I
Con cada vez mayor frecuencia me siento como un viejo cascarrabias al que la mayoría de las cosas que pasan le parecen poco serias. Cuando esto ocurre me pregunto si ser joven no se reducirá a tomarse la vida demasiado en serio. Me refiero a la inconsistencia de lo que se presenta como obvio, a ese componen de patio de colegio que tiene la política, etc.
II
¿La escritura es un refugio por lo que tiene de ejercicio solipsista?
III
Cuando todo parece irreal es el momento de cocinar algo que inunde la casa con aromas viejos. Ayer fueron unos pies de cerdo. El domingo, un cocido.
IV
Los catalanes le han puesto un 6,9 a su felicidad. ¿Es esto serio? Barcelona es tan poco seria que tiene, a la vez, una de las tasas de fertilidad más bajas y una de las tasas de esperanza de vida más altas.
V
Repaso con Juan Bueno que todo esté listo para una videoconferencia que tengo que dar esta tarde a profesores de Málaga. Compruebo, una vez más, lo torpe que soy en cuestiones tecnológicas. Los meros nombres de las cosas son para mí como una barrera infranqueable. Pero a la gente les gusta pronunciarlos con la misma seriedad con que hablan de estrafalarios nombres de medicamentos.
VI
Buena parte de lo que hacemos es una búsqueda de paliativos existenciales. Esta búsqueda fracasada es lo más serio del hombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario