiene lugar cuando estoy disfrutando de la lujuria de una cerveza helada y ella me pide un sorbo. Ese sorbo es precioso... y se lo acabo cediendo. A regañadientes, eso sí.

domingo, 18 de agosto de 2024

Eguitos

 I

Se lo he contado a Irene Rigau: Comí en San José con el hijo de un celebérrimo presidente de Costa Rica porque fue capaz de eliminar el ejército con un decreto. No voy a enjuiciar la medida. Lo que me parece resaltable, por lo que tiene de ejemplo de la condición humana, es que este presidente tan poco militarista enviara a su hijo -ese comensal de ideas claras y rotundas que tenía delante- a la academia militar de West Point.

II
Ayer mis nietos jugaban con un débil e inestable avión de porexpán cuyo vuelo dirigían a distancia. Al bajar de la plaza de Ocata a la calle Miquel Villà, el avión dio un giro extraño y se coló, decidido, en el interior de una casa que tenía la puerta medio abierta. El propietario les entregó el avión visiblemente enfadado. Mis nietos no sabían donde meterse. Y yo me preguntaba cuánto tiene que ver el azar en la resolución de los juegos inocentes de la infancia y cuánto su resolución favorable o desfavorable influye en la conformación de la autoestima y de la seguridad en sí mismo de un adolescente. Yo soy de aquellos a los que siempre pillaban. A mis nietos el propietario malcarado les devolvió el avión sin una hélice y ellos no se atrevieron a pedírsela.

III
Reencuentro casual con un ex-alumno que ha salido filósofo. Utiliza con gran desparpajo el vocabulario socioemocional y positivo del crecimiento personal. Eso, seguro, no lo aprendió de mí.

IV

¿Hasta qué punto la sobrevaloración de la autoestima es la causante de esta galopante epidemia de narcisismo que nos invade? Me parece claro que en vez de fortalecer los egos los debilita. Los convierte en eguitos frágiles y susceptibles en permanente demanda de un gesto de aprobación. Todo el mundo se cree especial en algo y portador de toneladas de belleza interior; todo el mundo está creciendo personalmente. Pero yo veo a los jóvenes descascarillarse al primer roce con una realidad áspera. Tarde o temprano descubrirán que ante la realidad siempre se está en primera línea y entonces le pedirán a la política lo que esta no está en condiciones de ofrecerles.

Más muertos

 I

Me decía L. el viernes pasado que se había quedado sin amigos para jugar al mus en el bar de siempre. La muerte, voraz, le estaba dejando sin partida. Le entendí perfectamente.

II

La mujer de J. se sienta a mi lado mientras me tomo el café con leche. Tiene grandes ojeras y está desmadejada. J. es más que un mero conocido y menos que un amigo, pero lo aprecio mucho. No espera que dure más allá de este mes. La escucho en silencio pero con la sensación de que mi vida se va desprendiendo de mí. Las vivencias están vivas mientras puedes encontrarte al doblar cualquier esquina con alguno con quien rememorarlas. Cuando sabes que a la vuelta de la esquina ya no te espera ningún recuerdo predispuesto a revivirse, se deshilachan. La muerte de los amigos y conocidos tiñe tus vivencia de un cierto aire espectral: solo te tienen a ti en el mundo para verificar que durante unas horas, o quizás solo durante unos segundos, fueron la realidad más real. 

III

He comenzado a leer Fray Gerundio de Campazas. No me resulta fácil seguir con entusiasmo la facundia burlona del padre Isla. Ando perezosillo y amodorrado. Estos días una cerveza bien fría es para mí mejor compañía que un libro (que me perdone Plotino). Pero de vez en cuando me encuentro con expresiones que utilizaba mi madre y que hace mucho tiempo que he dejado de escuchar. La última: "¡Qué charro!" "Charro" es una palabra curiosa que ha ido adquiriendo significados a medida que era recogida aquí y allá, por distintos hablantes, pero en mi pueblo se aplicaba a alguien carente de elegancia, basto, vulgar, sin pizca de donosura. Me agarro a estas expresiones porque me ayudan a reverdecer ese mundo que dejan vacante mis muertos. Mueren amigos y resucito palabras.

