I
Llegué ayer por la noche a Elche. Estaba cansado y me fui directamente a la habitación, a repasar la conferencia que tenía que dar hoy, titulada «La felicidad o la vida». Para las 22:00 ya estaba en la cama.
II
No he dormido muy bien y me he despertado temprano. Chispeaba y hacía frío, pero me he dado una ducha y he salido a dar una vuelta por el pueblo, que hasta hoy no conocía. Todo estaba cerrado, excepto la basílica. Nada más cruzar la entrada he visto a mi izquierda al patrón de la ciudad, san Agatángelo.
III
Agatángelo, es decir agathós+ángelos (mensajero de lo bueno o mensajero bueno), mucho tiene que ver con Eudaimon (daimon de lo bueno o buen daimon, de donde procede eudaimonía, término que solemos traducir por «felicidad», porque es feliz aquel que está habitado por un eudaimon o un agatángelo. El daimon no es otra cosa que un ángelos, un ser intermediario entre los hombres y los dioses.
IV
He dado mi charla y he comido con Javier SanJosé y dos profesoras del CEU, que me han dicho que había un puente en la ciudad con una imagen de san Agatángelo. Como el avión salía tarde (escribo esto desde el aeropuerto de Alicante) he ido a visitar al santo. Y justo al pasar a su lado he recibido el anuncio de de un WhatsApp. Era Lourdes Sánchez directora de los coros del Sistema de Venezuela, que me invitaba formalmente a visitar su país. A lo largo de estos últimos años he recibido varias invitaciones similares que no se han podido concretar por una u otra razón. Le he contestado que si va Dudamel, voy yo.
V
Dudamel está el 25 de enero en Madrid. A ver si puedo ir a escucharlo y hablar con él.
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