viernes, 10 de octubre de 2025

El pie bueno de un rey malvado

Hasta el muy socarrón Voltaire tiene sus momentos de ternura. Aparecen en los pasajes más insospechados de su obra. Por ejemplo en el Diccionario filosófico. Aquí nos cuenta que Dios llevó a Zoroastro al infierno para que viera cómo eran castigados los malos reyes. Zoroastro observó que a uno de ellos le faltaba un pie y preguntó a qué se debía esta falta tan notable. Dios le contestó que ese rey había hecho una buena acción en toda su vida. Solo una. En una ocasión le acercó con el pie un poco de cebada a un pobre asno que se moría de hambre. Dios, compasivo, llevó al cielo el pie dignificado por el gesto caritativo del rey malvado y dejó en el infierno el resto de su cuerpo, que era insalvable. Conté ayer por la tarde esta historia en Vigo al comienzo de una charla a un grupo de estudiantes de magisterio. Al finalizar les pregunté si la recordaban. Me contestaron que sí. Les hice observar que ahí tenían la prueba de lo fácil que es recordar historias y les aconsejé que aprovecharan este recurso tan barato y eficaz que tenían continuamente a la mano. 

12:36. Me cuenta @arauna_jorge que hay «una versión americana de esa historia: Benedict Arnold, general de Washington, se pasó a los británicos, traicionando la causa por la que había sido gravemente herido en la pierna. En 1887 se erigió un monumento a dicha extremidad por ser lo único noble en Arnold».

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