IV

Tirando la basura me encuentro con A., que está rodeado de bolsas con botellas de cerveza. No hablamos de cervezas ni de basuras, sino de la realidad, que nos va arrinconando, dejándonos como espectadores desinteresados de lo que ocurra en el ruedo. Lo nuestro es el burladero. Cada vez hacemos menos esfuerzos por comprender lo que no entendemos y como lo que no entendemos va a más, cada vez somos más islas a la deriva. Monadas que se lleva la corriente.

V

¿Será el cansancio del calor? ¿El hastío del estío?

VI

Mañana comenzaré a escribir el artículo para el ARA. Se titulará La intuición compartida.

viernes, 16 de agosto de 2024

Tú no eres de los nuestros

 I 

Pintada en Premià de Mar:

II

Tanto las sociedades abiertas como las sociedades cerradas se organizan en torno a algún principio represor. La dinámica de las sociedades abiertas conduce, ciertamente, a romper el monopolio de un único principio y establecer varios, que no pueden mantener entre sí más que una difícil convivencia.

III

Todo principio represor (que, en tanto que tal, no puede ser reprimido) es un principio de integración y, por lo tanto, de exclusión.

IV

La dinámica inherente a las sociedades abiertas es, como acabamos de decir, la deponer en cuestión el monopolio del principio represor que daba cohesión a las sociedades cerradas mediante una lógica colectiva de integración/exclusión

V

Se tiende así a la creación de diferentes principios represores de acuerdo con las diferentes identidades que cada principio represor va generando en torno suyo. Como tal cosa conduce, inevitablemente, o a la democracia orgánica o la desintegración social, para mantener la cohesión suele recurrirse a un principio represor que funciona como amenaza colectiva y que acaba siendo un enemigo externo o/e interno.

VI

No importa si el enemigo lo era inicialmente. Lo que importa es que si lo sitúas como tal, acabará actuando como tal y su misma actuación fortalecerá la convivencia entre los principios represores que se le oponen.

VII

En las sociedades cerradas la historia la cuenta, ciertamente, un ángel. De esta manera se ensalza lo mejor de la propia tradición. En las sociedades abiertas se le da voz al diablo, que se empeña en husmeas en lo peor de nosotros mismos.

VIII

El ingenuo Castoriadis, defensor de la autonomía y del lema «socialismo o barbarie» se dio perfecta cuenta de que no hay grupo humano que no acaba diciéndole a alguien nacido en su seno "tú no eres de los nuestros".

Porque sí

 I

Comienzo Prohibido repetir, libro que saldrá a la venta el 28 de este mes, recuperando Las dos fuentes de la moral y de la religión, de Bergson. Básicamente lo que sostengo es que ya no podemos vivir en sociedades cerradas. Estamos condenados a vivir en sociedades abiertas que llevan en su apertura la semilla de su autodestrucción. 

II

La sociedad cerrada es la que obedece la ley sin preguntarse qué es la ley; la sociedad abierta es la que, tras preguntarse qué es la ley, descubre que toda ley es provisional y arbitraria y que lo único constante es el tiempo. Según Bergson (y esto nunca lo entendió Popper) el punto de no retorno a las sociedades cerradas lo marcaron Sócrates y Jesucristo.

III

De esto hablaba recientemente con un sabio discreto, Claudio, que me hacía notar la difícil identificación de sabiduría y justicia en el Gorgias de Platón.

IV

He salido de misa esta tarde sin haber entendido ni una palabra de lo que ha dicho en el sermón el celebrante en un flojo castellano. Se lo he comentado a mi mujer que me ha reconocido que a ella le ha pasado lo mismo. En este punto ha intervenido con contundencia mi suegra: "A misa no se viene a entender al cura; se viene porque hay que venir".

IV

Esto, el "se hace porque hay que hacerlo" es lo propio de las sociedades cerradas. Se han quedado, sí, irremediablemente atrás, pero en ellas se sabía qué hacer y por qué hay que hacerlo. De hecho en ellas el qué y el por qué se identificaban en el común respeto a una ley aproblemática. Nosotros valoramos la ley por sus beneficios, que en sociedades que han hecho del pluralismo un valor constitucional supremo, son siempre polémicos. 

