I
Insiste Platón en sus diálogos que no siempre es fácil poner límites a las cosas y, por lo tanto, que no siempre es fácil la definición. Pero ante la dificultad, él apostaba por el límite porque es la condición sin la cual no es posible el concepto.
II
Platón parece convencido de que sin amor al lenguaje (filología) no hay amor al hombre (filantropía) y de que las reticencias al lenguaje (misología) nos llevan directos a las reticencias ante el hombre (misantropía).
III
Hoy parece que ni los límites ni, por lo tanto, los conceptos bien delimitados, nos interesan mucho. Lo que nos interesa es lo anfibio. Nuestra cultura parece subyugada por lo anfibio.
IV
Lo anfibio no ama la reclusión, sino la exhibición. Le gusta convertir su excentricidad en espectáculo.
V
Lo anfibio no aprecia el concepto, sino la imagen en movimiento.
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