miércoles, 29 de octubre de 2025

Los cerdos tienen alas

Sobre la confusión entre correlación y causación, tan frecuente en ese mundo mítico que es la pedagogía (en ningún otro se es más reacio a pasar del mito al logos) decía yo en un reciente artículo en El Mundo que las calles mojadas no anuncian lluvia. Bertrand Russell propone varios ejemplos para señalar los límites de lo que él llama «la inducción corriente». Uno de ellos es este: «Si los cerdos tuviesen alas, entonces algunos animales alados serían buenos para comer; ahora bien, algunos animales alados son buenos para comer, luego los cerdos tienen alas». Otro es el del pavo que reúne a todos los animales de la granja para proponerles un manifiesto de agradecimiento a los granjeros que tanto cuidan de ellos. Les proporcionan alimentos cuando tienen hambre, un cobertizo cuando llueve, paja para envolverse en ella cuando hace frío, veterinarios si están enfermos... lo que no sabía el pavo era que aquel día era la víspera de Navidad y el amo estaba afilando en aquel mismo momento el cuchillo. Esta es la falacia conocida como «afirmación del consecuente». Es muy común en los artículos supuestamente científicos de pedagogía.

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