V

Wittgenstein preguntaba: "¿Por qué he de decir la verdad si me resulta más beneficioso mentir?"

VI

¿Por qué?

jueves, 15 de agosto de 2024

Refugios climáticos

 I

Pasé ayer por la Calle Esperança, aquí en El Masnou. Hacía mucho calor, pero no había nadie sentado en los bancos, a la sombra de los plátanos. A esta calle solíamos venir con nuestros hijos al atardecer cuando eran pequeños porque era peatonal, había bancos, sombra y, sobre todo, otros niños jugando. Ahora sigue todo igual, pero el ayuntamiento le ha catalogado de "refugio climático".


II

Hoy he pasado por la plaza Jaume Bertran. Es una plaza tranquila, bien sombreada, sin otra circulación que la de una brisilla refrescante Durante unos años viví cerca de allí y guardo un muy buen recuerdo de los vecinos. Es uno de los rincones más pintados y fotografiados del pueblo. Lo han convertido también en "refugio climático".


III

Detesto esta neolengua que, por una parte, permite a nuestros políticos considerarse nuestros salvadores -¿cómo hemos podido vivir hasta ahora sin refugios climáticos?- y por otra autoriza a los ciudadanos a considerarse víctimas -si necesitamos refugios es porque ahora alguien nos agrede climáticamente.

IV

Me temo que esta cursilería ha venido para quedarse. Pero no es inocente. Forma parte de la moderna sociedad terapéutica en la que el hombre político está en retirada para permitir la ascensión vertical del nuevo bárbaro, el hombre psicológico.

miércoles, 14 de agosto de 2024

Vida vecinal

I

Tras una noche borrascosa, aunque con mucho más ruido que lluvia. He dormido muy mal. Al mal dormir le ha seguido una inesperada mañana de confidencias en el Petit Cafè. Apenas he tenido tiempo libre para leer un par de páginas de Plotino. Pero, por lo visto y oído, mis vecinos me veían leyendo solo y se vengaban de mi placidez arrojándome encima sus confidencias.

II

10:30. De L: "Crecí en un mundo paradójico. Me dieron cariño, aunque no todos. Pero nunca me sentí reconocido como un ser valioso. Ese desprecio lo he llevado siempre conmigo". Me paga el café con leche y me pide un cortado. 

III

10:45. De J.M: "Cuando murió mi mujer le dije a mi hijo que dejara de trabajar y se dedicara a vivir, que todo pasa muy rápido, el tiempo se te echa encima".

- Y te encuentras muriendo sin haber vivido -le digo yo rememorando a Rousseau, pedante que es uno.

- ¡Eso es! - J.M. se me queda mirando, admirado de mi sabiduría antropológica. Después, al ver mi taza vacía, me invita a otro cortado. Le digo que no. Quiere invitarme a una cerveza. Me resisto.

IV

11:10. M.J. "La temo más que a una cerveza de autor". 

No entiendo muy bien a qué se refiere exactamente, pero me gusta la comparación. Yo también detesto las cervezas de autor. Se va sin invitarme a nada. Casi me siento decepcionado.

V

11:40. Con P. Le cuento lo del pobre fetichista que queriendo un zapato de tacón de aguja se tuvo que conformar con la mujer entera". Se ríe. Está pasando por un momento muy delicado de salud. Está en los huesos. Me quiere invitar a un cortado. Le digo que ya llevo suficientemente cafeína en el cuerpo. ¡Entonces, sin consultármelo, me pide una cerveza. Le digo al camarero que medio vaso de granizado de limón y medio vaso de Alhambra.

VI

Aproximadamente las 12:00. E. se cambia de casa y abandona el vecindario. No puede con la hipoteca. Todo el mundo le aconsejaba vender. Finalmente, ha vendido. Otra cerveza con granizado de limón.

