I
El pobre libro no ha resistido una segunda lectura. Es, desde luego, un libro fundamental y a los libros fundamentales por su contenido hay que tratarlos sin mucho respeto por su materia. Al volverlo a leer iba subrayando sobre todo ideas que pasé por alto en la primera lectura. Me he encontrado, de hecho, con una lectura nueva y con la experiencia de ser un lector nuevo que ha recibido las ideas del texto en un lugar mucho más hondo.
II
Basta comparar a Bergson con Popper para comprobar el gigante que era el francés. Popper no sabía de qué hablaba cuando hablaba de la "open society".
III
Recupero con voracidad las rutinas. La felicidad (o eso que imaginamos como tal) está hecha de retales de pequeñas cosa triviales, por las que ningún ajeno pagaría un euro, pero que llevan la forma de tu uso y de todos esos momentos plenos que has pasado junto a ellas.
IV
Más quiero yo mi café con leche cotidiano en el Petit Cafè de la Plaza de Ocata que un desayuno con diamantes.
V
Sí, salimos de casa para encontrar el camino de vuelta. Y a eso se reducen las biografías.
VI
Ayer cuandi bajé del tren, en El Masnou, descubrí con una gratísima sorpresa que me estaba esperando mi mujer. Hacía frío y lloviznaba. Pero ella estaba allí, dando pleno sentido a la vuelta a casa. Y volvimos acogidos al abrazo del paraguas.
Vaya. Ya me deja comentar este trasto. Mejor así.
ResponderEliminarLa sorpresa en la llegada a Masnou, apuesto a que fue, si no el mejor, uno de los momentos del día.