I
Una de las cosas buenas de este pueblo en el que he decidido vivir, El Masnou, es su cine, que resiste con buena salud al imperio de las modas. Somos uno de los pocos pueblos que siguen manteniendo su cine en pie; uno de los pocos en los que se sigue «yendo» a ese importante acto social que es el cine.
II
Hoy mi mujer y yo hemos ido a ver la última de Clint Eastwood. Una película redonda. Cuando salí de la decepcionante Cry Macho temí que el grandísimo Clint estuviese ya senil, pero esta última película, Jurado Nº 2, demuestra que tiene nervio, energía, oficio y ganas para rato. Este hombre es indestructible. Te clava en el asiento en los primeros minutos y ya no hay manera de apartar los ojos de la pantalla hasta que se encienden las luces y descubrimos que todos sentimos lo mismo: ¡Vaya entrada más bien pagada! Por supuesto, de nuevo trata del factor humano, de nuestra ambigüedad constitutiva, de ese entrambos por el que nos movemos a tientas y que nos hace, para bien y para mal, imprevisibles. En nuestras historias -que son las de Eastwood, no hay causas, sino razones e impulsos que demuestran que nunca sabrás lo que puedes esperar de tu vecino...
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