VII

¿Las 13:00? R. Es un cínico. El cínico más genuino que conozco. Acaba de divorciarse. "El matrimonio", me dice, "es una inversión mediante la cual te garantizas una fuente de placer próxima, aunque no siempre asequible, a cambio de ceder en exclusiva los derechos de propiedad sobre tus secreciones seminales". Se ríe a carcajada limpia y me invita a comer. Le digo que no, prefiero refugiarme en casa con el aire acondicionado.

VIII

16:34. Parece que va a llover de verdad.

martes, 13 de agosto de 2024

Exageraciones

 I

Los españoles, en conjunto, no perdemos oportunidad para demostrar que nuestro carácter nacional es la exageración. Tengo una ponencia sobre esto en un congreso que se celebrará a finales de octubre en Toledo. 

II

La prensa de estos días, hablando del nuevo presidente de la Generalitat, es una buena prueba de nuestro carácter nacional.

III

Con el primer párrafo tengo suficiente para calibrar la ecuanimidad del firmante. Normalmente no paso de allí.

IV

He leído, sin embargo, lo suficiente como para comprobar que a nuestros sesudos analistas, tanto residan en Madrid como en Barcelona, se les escapa un dato que la historia se ha encargado de confirmar repetidamente: la enorme capacidad de los catalanes para darse un tiro en el pie. No sé cuándo ni cómo ni a propósito de qué, pero ya verán...

V

Otra constante española: o se reparte la riqueza o se reparte la gente.

VI

Pasemos otra cosa: resulta que Pancracia Ollo, la mujer de Zulamacárregui, nacida en Pamplona, parece que fue -según me he enterado esta misma tarde- la inventora de la tortilla de patatas. Si se demostrase que es así, habría que reescribir la historia del carlismo y, sobre todo, de su legado. Sería un hecho de una singular justicia poética.

VII

Digamos también que la tortilla de patatas, con o sin cebolla, es pura caligrafía geométrica de la sensatez culinaria. Para llevarla de la potencia al acto se necesitaba una mujer, Pancracia, cuyo nombre significa "Todopoderosa". 

Doña Pancracia Ollo. Si su marido llevaba boina, ella llevaba peineta.

VIII

Leí en Casariego que los carlistas que dirigía en nuestra última guerra civil se lanzaban a la muerte al grito de "Zumalacárregui generala", que es, sin duda, mucho más romántico que el de los milicianos que se lanzaban a las fauces de la historia al grito de "¡Viva Stalin!" Zumalacárregui llevaba cien años muerto.

IX

Y a mí me contaba mi madre que su abuela, cuando el frente de no se qué guerra carlista estaba en Lerín, llevaba la comida para su marido andando los 24 km que separaban a mi pueblo del frente y si no lo veía en primera línea, se volvía a casa sin dejarle al buen hombre probar bocado.


lunes, 12 de agosto de 2024

Desidia

 I

"Gracias, Señor, la casa está encendida", cantaba rezando Luis Rosales.

Al volver yo me encontré la casa apagada. Bien es cierto que hoy han venido a comer mi hija y mi nieto, pero, aunque su presencia ha encendido todo, convirtiendo la vivienda en hogar, al irse han dejado una vivienda sin hogar. Mi mujer está en Pamplona.

II

Como intento aferrarme a las rutinas para proporcionarme un hogar, he vuelto a la Eneada V de Plotino, esa joya donde está concentrada la verdad filosófica de la antigüedad. Plotino vuela sobre sí mismo y su espíritu, visto desde aquí, anuncia a Hegel.

III

Hegel puso en movimiento el Uno inmóvil de Plotino. 

IV

Plotino busca una verdad sin historia y Hegel, la historia de la verdad. Hay grandeza, sin duda, en los dos intentos, pero yo sigo creyendo que, como me dijo una vez un párroco de un pueblo en declive, donde hay orden está Dios y donde hay desorden, el diablo. 

V

Plotino es un profeta de Dios y Hegel lo es del diablo.

VI

Pongo el aire acondicionado, me siento en mi sofá, tan hecho a mí, en mi cuarto, ante mis libros, con Plotino en las manos y no hago nada. 

VII

Pudiera pensarse que el Uno plotiniano, para afirmar su estancia más allá de la historia, sería un Uno autista y, sin embargo, no deja de crear lo móvil gracias a la fuerza de su inmovilidad. Nada grande carece de descendencia, sea como historia, sea como hipóstasis.

