I
Esta mañana parecía de verano. Una inundación d eluz y un calor contundente en la Plaza de Ocata. Molestaba la ropa. Era para estar en mangas de camisa. Me he bajado el ordenador a la terraza del Petit Café y allí he estado, dale que te pego.
II
Lo mejor de la investigación sin prisas es perderse. Vas de un sitio a otro y te entretienes por el camino con un documento que te ha aparecido sin buscarlo y, a medida que lo vas leyendo, vas descubriendo una faceta de tu problema que hasta ahora te había pasado desapercibida. Decides entonces apartar el orden de lo que hacías y entregarte al desorden del encuentro. El azar es una magnífica incubadora de ideas.
III
Me llama Vilma Reyes desde Cali, Colombia, y me cuenta las graves razones por las que se suspendió un viaje a Cochabamba, en Bolivia. Quiere también que participe en un encuentro digital para hablar del currículo. Acepto, por supuesto.
IV
Le pido a Andrés Tapia que me envíe análisis sobre los resultados de Perú en PISA. Su generosidad me abruma.
V
Escribo a Rémi Brague, invitándolo a un seminario en Madrid. Desgraciadamente no puede venir. Está cuidando a su madre, que tiene 99 años. Le recuerdo lo que escribe el anciano Platón en Las Leyes:
VI
Mañana he quedado con un artista, Abraham Tena, y planificaremos una futura conferencia-concierto sobre la música de Nietzsche.
Que desaparezcan jóvenes, o que uno sea joven cuando desaparecen. Esas heridas no se curan.
ResponderEliminarDoy fe.
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