I
La publicación de los desastrosos datos de nuestros alumnos en la evaluación de matemáticas de TIMMS ha coincidido con la de un informe de no sé cuántos expertos que le piden al gobierno que reduzca drásticamente el acceso de los niños a Internet.
II
Lo de TIMMS era previsible. Vamos sin frenos y cuesta abajo y por lo que veo, a nadie le interesa dar el golpe de timón que nuestro sistema educativo está clamando a gritos. Entre nosotros, las buenas intenciones tienen mucho más peso que los malos (desastrosos) resultados. Nos olvidamos tan pronto de ellos...
III
Casi me atrevería a decir que, en la práctica, la pedagogía tiene en España por misión hacernos olvidar los malos resultados de nuestros alumnos.
IV
Lo de los expertos es más inesperado porque en pocos años hemos pasado de ver en las nuevas tecnologías la solución a todos los problemas de la educación a ver en ellas la clave de todos nuestros males.
V
Por cierto, ¿qué es lo que concede el título de experto a alguien? En la inmensa mayoría de los campos profesionales el título de expertos te lo dan tus resultados. En educación, no. En educación eres experto... no se sabe muy bien por qué.
VI
Vengo defendiendo con insistencia, y desde hace años, que la relación pedagógica fundamental es la relación cara a cara. Pero igualmente soy consciente de que esta relación siempre ha necesitado complementos: en Mesopotamia, la tableta de arcilla; en Grecia y Roma, la de cera... incluso las piedrecitas (calculus) y la arena han servido muchas veces para representar problemas geométricos. Lo que a mí me importa de la obvia dependencia de nuestros niños (y adultos) a las pantallas es responder a esta pregunta: ¿A qué necesidad han venido a dar respuesta las pantallas si han sido acogidas con tanto entusiasmo?
VII
Me ha chocado que los expertos metan en el saco de lo repudiable tecnológico a los videojuegos. Es cierto que siempre han tenido enemigos viscerales entre los que no los suelen utilizar, pero ahora se convierten para algunos en un asunto de salud mental.
VIII
Un experto que ignore que en las cosas humanas todo es cuestión de grados, no es un experto.
IX
Creen las buenas gentes que todo se resolverá con una educación afectivo-sexual. Yo no.
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