VIII

Lo pequeño es esto, la estéril desidia.

domingo, 11 de agosto de 2024

Imágenes desordenadas

 I

En casa. Reencuentro con la comodidad, la familiaridad, la previsibilidad, el orden, la armonía, la limpieza, la programación eficiente, la tranquilidad, la higiene, lo conocido... Nuestro mundo es un inmenso mecanismo en el que cada pieza está en su sitio y echo un poco en falta algo que hemos perdido: la cotidianeidad de lo imprevisible.

II

En el aeropuerto de San Juan, en la fila de embarque de mi vuelo hacia Bogotá, hemos asistido a la ruptura en directo de una pareja de mediana edad que, según todas las apariencias, se iba de vacaciones.

III

Claro que la exposición a la intemperie es también exposición a la inseguridad. El chófer que pusieron a mi disposición en San José me cuenta camino del aeropuerto que cada año hay turistas que se pierden por las zonas selváticas de Costa Rica y acaban teniendo encuentros fatales con cocodrilos, serpientes tan letales como bellas, la hormiga bala, la araña errante, el jaguar, la rana dardo venenoso de tres rayas, etc. Me especifica que las víctimas más frecuentes son los ecoturistas.

IV

Una foto para el recuerdo en el Museo Nacional de Costa Rica, de izquierda a derecha, José Chaverri (que ha sido mi ángel de la guarda), la ministra de educación, el ministro de cultura y un servidor de ustedes.


V

Lástima que un viaje como este tenga que acabarse en un avión de regreso a casa ante un menú infecto. Miro a mi alrededor y veo a los otros pasajeros devorar lo que nos dicen que es comida, a pesar de sus apariencias. Hace falta tener un estómago hecho a todo, como el de un cocodrilo, para enfrentarse a esta tarea. 

VI

Según La Nación, de San José, un proyecto legislativo pretende reconocer a los animales como seres sintientes y así otorgarles ciertos derechos. Me parece muy bien y, por eso mismo, me pregunto si no debiéramos reconocer al feto humano como animal.

VII

En el mismo diario, este artículo de José Luis Arce:


VIII

La última mirada al comedor del hotel Radisson


IX

Lo mejor de volver: que tu hija te esté esperando en el aeropuerto.

sábado, 10 de agosto de 2024

Las leyes y la libertad

 I

A la entrada del Museo Nacional de Costa Rica se encuentra esta inscripción: "Las armas dan la victoria, pero solo las leyes pueden dar la libertad".  Es de un presidente cuyos apellidos aclaran su origen: José Figueres Ferrer.

II

El primer espacio del museo está dedicado a las mariposas que vuelan con su magia frágil por entre las plantas tropicales. Son la sutileza asombrosa. ¡Qué buena idea! Si el arte imita a la naturaleza, la naturaleza imita al museo.

III

Día de despedida. Ha comenzado con una charla a un sindicato docente, ha seguido con la visita al Museo Nacional (donde me he reencontrado con la ministra de educación) y a la Biblioteca Nacional y ha terminado con una entrañable comida con la familia de Álvaro Jenkins.

IV

Me iré de aquí con la memoria rebosante de imágenes de afecto, de cordialidad, de acogida. Si la excelencia en la acogida del extranjero es educación, entonces este país, Costa Rica es, en este aspecto, el país más educado del mundo.

V

Me llegan las noticias de España como entrecortadas. Tienen que ver una parodia de leyes y libertad.

VI

El artículo del ARA.

viernes, 9 de agosto de 2024

El indio Cipriano

I

Una librería de viejo no es una librería de libros de segunda mano. La diferencia fundamental entre ambas es que en la primera hay un librero y en la segunda un vendedor de libros.

II

Las poquísimas noticias que llegan del Darien sobrecogen. Recuerdo las penalidades que escribía el conquistador Pedrarias Dávila cuando pasó por aquí. Ahora es peor, porque esta selva está repleta de desalmados que roban y violan a la pobre gente que se pone en camino hacia el paraíso del norte y matan a quien se resiste.

