I
Gisèle Pélicot. Lo que le ha ocurrido a esta dignísima mujer me parece tan imposible como cierto. Representa la certeza en la posibilidad de lo imposible.
II
Soy incapaz de pensar en su marido sin sentir al mismo tiempo una repugnancia visceral y un asombro moral. Es, sin duda alguna, un monstruo. Pero es un monstruo que solo pueden surgir entre los humanos. Ese es el mayor espanto.
III
¿Quién conoce el límite de los monstruos que podemos incubar los hombres?
IV
Si una cosa y su contraria son ciertas, decía Bertrand Russell, entonces cualquier cosa es posible.
V
Cualquier cosa es posible.
VI
Podemos mantener recluida a la bestia, pero no podemos impedir el nacimiento de otras bestias.
VII
Somos optimistas porque ignoramos la posibilidad de lo imposible... lo que puede estar creciendo al amparo de nuestra sombra.
VIII
Pero hoy es el día de afirmar la dignidad de Gisèle. Nunca podremos compartir su dolor. El dolor propio no puede dividirse y repartirse en fracciones para aligerar su peso sobre nuestra vida. Pero desde la distancia, nuestro cariño hacia ella es real.
Si está historia hubiese sido una novela, no hubiera vendido ni un libro. Porque el relato no aguantaría ni un ápice de coherencia. Y sin embargo sucedió realmente...
ResponderEliminarSoy incapaz de razonar cualquier razón en esta historia.
E(R/S)
Aquí en Francia la prensa habla, a propósito del marido, Dominique Pélicot, del "Doctor Jekyll y Mister Hyde". Porque era un tipo amable y servicial con su mujer.
ResponderEliminarO los abismos del alma humana, como diría un periodista...
Buenas tardes.
ResponderEliminar¿Para qué sirve la filosofía? Dennett habla de que siempre dudó de poder ser o considerarse filósofo...me hace gracia. En fin. Ahora leo en la actualidad "El funcionario español que cobró su sueldo 6 años sin trabajar y fue descubierto cuando lo iban a premiar por 29 años de antigüedad". Resulta que el tipo, ingeniero del ayuntamiento de Cádiz , acudía algunos días a la oficina, aunque no por las horas de trabajo completas todos los días, y se dedicó a la lectura de filosofía.
Sus allegados señalaron que en ese tiempo se convirtió en asiduo lector del pensador racionalista Baruch Spinoza."
Cuñaaaao
E(R/S)
El caso del "machacamiento" que este hombre hizo de su esposa es algo a la que, creo, no podré acostumbrarme nunca. No le encuentro sentido alguno, salvo el del machismo más espeluznante y retrogrado que pueda imaginarse. Por otro lado, imagino, o quiero imaginar, el desasosiego de los magistrados que han redactado la sentencia. Estoy prácticamente seguro de que, en su fuero interno, pensaban que había que condenar a este sinvergüenza a ser vilipendiado, encarcelado y/o fusilado o ahorcado. Pero la ley, afortunadamente, intenta poner sentido común en las conductas humanas aunque se me hace difícil pensar qué apartados de esa ley permiten que no se condene al marido, y a los maltratadores descubiertos y juzgados, a la pena máxima que contempla el código penal francés.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEs claro que mirando a esta realidad no cabe ser optimista.
ResponderEliminarEn cuanto a tener esperanza:
"Esto es lo primero que he aprendido en la Iglesia: a no poner mi esperanza en el hombre"
SAN AGUSTÍN