jueves, 18 de enero de 2024

Lujos

 I

Me envía Javier Sánchez Menéndez las segundas correcciones de Una búsqueda triste de alegría. Es un lujo publicar con la Isla de Siltolá. ¡A ver cuándo me puedo poner con ellas!

II

Día largo. No es que se hiciera largo, es que al recordarlo se me amontonan las vivencias. Desde las 6 de la mañana fue un no parar. Pero tuve tiempo de leer un par de extensos artículos sobre el constructivismo pedagógico y de terminar La presentación de la persona en la vida cotidiana, de Goffman. Tiene páginas inolvidables, especialmente aquellas que recomienda la hipocresía como terapia para los males del alma.

III

A las 16:30, videoconferencia con Juan Bueno, del CEP de Málaga y un buen número de directores de centros educativos. Hablamos de lectoescritura y de la "Science of reading".  Nos dieron las 19:30 y allí estábamos, dale que te pego. Acabé agotado, pero satisfecho. ¡Y qué pocas cosas hay más gratificantes que el cansancio satisfecho!

IV

Me llegan dos libros. El primero, inesperado, es de Olga García y Enrique Galindo, se titula Aprendizaje basado en Proyectos, y lleva este provocador subtítulo: "Un aprendizaje basura para el proletariado". El segundo, que lo esperaba con muchas ganas, es del sabio Héctor Ruiz Martín y se titula Edumitos. Ideas sobre el aprendizaje sin respaldo científico. Héctor me ha escrito una dedicatoria entrañable.

V

Invitaciones para participar en un congreso en Valencia, en una charla en Vic, en unas jornadas en Madrid, en una cena en esta misma ciudad, en otras jornadas en Ávila, en un encuentro en Girona, en una videoconferencia con directores de centro en Perú... Imposible responder afirmativamente a todo el mundo, a pesar de que todo es interesante. 

VI

En la cama abro el libro de Ruiz Martín, pero, por mucho que me interese, no tengo fuerzas para resistir el peso de los párpados.

Es un lujo estar jubilado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mazarino

Un librazo. Mazarino muestra la cara desnuda del poder con más cinismo que Maquiavelo. María Blanco lo ha entendido perfectamente. Es un li...