Me cuentan cosas que no me atrevo a contar.

III

Dos anuncios en el periódico de hoy:



IV

Resumen del día: Entrevista en el programa Malas compañías, del canal 7; desayuno en un café francés; gratísima visita a El estado de la Educación, tan sabiamente dirigido por Isabel Román; comida en un asador argentino; encuentro con la ministra: visita a un par de decepcionantes librerías de segunda mano; gran caminata un calabobos pertinaz; llego empapado al hotel... Me sirvo un buen vaso de ron. Mañana será el último día de mi estancia aquí, en Costa Rica. Será más liviano. Pero me proponen volver con mi mujer y quedarnos aquí un mes entero. No he contestado ni que sí ni que no.

jueves, 8 de agosto de 2024

Perdido en San José

 I

Esta tarde me he perdido en San José. Al volver de Cartago he pedido que me llevasen a una librería de viejo y que me dejasen allí. El librero, amable, pero sus libros no me han interesado nada. Quizás lo más notable que he encontrado ha sido el váter en la trastienda, con cucarachas que parecían conejos con armadura. Al salir de la librería, creía estar siguiendo las indicaciones que me han dado, pero en vez de coger la calle 1 he cogido la avenida del mismo número y me he ido por las ramas. Como estaba totalmente desorientado le he preguntado a una mujer por mi hotel. Me ha mirado con cara de asombro y me ha dicho que saliera inmediatamente del barrio en el que me encontraba. ¿Qué hacía yo por allí con traje y notables pintas de extranjero? He vuelto para atrás y después de dar mil vueltas sin sentido, he encontrado la calle que buscaba.

II

Sobre la equidad. Cuando les digo a los costarricenses que, educativamente hablando, su país es uno de los más equitativos del mundo, no se lo creen; pero lo son, porque apenas hay dispersión de notas entre ellos. El 71% de la población escolar de quince años está en los dos niveles inferiores de PISA y en los superiores no hay nadie. O, para ser más exacto, los que pueda haber no llegan al 1%.

III

Costa Rica está desorientada. Tuvieron un muy buen sistema educativo y ahora miran con tanta melancolía hacia atrás, que se olvidan de mirar hacia adelante con ilusión. No me canso de repetirles que las imágenes que proyectamos sobre nosotros mismos son siempre verdaderas en sus consecuencias.

miércoles, 7 de agosto de 2024

Otro día dichosamente largo

 I

Otro día dichosamente largo que comenzó con un maravilloso desayuno con funcionarios del Ministerio de educación a las 7:30 en el sorprendente Hotel Grano de Oro. Me llevan y me traen y yo me dejo hacer, arropado por el gran caudal de cariño que me muestran. Pura vida.

II

Comida con el embajador José Chaverri que me ha permitido enterarme de abundantes cosas que no estaría bien que revelase por aquí. Este hombre, además de una sorprendente memoria y una vigorosa sabiduría, conoce a todo el mundo por su nombre y sabe cuidar la amistad de las personas que están en los puntos realmente clave de los ministerios (porteros, vigilantes, conserjes, secretarias...). Se aprende mucho con él y, sobre todo, de él.

III

A la tarde conferencia en el hotel Radisson. Comenzaba a las 17:00 y a las 16:45 había muy pocas personas en la sala. Sin embargo en un rincón del pasillo de entrada he visto un grupo de mujeres formando un círculo, como si estuviesen tramando algo. Después de la conferencia me he enterado que estaban rezando para que viniese más gente. Y realmente ha venido más gente. Se ha llenado la sala.

IV

He conocido a maestros de auténtica trinchera. Por ejemplo dos maestras de una escuela de la costa domina da por los narcos, donde los niños en el patio juegan a ser narcos o dos maestras de una zona selvática que acoge a niños de comunidades indígenas que no saben muy bien moverse por el mundo exterior. He hablado un buen rato con un costarricense de apellido Goñi que, por supuesto, tenía ascendencia navarra y con dos mujeres apellidas Azufaifa y me he vuelto a sentir arropado por el cariño de esta buena gente.

V

He firmado muchos libros -míos, obviamente- que ha traído un distribuidor que está predispuesto a distribuir los libros de la Editorial Rosamerón por Centroamérica. El rezo de las mujeres han sido muy generosamente atendido.


lunes, 5 de agosto de 2024

Telegráficamente

 I

Vamos adelantando. Ya sé qué quiere decir esa expresión, "Pura vida", tan utilizada por los costarricenses: "Excelente".

II

Esta mañana me he visto media hora con la ministra de educación. Hemos quedado para la tarde del jueves. Hay mucho que hacer y, desde luego, pueden contar conmigo para lo que consideren oportuno.

III

Un soriano apellidado Ruiz llega a un puerto de Costa Rica y nada más desembarcar se encuentra una moneda de oro. "O sea que es verdad", se dice, "aquí el oro está por todas partes". Llama a dos hermanos que ha dejando en Soria y los tres comienzan a ganar dinero y a hacer negocios. Acaban amasando una fortuna y siendo importadores de caballos españoles. Ninguno de los tres se casa y dejan todo lo que han construido en herencia a sus sobrinos sorianos. Uno de estos sobrinos intentará, poco después de llegar a Costa Rica, dar un golpe de Estado. Me han contado la historia, con mil detalles complementarios muy jugosos, comiendo en un magnífico restaurante situado frente a la embajada española de San José.

IV

Un diplomático me ha contado una versión muy sabrosa de las andanzas de Grigulevich, el espía soviético, por tierras costarricenses. 

V

Me gusta esta gente. Pura vida, créanme. 

De oxidaciones

 I

Ayer cumplí 45 años de casado. 45 años que han pasado en un vuelo.

II

Encontrar a alguien que te siga queriendo a pesar de conocer todos y cada uno de tus defectos, es cosa grande, amigos.

III

El de ayer fue uno de esos días largos que el rememorarlos te parece que tuvieron muchas más de 24 horas. Me llevaron y me trajeron de aquí para allá y yo me dejé hacer, satisfecho. Hablé de pedagogía y de Maquiavelo; de catas de vino y de aceite y disfruté de una cata memorable de un café tan excelente que no sabía ni que existía; conocí a personas grandes y generosas a los que les cuesta pronunciar la erre y disfruté de esa cordialidad tan entrañable de los costarricenses, que se te queda prendida en el alma. Vi todos los verdes de una montaña tropical, feraz e intrigante y soñé en compañía con solucionar problemas imposibles.

IV

Hoy me he despertado impaciente, porque me espera una entrevista en la televisión, un encuentro con la ministra de educación y un debate con un grupo de estudiantes... más no sé cuántas cosas más.

V

Decía un filósofo que la vida es como el hierro, si no se usa, se oxida. En el trópico el peligro de oxidación es más evidente.

V

He comenzado a escribir el artículo para el ARA de este sábado. Tratará de los juegos olímpicos y de la vida pensada y la vida vivida.

sábado, 3 de agosto de 2024

Crítica de la oveja negra

 I

He asistiendo a un sudoroso congreso pedagógico en Punta Cana y me he encontrado con que la oveja negra sigue teniendo muy buena prensa entre los pedagogos modernos. Así que voy a defender a la oveja blanca.

En primer lugar, porque sin ovejas blancas, las ovejas negras serían la ortodoxia, como pasa con la pedagogía actual. 

En segundo lugar porque no hay pedagogo ortodoxo que no ensalce a la oveja negra, pero estoy seguro de que esos defensores de la excepcionalidad rebelde desean que los aviones aterricen y despeguen a su hora, que los servicios de estén impolutos, que el personal sea amable y eficiente, que el compañero del asiento de la izquierda no sea un terrorista y que el del asiento de la derecha se lleve bien con la higiene. Tiendo a creer que ellos, como yo, esperan encontrarse las cosas de casa, al llegar después de un viaje, como esperaban encontrarlas (que no esté su hogar okupado, por ejemplo), que su sofá y su cama sigan allí, y que su mujer no se haya fugado con un cura del Palmar de Troya. Juraría que tampoco se sentirían muy felices si, al despertar al día siguiente, se encuentran convertidos en un monstruoso insecto o en un monstruoso vegetal.

Es decir, bien por las ovejas negras, que son la respuesta a nuestra insatisfacción permanente con lo real, pero sin avasallar con lo posible; que nos vayan introduciendo los cambios sin poner el mundo cada día boca abajo, o sea, que nos ofrezcan sorpresas fragmentarias que sea (relativamente) fácil integrar en la previsibilidad de un mundo cambiante.

II

Cuando la locura esa de las competencias del futuro (toda competencia del futuro es una competencia que el presente, con su inteligencia disponible, postula para un futuro que siempre llega con sorpresas bajo el brazo) se solía decir y repetir que el 66% de los niños que comienzan la escuela trabajarán en trabajos que aún no han sido inventados y tendrán que resolver problemas que hoy nadie se plantea. Si fuera verdad, que no lo es, debiéramos estar muy agradecidos al 34% de personas que según el porcentaje anterior, seguirán manteniendo en pie la previsibilidad del mundo.

III

Vayan ustedes por esos pueblos de Dios, que se encontrarán a todo el mundo, desde campesinos a panaderos, pasando por policías municipales y barrenderos, trabajando con tecnologías que hace treinta años eran inimaginables. ¿Cómo las dominan si en la escuela nadie les habló de las competencias del futuro? Las dominan porque su funcionamiento, pasado el momento inicial de la sorpresa, resulta previsible.

IV

Por cierto, me temo que al lobo le importa poco la piel de la oveja. Lo que le importa es si el pastor está dormido o despierto.

viernes, 2 de agosto de 2024

Caribeñas ausentes

 I
Hay dos momentos sublimes en este infierno caribeño para turistas con sueños cómodamente asequibles en el que andamos todos no sé si alojados o recluidos. Son el de la puesta del sol y el del primer baldeo del chaparrón vespertino. Les aseguro que todos aquellos atardeceres de cinemascope que vivimos en la edad exaltada, no son más que palidísimas aproximaciones a la realidad que viene a visitarnos cada día. Y esa lluvia refrescante que nos redime del infierno del día es, creanme, divina. Pero el calor sigue ahí y la evaporización de esta enorme esponja cultural aún hace más punzante el bochorno. Conclusión: el resto del día, en cuando los compromisos lo permiten, el único refugio consolador es el aire acondicionado de la habitación.

II

Como no salgo del resort, no sé qué mundo hay más allá. No sé si habrá una librería de viejo a doscientos metros de la salida o un garito pobre con un ron excelso. Lo que sí tengo observado es que el andar contorsionista y orgulloso de las caribeñas no se ve por los pulcros paseos del resort. Así que vuelvo con la imaginación a la Majestad Negra de Luis Pales Matos:

Por la encendida calle antillana
va Tembandumba de la Quimbamba
-rumba, macumba, candombe, bámbula-
entre dos filas de negras caras.
Ante ella un congo -gongo y maraca-
ritma una conga bomba que bamba.

Culipandeando la Reina avanza,
y de su inmensa grupa resbalan
meneos cachondos que el gongo cuaja
en ríos de azúcar y de melaza.
Prieto trapiche de sensual zafra,
el caderamen, masa con masa,
exprime ritmos, suda que sangra,
y la molienda culmina en danza.

Por la encendida calle antillana
va Tembandumba de la Quimbamba.
Flor de Tortola, rosa de Uganda,
por ti crepitan bombas y bámbulas,
por ti en calendas desenfrenadas
quema la Antilla su sangre ñáñiga.
Haití te ofrece sus calabazas;
fogosos rones te da Jamaica;
Cuba te dice: ¡dale, mulata!
Y Puerto Rico: ¡melao, melamba!

¡Sús, mis cocolos de negras caras!
Tronad, tambores; vibrad, maracas.
Por la encendida calle antillana
-rumba, macumba, candombe, bámbula-
va Tembandumba de la Quimbamba.

III
Pues nada de eso estoy vieno.

IV
Esta tarde me traslado a Costa Rica. A ver...

Acabemos con Eros

 I La naturaleza de Eros, dice Diotima, es ambigua, intermedia. Su espacio es el entrambos. Por un lado, la insatisfacción y por el otro, im...